
Comienza la película. Se ve una mujer degollada y sangre, mucha sangre.
“No me gusta el gore (1)” pienso, mientras me retuerzo del asco a medida que pasan los minutos.
Doy vuelta la cara, hago gestos sobre la silla, se me revuelve el estómago, y sigo mirado.
Van veinte minutos. Me distraje mil veces. No entiendo nada. Hay que volver a empezar.

Otra vez cero. Otra vez sangre. Otra vez asco. Sin embargo, ahora, sostengo la mirada. Me la aguanto, es una tarea. De alguna manera me las tengo que arreglar para poder decir que me pareció un espanto.
¡Qué lenta es! me digo mientras me pido paciencia y empiezo a recordar: Yo estaba acostumbrada a estos ritmos. Me gustaban, los elegía. Siempre buscaba películas que se salieran de la norma. Me encantaba ver cine independiente (2) para sorprenderme.
La era del streaming (3), las olas de fanatismo masivo, el whattsap 1.5, el multitasking (4), el fomo (5), y el nuevo vicio de acelerar los contenidos de las plataformas hicieron que mi capacidad de concentración sea casi nula. Me lo reprocho. Me reprocho lo mucho que supe disfrutar de contenidos diferentes que ahora me cuesta tanto apreciar.
Entonces descubro que a pesar de las etiquetas que le puse en mi cabeza de antemano hay algo que me está atrapando. Son las imágenes ¡Cuánta belleza! Parecen una postal tras otras: paisaje, cuerpos, luces, colores, recortes, detalles. Puedo ver el arte aún más allá de la aversión.

Poco a poco voy entrando y cuando menos me quiero dar cuenta, la posición de mi cuerpo cambió por completo: Estoy pegada a la pantalla, volcada hacia adelante como queriéndome meter adentro de esa historia que, a esta altura, me tiene completamente absorta.
Asesinatos en serie, decapitación, intriga, confusión, investigación, locura, monstruos, motos, todo en un páramo remoto, silencioso y solitario.
La película se va sucediendo y yo estoy empapada de sensaciones. Desolación, vacío, angustia, miedo, fobia, desesperación, amor. Transito paso a paso junto a los personajes un tour emocional all inclusive (6).

De pronto me encuentro rezando hacia mis adentros: por favor que se resuelva, que tenga una solución, que encuentren algo que me conforme y me devuelva a mi eje.
Saco conjeturas, cambio de postura, resuelvo intrigas que minutos después deshago y vuelvo a resolver, y de pronto… (Aspiración) el tiempo se detuvo un instante. Dejé de respirar. Observé absorta y ahí, cuando ya nada parecía tener sentido, comprendí.
¿Es posible deshacerse del monstruo que cada uno lleva dentro?
(1) gore https://es.wikipedia.org/wiki/Cine_gore
(2) cine independiente https://es.wikipedia.org/wiki/Cine_independiente
(3) streaming https://es.wikipedia.org/wiki/Streaming
(4) multitasking https://es.wikipedia.org/wiki/Multitasking
(5) fomo https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_FOMO
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