Nos hacemos la peli con Buscando a Nemo y te traemos una escalofriante teoría que hará que vuelvas a ver el filme y te preguntes si todo lo que viste ahora desde esta nueva perspectiva realmente hace algún sentido.
Si, estamos ante una teoría que hará que se te pongan los pelos de punta y, sobre todo que cambiará por completo tu perspectiva sobre este tierno filme. ¡Allá vamos!
Marlin es un pez payaso que busca a su hijo Nemo por todo el océano y se enfrenta con distintos obstáculos hasta encontrarlo y salvarlo de la pecera de un dentista en Sidney. Si, todos conocemos la historia pero ¿Qué pasaría si te dijera que Nemo nunca existió?
Según fuentes fidedignas de la maravillosa y compleja internet, la aventura en búsqueda del mismísimo Nemo es una metáfora de Marlín intentado hacer el duelo de sus hijos y de su mujer que murieron en manos de una barracuda.
De hecho, las distintas partes de la historia se centran en las diferentes etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
La etapa de negación es cuando Marlín no quiere que Nemo vaya a la escuela por pensar que no es seguro. La de ira y el enojo aparecen cuando el pez payaso se enfada con su hijo por no obedecerle. La etapa de negociación es cuando Marlin hace el acuerdo con la olvidadiza Dory para que le acompañe al viaje en búsqueda de su supuesto hijo. La etapa de depresión es cuando, tras recorrer el océano entero, ve a un pez muerto en una bolsa de plástico. Y la aceptación surge cuando, al final del filme, Marlin deja a Nemo ir con el resto de sus compañeros y compañeras de clase a la escuela, confiando y soltando el dolor y el miedo.
Lo más escabroso es que la palabra Nemo significa “nadie” en latín. OMG, ya se, ¿ya se te pusieron los pelos de punta? Es decir que el título de la película es en realidad “Buscando a nadie”…
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