Hoy nos hacemos la peli con los secretos detrás de la selección del elenco de Taxi Driver, una pieza icónica que determinó el carrerón de Robert De Niro y terminó de afinar a Scorsese como uno de los pilares fundamentales de la generación de los 70s.
Scorsese no contó de entrada con que Robert De Niro fuera el actor a interpretar al enajenado taxista, Travis Bickle. En un principio pensó en Dustin Hoffman, pero el protagonista de Tootsie rechazó el papel porque le parecía una idea muy arriesgada en vistas del perfil de personaje descomunalmente violento que proponía el proyecto. Años después confesó su arrepentimiento. Lo cierto es que Paul Schrader, el guionista, no escribió pensando en De Niro, sino en Jeff Bridges, que también rechazó la propuesta.
Finalmente un joven De Niro de 33 años firmó el contrato pero en Columbia nadie confiaba en que él estuviera a la altura de semejante proyecto. Pero cuando De Niro recibe su primer Oscar por El Padrino II y los productores creyeron que el actor iba a pedir más dinero, pero él sólo preguntó: “¿Pero cuándo empezamos a rodar?”
Cuando arrancó el rodaje Robert se encontraba inmerso en otro proyecto en Italia: Novecento de Bernardo Bertolucci. Los fines de semana el actor volaba a Nueva York para meterse en un taxi 15 horas y manejar por los barrios más marginales de la ciudad. Se sacó la licencia de conducir y hacía un trabajo de investigación para el papel como un taxista más…
Para el rol de Betsy, la ayudante del senador Palantine, hubo candidatas de categoría: Meryl Streep, Susan Sarandon, Mia Farrow… Pero a todo este arsenal de talento lo opacó la dulzura de Cybill Shepherd.
Para el papel de Iris, una prostituta adolescente, Scorsese pensó en la jovencísima Melanie Griffith pero su madre, la actriz Tippi Hedren, no aceptó. Fue entonces cuando recurrió a los 12 años de Jodie Foster, con quien había trabajado en Alicia ya no vive aquí y convenció a su madre contratando para las escenas jugadas a su hermana mayor, Connie Foster, de 19 años.
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