¿Te fascinan las películas de terror?, ¿disfrutas de la sensación ambigua de poder retirarte al sentido sobrio de la realidad sin salir por completo de la historia? Este sentimiento mezclado es lo que hace al género entretenido, más que sólo emocionante. En este artículo explicaré una característica que se repite en las películas de terror, al analizar El doctor Frankenstein (1931), Halloween (1978) y Psicosis (1960) para usarlas como ejemplo.
La arena del horror
Si dejamos atrás los términos estrictos o las reglas, pensemos el mundo dentro de una película de terror como arena de lucha o de carrera de caballos. Aunque no se apueste en el cine, siempre se piensa en el personaje que sobrevivirá.
En El doctor Frankenstein, se presenta a Henry como un científico loco. Antes de Frankenstein, sólo se lo percibe como un personaje temible por su lucura de desenterrar cadáveres vivos y usarlos para experimentos. Esto puede resultar normal para los espectadores de la actualidad, pero en 1931, lo que Henry hace se consideraba tabú. El asistente de Henry no puede frenarlo, a pesar de su miedo, tampoco puede hacerlo su profesor. Cuando Henry finalmente trae a la vida a Frankenstein, el gigante monstruo, de un cuerpo lleno de suturas y y una mente inocente y entumecida, ruge y se pregunta por su existencia. Así se convierte en un ser más horrible que Henry. El balance del poder cambia de Henry a Frankenstein, ya que la criatura monstruosa pronto se saldrá de control. Comienza la batalla entre Henry y Frankenstein y ya no hay vuelta atrás. En consecuencia, a pesar de la curiosidad de Frankenstein por el nuevo mundo, él se convierte en una amenaza caminante. Independientemente de la ambición y la inteligencia de Henry para adquirir la habilidad de Dios, él no puede corregir al monstruo. Frankenstein no puede entender la complejidad del ser humano, ya que las personas no pueden simpatizar con sus inocentes motivos. Ambos se convierten en enemigos mortales antes que ser amigos.

Luego de un accidente, Henry coloca un cerebro anormal en la cabeza de Frankenstein, que podría resultar en falta de moralidad. Sin embargo, no se podría asegurar que este cerebro es lo que produjo a la siguiente tragedia.
La arena del horror en Frankenstein es un tiempo y un espacio alternativos donde el producto de la ciencia resulta una tragedia. La locura de conseguir logros mayores en la ciencia no lleva a nada más que la desgracia. En esta arena, es Henry quien mata a Frankenstein, pero una vez que la historia termina, nos preguntamos si algo así podría ocurrir en el mundo real. ¿Podría existir otro Henry que cree una versión de Frankenstein en algún lugar sin que se sepa? Todos los días se dan a conocer historias de personas que investigan nuevas formas de crear serers con conciencia, ¿pero esto mejoraría nuestras vidas de alguna manera o estos nuevos seres sólo serán destructores? En un mundo donde la paz eterna entre los seres humanos resulta un mito, donde los problemas interminables no se resuelven, la segunda opción es más probable. El deseo de Henry para crear supera la discreción, porque al final él quiere convertirse en un Dios. Aunque la historia de Frankenstein es ficticia, la transformación interna del persona es conmovedora. La compasión lleva a la audiencia a asociar el horror en la ficción con la vida real, y a pensar si algo similar podría ocurrirles a ellos. Esa asociación junto con el sentimiento de ambigüedad y ansiedad se denomina 'Lo siniestro'.*

Frankenstein arroja inesperadamente a la niña al río.
En la escena final de la historia, Frankenstein es clavado a un poste de madera y prendido fuego como castigo por matar a la pequeña niña. Es extraño que Frankenstein, hecho de partes de cadáveres, sea capaz de sentir dolor. Sin embargo, grita de dolor. Él no es humano y no actúa como humano. Sin embargo, siente y reacciona como humano. Aunque no se le perdona el acto de matar, su intención original no era maliciosa. Él arroja a la niña al río porque piensa que le gustaría jugar en el agua. Frankenstein tiene la capacidad de amar, pero no sabe cómo expresarlo de forma apropiada. La inocencia interna de Frankenstein está clara, pero a medida que la historia progresa, se vuelve cada vez más peligroso.

Aunque se cuestiona si Frankenstein le tendría miedo al fuego, dado que cobró vida con el golpe de un trueno, este miedo lo hizo más vivaz.
El doctor Frankenstein es una película menos aterradora que las películas de terror posteriores, ya que al final el monstruo muere, la vida vuelve a la normalidad y el miedo por Frankenstein desaparece.
Generar miedo en la audiencia
En Halloween, el terror se genera a través de mundanidades y se vuelve una experiencia visual única. Michael, un despiadado asesino con tendencias psicopáticas es descripto a través de planos subjetivos. Es interesante cómo la vida mundana de la protagonista, Laurie, se vuelve intrigante en los planos subjetivos de Michael. Puede ser por el miedo de que nuestras vidas cotidianas se vean amenazadas por un acosador o porque nos preguntamos si alguien se esconde en la sombras para espiar nuestras vidas. Quizás sea la intención del director romper las reglas al dirigirnos por una mezcla de sensaciones entre el placer y el miedo.

Laurie tenía una vida normal antes de la intrusión de Michael. Ella va al colegio por el mismo camino todos los días y vuelve a casa antes de la cena.
Cuando algo cambia, las personas se sienten más seguras al comprender lo que está sucediendo. Una característica significativa de los personajes de las películas de terror es su tendencia por actuar de manera ilógica, dejando desorientada a la audiencia. Esto se puede ver en la actitud de Michael hacia Laurie, quien al principio la excluye de su lista de objetivos por su naturaleza conservadora, sólo para volverse contra ella sin razón alguna. Este cambio repentino le otorga una imagen insana a Michael, que junto con la música siniestra de fondo, lo vuelve aun más aterrador e impredecible. Afortunadamente, el policía Loomis llega a tiempo para salvar a Laurie del ataque de Michael. En un giro dramático, Loomis le dispara a Michael y este cae del balcón. Sin embargo, el cuerpo de Michael desaparece, dando a entender que puede haber escapado. Mientras se muestran tomas vacías de diferentes locaciones acompañadas de la misma música aterradora de fondo, no podemos evitar sentirnos incómodos. La música permanece en nuestras mentes cuando abandonamos la sala y las calles vacías del exterior parecen estar embrujadas. A diferencia de El doctor Frankenstein, en Halloween no se resuelve la tensión al final. Al dejarnos con más preguntas que respuesta, nos obliga a enfrentar nuestros miedos y ensiedades más profundos. Al retratar a Michael como un personaje irracional e impredecible, la película explota este miedo y mantiene a la audiencia aterrada hasta el final.

Aquí está el malo de la pelíucla. Los ojos vacíos contribuyen con la imagen terrorífica de Michael, que nos deja sin poder interpretar sus pensamientos internos, mientras el cuchillo en su mano sólo aumenta la sensación de peligro.
Más que sobresaltos
En Psicosis, Alfred Hitchcock presenta una impactante escena clásica en la que la protagonista es asesinada en la ducha. La escena es editada con cortes rápidos, primeros planos y música estridente que genera una sinfonía perfecta para la atmósfera. Sin embargo, la parte más aterradora es la misteriosa muerte de la víctima. El baño suele ser un lugar donde nos sentimos relajados y seguros, pero al mostrar a una víctima vulnerable y desnuda que no puede escapar de su asesino, Hitchcock cambia la impresión convencional de las personas sobre los baños.

La escena de la ducha en Psicosis
Por otro lado, se usan planos contrapicados a través de la película. Estos planos, que muestran a los personajes desde abajo, pueden incomodar a la audiencia, ya que no es un punto de vista convencional para las personas. Una escena particular que se destaca ocurre cuando la madre de Norman sale de su habitación para asesinar al detective Arbogast. Esta escena es impactante no sólo porque genera un sobresalto, sino por el repentino cambio del ángulo de la cámara de un plano contrapicado a un ángulo picado. Este cambio repentido adhiere más conmoción a la aterradora escena.

Uno de los ángulos contrapicados en Psicosis

Otro ejemplo de plano contrapicado con poca iluminación. Detrás de Norman, está su colección de animales. En esta escena, él habla con Marion en un tono relajado, mientras todo lo demás resulta aterrador, nada es lo que parece.
Este uso del plano contrapicado es una técnica deliberada empleada por Hitchcock para crear una sensación de tensión y desorientación. Al filmar a los personajes desde un ángulo contrapicado, hace que la audiencia se sienta en el lugar de la víctima. Además, los ángulos contrapicados pueden considerarse un reflejo de la realidad distorcionada que experimentan los personajes. A medida que progresa la trama, la audiencia es llevada a través de un viaje que explora el desorden de doble personalidad de Norman Bates. El uso del ángulo contrapicado es una herramienta para realzar la psiquis retorcida de Norman.

El cambio repentino del ángulo de la cámara. Es el único ángulo picado de la película.
Antes de desenmascarar la verdadera identidad del asesino, existen pistas que indican que Norman, el anfitrión del motel, es el asesino. Sin embargo, nadie se imagina que dentro de él se esconde un asesino psicopático, ya que se lo muestra como un amigable muchacho de granja con una sonrisa cálida y una mirada hogareña (La imagen de Antony Perkins vuelve a Norman simpático y aterrador). Más tarde, cuando se da a conocer la afición de Norman por la taxidermia y se ve un esqueleto escondido detrás de su sonrisa en la escena final, es difícil no preguntarse si existen personas en la realidad capaces de esconder una naturaleza macabra detrás de una máscara amigable. Esta duda repentina sólo deja a la audiencia con una sensación de incomodidad e incertidumbre, al descubrir que las personas no son lo que aparentan. Es un recordatorio de que las personas son más de lo que muestran y que se debe ser cuidadoso al tratar con extraños.

El diablo se esconde detrás de la sonrisa del ángel

El desorden de doble personalidad de Norman. una de sus manos tiene la intención de matar, mientras la otra intenta detenerlo.
Las cualidades siniestras
Los personajes de las películas de terror como El doctor Frankenstein, Halloween y Psicosis poseen cualidades siniestras que los vuelven fascinantes y aterradores. Al mostrar una historia que es familiar pero a la vez diferente a nuestras vidad, los directores expanden la arena del horror a un lugar del que la audiencia puede salir pero no escapar de 'la experiencia siniestra'. En otras palabras, ofrecen una oportunidad única para enfrentar nuestros miedos y ansiedades más profundos. Estas películas nos transportan a un lugar donde se borra la línea entre la realidad y la fantasía, mientras somos obligados a enfrentar los aspectos más oscuros de nuestra humanidad. Un aspecto interesante es que es el personaje en pantalla quien nos personifica y resulta emocionante.
*El término fue acuñado por Sigmund Freud en su ensayo de 1919 'Lo siniestro', en el que argumenta que lo siniestro no es nada nuevo o extraño, sino algo familiar y antiguo en la mente que se vuelve extraño porque se reprime.



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