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¿De qué forma 'Llámame por tu nombre' representa el amor y el deseo

Spoilers

Llámame por tu nombre es una historia simple pero poderosa sobre una breve historia de amor entre dos jóvenes durante un verano. Después de la avalancha de temas románticos retratados una y otra vez en múltiples películas, logra conmover a la audiencia con una narrativa muy simple, probablemente porque presenta el amor en su forma más original y auténtica.

Un romance inevitable

En la mayoría de las historias de amor existen diversos obstáculos que pueden provenir de la sociedad, la familia, el tiempo, el espacio o uno mismo. Estos obstáculos no sólo son fuente de conflictos dramáticos, sino que también debilitan la exploración del amor mismo. Sin embargo, esta película crea un espacio casi cerrado desde el principio.

En el verano de 1983, en una pequeña ciudad de Italia, las complejas comunicaciones móviles aún no habían invadido el espacio interior y exterior de las personas, y el papel y el bolígrafo seguían siendo herramientas de expresión y comunicación de uso común. Nada en la villa, ni el huerto ni las sirvientas, necesitaban que Elio se preocupara. Él sólo tenía que concentrarse en escribir, escuchar música, leer y comer a tiempo. Todos los asuntos triviales cotidianos que podrían obstaculizar su vida espiritual estaban lejos de él.

La oposición familiar y social hacia la homosexualidad tampoco aparece. Los padres de Elio eran intelectuales con una mente abierta que le decían: "Sabes que puedes hablar con nosotros de cualquier cosa". Cuando se dieron cuenta de sus sentimientos por Oliver, simplemente expresaron su apoyo de manera casual, sin hacer que Elio se sintiera avergonzado.

Este es un espacio en el que casi hay cero oposición. Además, es una belleza: sol, huertos, agua de mar azul clara, jugo de durazno, cuerpos jóvenes y hermosos, discusiones filosóficas intercaladas. Es un espacio lleno de catalizadores del amor. Es en este espacio en el que dos chicos hermosos e inteligentes se conocen. Termina siendo casi imposible no tener un vínculo amoroso.

Por supuesto, esta situación casi perfecta no existe en el mundo real. Sin embargo, es precisamente porque no existe que resulta fascinante. La ventaja de una película es que no tiene que considerar posibilidades; sólo necesita crear la situación más adecuada para el texto de la historia según sus propios deseos. Para el público, un espacio tan hermoso no sólo satisface todas nuestras necesidades estéticas sino que también centra toda nuestra atención en el amor.

La espera

El tema de la espera aparece una y otra vez, creando tensión, ansiedad y nerviosismo. La espera más reconfortante de la película dura todo un día. Después de que lo evitaran a propósito, Elio reflexiona una y otra vez, arrancando la confesión directa y apasionada y finalmente escribe en la nota a Oliver: "No soporto el silencio. Necesito hablar contigo". Al día siguiente, ve el mensaje de Oliver sobre el escritorio: "Madura. Te veré a medianoche".

Elio mira su reloj y frota la nota de Oliver contra sus labios. Durante la larga espera que sigue, Elio vuelve a mirar su reloj de manera repetida y muestra la impaciencia por el paso del tiempo. Aunque Elio pasa toda la tarde con Marzia, está distraído y mira su reloj con frecuencia. Parece que el enredo con Marzia era sólo un intento para desviar su atención y soportar la larga espera.

Por otro lado, Oliver también se sentía muy ansioso. Para expresar esto de forma indirecta, el director hace que Oliver agarre la muñeca de Elio cuando este se levanta de la mesa a la hora del almuerzo, y que pregunte casualmente por la hora. La cámara enfoca dos veces el reloj de pulsera, una vez cuando Elio se lo quita con cuidado y lo coloca sobre la mesa antes de intimar con Marzia en el ático, y la otra cuando el padre de Elio se lo devuelve después de que termina de tocar el piano por la noche. Esta importante acción fue una señal de que la espera estaba llegando a su fin.

La espera es un proceso de elaboración, restricción de deseos y erosión de necesidades, que permite que las emociones y los deseos se acumulen poco a poco hasta que el tiempo les dé permiso. Elio salió al balcón a medianoche y la noche estaba tranquila como el agua. Oliver colocó suavemente su mano sobre la mano de Elio en la barandilla, poniendo fin a su juego de espera. Este simple gesto hizo que los espectadores se sintieran complacidos.

Hacer esperar a la gente es una autoridad eterna que trasciende todos los poderes del mundo y un antiguo pasatiempo de la humanidad.

Patológico

La película presenta a Elio como un adolescente frágil: rasgos esbeltos y delicados y un hermoso rostro enmarcado por rizos brillantes. En la película, experimenta dos episodios de malestar físico: una hemorragia nasal repentina durante la cena y vómitos mientras baila con Oliver frente a una iglesia por la noche. En la novela, la hemorragia nasal se debe a que Oliver lo toca debajo de la mesa. Sin embargo, la película no lo muestra de esa forma. Más tarde, cuando Oliver y Elio están solos, Oliver le pregunta a Elio si va a tener otra hemorragia nasal mientras su pie descansa sobre el de Elio.

En la película, el malestar de Elio es en sí mismo una metáfora del amor. El amor y la enfermedad siempre se reflejan mutuamente, como cita Susan Sontag en La montaña mágica: "Los síntomas de la enfermedad son las manifestaciones del poder oculto del amor; toda enfermedad no es más que una forma distorsionada del amor".

El amor patológico llevó a la muerte a Werther y a Anna Karenina, e incluso si ignoramos casos tan extremos, las personas que se ven afectadas por el amor siempre están desorientadas, ya sea porque se sienten nostálgicas o alegres, experimentan emociones indescriptibles y difíciles de disipar, como si estuvieran infectados con una enfermedad desconocida.

Cuerpo y deseo

La película alaba el deseo en voz alta. Bajo el abrasador sol del verano italiano, los dos personajes principales aparecen con el pecho desnudo, las piernas esbeltas y el cabello al viento... todo es muy sugerente. A su vez, también aparecen las esculturas griegas antiguas presentadas en la investigación arqueológica en la película.

Cuando el padre arqueólogo de Elio invita a Oliver a clasificar las diapositivas juntos, Oliver no puede evitar decir: "Todos se ven muy sexys". Históricamente, el racionalismo del clasicismo fue dando paso de forma gradual a la alabanza de la humanidad y del mundo secular durante el período helenístico, que es lo que el director espera expresar. El lenguaje utilizado por el padre de Elio para valorar estas esculturas es emotivo: "Estas esculturas no son troncos rígidos, tienen curvas, desenfado, y por tanto desdibujan las huellas del tiempo, como si se atrevieran a desear tu favor".

En la película, Elio es objeto del deseo. Ya sea con Oliver, Marzia o la masturbación, su pasión es intensa y directa. Sin distracciones ni vergüenza, expresa el deseo como Eva antes de probar el fruto prohibido, incluso con un toque de inocencia.

El deseo es como el agua, intangible y adictivo, por lo que a menudo se ven en la película escenas relacionadas con el agua, cada una de las cuales insinúa el anhelo y la admiración del protagonista. Cuando Oliver invita por primera vez a Elio a nadar en la piscina, él sólo se apoya contra el borde, cauteloso y vacilante, mientras Oliver nada de un lado a otro en la estrecha piscina, luciéndose.

En una escena posterior, los dos hablan desde dos extremos de la piscina, anhelándose el uno al otro pero manteniendo la distancia, lo que genera una gran tensión. No es hasta que Elio se va hacia el otro lado de la piscina para agarrar el manuscrito de Oliver, que Oliver se da cuenta de repente y cae al agua sin previo aviso. La sombra de una persona en el agua es vagamente visible, y esto implica que Oliver se vuelve adicto y no puede liberarse.

Cuando Elio lleva a Oliver a su lugar secreto, los dos juegan en el agua. El agua del manantial es cristalina y su deseo sólo llega hasta un beso. Cuando pasan su primera noche juntos, el hecho de que fueran a nadar al lago al amanecer indica su completa inmersión el uno en el otro.

Imágenes

Gafas de sol

En la primera mitad de la película, Elio y Oliver suelen usar gafas de sol. Al comienzo de su incipiente romance, ambas partes intentan leer las emociones del otro, probándose y conteniéndose. Las gafas de sol son como una máscara que oculta sus sentimientos. Cuando Elio finge ser indiferente hacia Oliver e intenta tenderle una trampa con Chiara, Oliver responde con un comentario frío. Más tarde, cuando se sientan en el asiento trasero de un auto, ambos usan gafas de sol, a pesar de estar sentados cerca el uno del otro. No fue hasta que estuvieron en la playa, mirándose a los ojos, que se quitaron las gafas de sol y se dieron la mano con un brazo de bronce roto, declarando una tregua.

Usar gafas de sol da la apariencia de cierta dignidad y superioridad, pero en realidad revela sus emociones genuinas. Sin embargo, lo que puede estar causándoles dolor no es que se den cuenta sino tener que ocultar su amor y revelar algo de él al mismo tiempo. Como sucede cuando Elio ve a Oliver ir al baño a la medianoche: enciende el velador, contiene la respiración y se queda esperando en la cama sólo para descubirir que Oliver vuelve a su habitación sin mirar hacia atrás, entonces murmura "traidor" y apaga la luz.

Cigarrillos y hexagramas

Fumar es el hobby de Elio. Cuando Oliver y Elio van en bicicleta a la ciudad, se detienen en una tienda para comprar cigarrillos. Mientras Elio fuma el cigarrillo que Oliver le da, dice: "Pensé que no fumabas". Oliver gira la cabeza y dice: "No lo hago". Luego sonríe. Fumar es una señal de que Oliver se está acercando a Elio. Cuando se encuentran en el balcón de medianoche, Oliver sostiene un cigarrillo encendido en la mano mientras sostiene la mano de Elio.

Este comportamiento mímico también aparece en Elio. La película muestra un primer plano del hexagrama en su pecho cuando Oliver desayuna con la familia de Elio por primera vez. Si la cámara de cine representa la perspectiva de Elio, entonces Elio nota el collar el primer día. Después de que Elio y Oliver dijeran lo que sentían el uno por el otro, Elio le dice a Oliver que él también tenía un hexagrama similar, pero que no lo usaba con frecuencia porque su madre decía que eran judíos cautelosos. Pero después de esta conversación, Elio se puso el collar de hexagramas.

Imitar las palabras y las acciones de la otra parte debido a la admiración y la adoración es un comportamiento común. Hace más de dos mil años, Sócrates admitió en El Banquete: "Me visto así para caminar con un joven de temperamento extraordinario". Los amantes intentan lograr la comunicación emocional a través de la imitación, haciendo de la imagen del amor una entidad, mezclándose entre sí y proyectándose el uno en el otro.

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