La bruja: la religión y el trascendentalismo Spoilers

¿Cómo se caracteriza la divinidad? Es una pregunta que la humanidad siempre busca responder, con tantas respuestas como personas en el planeta y cada solución se ve influenciada por la cultura y la experiencia de cada uno. Por eso, me alegró tanto ver La bruja, porque como alguien que creció en Nueva Inglaterra, fue increíble ver el contexto espiritual de la región reflejado en la película. Muchos la han analizado al cuestionar los elementos sobrenaturales o al verla desde una perspectiva feminista. En mi opinión, la mejor interpretación de la película se basa en una de las ideologías más importantes surgidas de Nueva Inglaterra: el trascendentalismo.

El trascendentalismo es una filosofía de principios del siglo XIX que aboga por que los humanos vivan vidas independientes en armonía con la naturaleza. Henry David Thoreau, uno de de sus escritores más influyentes, es famoso por retirarse al bosque para vivir una vida tranquila y sencilla alejado de la sociedad. El trascendentalismo no se trata de vivir de la tierra. Como mínimo, se espera que una persona admire la naturaleza y la vea como una extensión de la divinidad, pero no es necesario que una persona abandone la sociedad y viva en la naturaleza. Lo que se necesita es que las personas piensen por sí mismas, de acuerdo con sus propias creencias, ya que los trascendentalistas ven a la política y la religión como fuerzas que corrompen la pureza de la humanidad.

Esta ideología no es tan popular, pero tiene un efecto pervasivo en la cultura de Nueva Inglaterra. Recuerdo lo profundo que resonó en mí cuando finalmente estudié el trascendentalismo. Cuando era niño, pasé mis veranos en campamentos en la naturaleza, recolectando palos y piedras para construir casas de hadas en las colinas y los bosques. Aprendí sobre la vida de los primeros europeos en América y cómo arriesgaron todo para practicar su religión. Salí a caminatas para recolectar bayas, donde aprendí a dejar siempre algunas para que los animales las comieran y hubiera más plantas al año siguiente. Con esa infancia, ¿quién no entendería la belleza de la naturaleza y la alegría de una vida simple y auténtica? Aunque no sé con certeza si Robert Eggers tuvo las mismas experiencias que yo, también creció en Nueva Inglaterra y sin duda fue influenciado por las mismas creencias.

En La bruja, podemos ver cómo la familia no cumple con los estándares trascendentalistas. Son personas individualistas, que abandonan su país y su plantación para practicar su religión según sus normas. Sin embargo, el pensamiento de la familia sigue ligado a la sociedad y la religión, impidiéndoles alcanzar cualquier forma de iluminación y llevándolos a la perdición. La mayoría de las religiones organizadas y las creencias calvinistas de los peregrinos rechaza la naturaleza. Este rechazo se muestra en la película, cuando la familia prohíbe a los niños a entrar en el bosque y el rechazo más fuerte se puede ver en el personaje de Thomasin.

Thomasin es una niña al borde de la madurez, tiene su primer período y comienza a desarrollar senos, lo que atrae la atención de su hermano menor, Caleb. El desarrollo de su cuerpo y sexualidad es natural, la única forma de evitarlo es morir. Sin embargo, la reacción de su familia es enviarla lejos, e incluso su madre llega a llamarla prostituta. Los peregrinos que llegaron por primera vez a Nueva Inglaterra creían que los seres humanos eran pecadores, los cuerpos de las mujeres estaban atrapados en el pecado y eran vistos como tentaciones peligrosas y manchados por la menstruación. Como resultado, el sexo y los cuerpos humanos son rechazados en busca de una pureza que separa a los seres humanos de la naturaleza y los sitúa por encima de ella.

La familia trabaja en contra de la naturaleza y la naturaleza también trabaja en su contra. Sus cultivos se pudren, su cabra produce sangre en lugar de leche y un huevo muestra un pollito muerto en su interior. Si interpretas los elementos sobrenaturales de la película de forma literal, las brujas del bosque y el diablo en forma de cabra antagonizan a la familia. Si crees en la teoría de que la familia alucina porque sus cultivos están infectados por el cornezuelo, un hongo alucinógeno utilizado en distintas prácticas espirituales, es ese hongo el que siembra las semillas del desastre. Sin embargo, no importa cuál de las teorías sea cierta, ninguna es la causa de la caída de la familia. Aparte de la desaparición del bebé Samuel, la muerte de todos los demás miembros de la familia es el resultado de sus creencias religiosas.

Si no fuera por sus creencias, no habrían decidido enviar a Thomasin lejos, lo que lleva a Caleb a entrar en el bosque, perderse, enfermarse y morir. Si no fuera por sus creencias, no se habrían preocupado de que sus hijos fueran brujos, lo que los lleva a encerrarlos en el granero donde luego desaparecen los gemelos. Si no fuera por sus creencias, el padre no habría creído que Black Phillip era el diablo y no habría sido embestido por él. Si no fuera por sus creencias, la madre no habría atacado a Thomasin por ser una bruja, lo que resulta en que Thomasin la mate en defensa propia.

A lo largo de la película, todos son miserables hasta que renuncian a su fe. En el caso de Caleb, pasa toda la película preocupándose por ir al infierno hasta que está en su lecho de muerte. Solo entonces vomita una manzana, un rechazo metafórico del pecado original con el que le enseñaron que nació. Poco después, comienza a delirar sobre Dios al hablar un lenguaje sugestivo sobre besos y abrazos, sonriendo y afirmando sentir el amor de Dios mientras rechaza lo que su religión le ha enseñado y abraza la sexualidad. La madre siente alegría solo cuando firma el libro del Diablo, un rechazo más literal de su religión, solo para volver a ser miserable y temerosa cuando vuelve a sus tendencias religiosas, volviendo a llamar a su hija bruja antes de que la maten.

La única que realmente se libera es Thomasin. Cuando vemos por primera vez el bosque, se muestra como un muro amenazador, superpuesto con frenéticos violines, la demarcación final entre la sociedad y la naturaleza. Thomasin finalmente acepta plenamente esta naturaleza, de una forma que ninguno de los miembros de su familia pudo hacerlo. Ella firma el libro del diablo, rechaza su religión como lo hizo su madre, pero va un paso más allá. Se despoja de sus ropas, reduciéndose a su forma más natural y entra en el bosque. Allí encuentra una hoguera, un contraste brillante y salvaje con las tenues velas y la atmósfera sombría que impregna la película. Las brujas cantan a su alrededor, convulsionando y luego volando, al igual que Thomasin, finalmente empoderada al aceptar el poder salvaje y divino del bosque.

La bruja no es una película para apreciar la belleza de Nueva Inglaterra. De hecho, la monotonía de todo es casi ofensiva dada la verdadera belleza del paisaje de la región. Sin embargo, si quieres entender la cultura de la región y una parte de su filosofía, es una película sorprendente. La bruja es una crítica de la religión y la sociedad a favor de la espiritualidad y la naturaleza, una filosofía del trascendentalismo. Es una película hermosa que muestra el peligro del dogma y la belleza impresionante y aterradora de la naturaleza. Como una película de terror folklórico que incluso yo disfruté, definitivamente la recomendaría para ver en esta temporada escalofriante.