Nunca vas a ver una película como 'Yannick', de Quentin Dupieux | Mar del Plata 2023

POR JERÓNIMO CASCO

8 DE NOVIEMBRE, 15.45 PM | UTC-GMT -3

Nunca vas a ver una película como 'Yannick', de Quentin Dupieux | Mar del Plata 2023

Puede que la sorpresa más grande de este intenso e increíble Festival Internacional de Cine de Mar del Plata haya sido ‘Yannick’, película dirigida y escrita por el más que peculiar y original Quentin Dupieux.

La sorpresa no sólo vino desde la idea y el abordaje de la película, sino varios minutos previos al visionado. En las cercanías del Teatro Colón, una de las sedes del festival, podía observar a lo lejos una fila casi interminable de personas esperando para entrar. Inmediatamente surgió la pregunta: ¿Quién es este director? ¿Cómo puede haber tantas personas esperando para ver una película de 1 hora y 7 minutos con cuatro o cinco actores y en una sola localización?

Al finalizarla, pude comprobarlo y despejar mis prejuicios a un lado. Estamos ante un genio. Uno que desconocía, pero que verdadero lujo se siente encontrar voces distintas a todo lo que uno puede esperar del séptimo arte. Y es que ahí precisamente radica la magia del cine: en el hecho de esperar algo, y dar cuenta de las infinitas posibilidades que en realidad tenemos ante nuestros ojos.

‘Yannick’, según lo que comentaba minutos antes del arranque Pablo Conde (el presentador y director artístico del festival), es la película más liviana de la filmografía de Dupieux. Nuevamente, al finalizarla me llevé otra sorpresa y otra pregunta: si esta oscura comedia que desafía todas las expectativas es la más liviana, ¿cómo será el resto de su filmografía?

Sin desviarnos de lo que requiere suma atención, les cuento el sencillo plot de ‘Yannick’. El título de esta hilarante, atrevida y realista comedia no es más que el nombre del protagonista absoluto de ella. Un hombre de mediana edad, con un trabajo que no le gusta, una vida según él bastante miserable y con varios problemas más. En el arranque no lo conocemos ya que la cámara se posiciona fija apuntando a una escena que está sucediendo en una obra teatral. La escena en sí es bastante aburrida (algo que también se hace notar por los pocos espectadores que hay), y a medida que avanza vamos viendo los distintos rostros: casi todos están aburridos, tiesos, quietos, pero hay uno de ellos que presenta algunos tics…

En una inusual situación Yannick, este hombre con tics, se levanta de su asiento e interrumpe a los dos actores y la actriz que están involucrados en la obra. Se siente decepcionado con las interpretaciones y con la obra en general, y necesita que hagan un cambio para poder sentirse satisfecho. Describe brevemente su ordinaria vida, justifica la interrupción con el hecho de que según él pagó para poder entretenerse y ahora se siente más deprimido que antes y exige sin discusión posible que se haga algo al respecto.

Este peculiar comportamiento del protagonista se convierte en una metáfora e inmediatamente nos hace replantearnos los roles como intérpretes que, de alguna manera, nos quieren obligar a tener en una sociedad: en este caso los actores de la obra como servidores del entretenimiento y los espectadores como máquinas que aplauden automáticamente. Me pareció más que interesante cómo en el momento en el que yo mismo veía la película y analizaba muy brevemente esta metáfora, observaba a personas que de manera desmesurada se reían en momentos que tal vez, según mi lógica, no eran precisamente graciosos. Para pensar.

Por medio de 67 minutos de puro ingenio cinematográfico, Dupieux en conjunto al actor Raphaël Quenard crean un personaje con una abrumadora atención a los detalles, desde la personalidad hasta la fisicidad del mismo. Uno que entendemos de su condición (indudablemente hay algo que no está muy bien en Yannick), pero con el que aún así logramos empatizar. ¿Por qué sucede esto? ¿Cuál es la medida de la línea que separa a la cordura de la locura? ¿Cuantas veces habremos pensado de alguien que consideramos anormal, pero que luego nos genera preguntas sobre si realmente lo era? Nuevamente, para pensar.

No vas a encontrar ninguna resolución en Yannick, pero si varias cuestiones existenciales que la próxima vez que no te quieras animar a algo, te van a hacer pensarlo más de dos veces.

CONCLUSIÓN:

“Probablemente nunca hayas visto algo como Yannick. Una obra minimalista, original, con uno de los mejores guiones que la comedia haya sido testigo y con un protagonista tan desquiciadamente humano como la audiencia que le observa. Las risas se mezclan con la tensión en uno de los ejercicios de meta-relato más realistas y absurdos en el buen sentido de la palabra."

PUNTAJE: 9.2 de 10

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