Tokyo Godfathers: una opción, diferente

"Con su comprensión magistral de la comedia, la emotividad, la crítica social y las extravagancias místicas, 'Tokyo Godfathers' eleva al anime a un nuevo nivel" .

Ken Eisner: Variety

Tokyo Godfathers es una película extraña. En el buen sentido, claro. Es una oda a la magia de las casualidades y a ese azar que, sin la mayor timidez encima, y enamorado de las ironías, nos invita a sumergirnos en un viaje hacia nosotros mismos y hacia nuestro entorno al que con solo comenzar a leer una palabra ¡Mucho gusto queridos desconocidos! Una presentación nos acecha y una nueva aventura nos espera.

De mano del reconocido director de Perfect Blue, Millennium Actress y Paprika, con un tinte menos denso y oscuro (pero igual de realista) Satoshi Kon codirigiendo con Shogô Furuya nos presenta Tokyo Godfathers, una tierna y reflexiva fábula navideña con una gran inspiración en 3 Godfathers (1948) acerca de, primeramente, esa cara marginada y menos expuesta de la Navidad; la que no tiene un hogar al que volver o la que solo huye del pasado olvidando su presente, defecando en su futuro. Y en segundo lugar, sobre el valor de las relaciones más allá de los lazos sanguíneos, las segundas oportunidades y la esperanza.

En esencia, nuestros tres reyes magos: Gin, un cuarentón alcohólico con problemas con el juego, Hana, una mujer trans y antigua drag queen y Miyuki, una joven incapaz de comunicarse y conectar con sus padres que huyó de casa; los tres vagan por las calles en la noche de navidad deseando encontrar algún respiro de su difícil y dura vida en la noche fría de Tokyo sin saber que estarían a punto de encontrar su milagro de navidad, ¡y vaya regalo les cae del cielo! Una bebé abandonada entre la basura que reflejará lo más profundo de sus temores y tristezas, desenredándolas así e intentando dar paso a un futuro más brillante. En el intento de encontrar la respuesta al porqué un padre abandonaría a su hijo, (realmente esta película tiene una subtrama con paralelismos cristianos interesantes), mientras están en búsqueda de este, deberán plantarle cara a su pasado al mismo tiempo que descubren que, aunque perdieron una familia, ganaron una nueva.

Esto, desarrollado e inspirado en el resultado del total de las mentalidades y prejuicios cultivados a lo largo del tiempo y desembocados en el Tokyo de los años 2000, nos hace preguntarnos si en realidad nuestra actualidad es tan diferente, ¿qué es lo que hemos ido cambiando? ¿En realidad nos estamos convirtiendo en el cambio que queremos ver en el mundo o seguimos encadenados a esa herencia generacional que honra cada escena enfocada en las publicidades en Tokyo Godfathers?

La cinta además critica expresamente el inclemente rechazo y crueldad hacia aquel sector social al que descartamos como basura por no ajustarse a nuestras expectativas y estereotípicos finales felices mediante un uso brillante del humor negro y la profunda psicología de los personajes. Sin embargo, también podemos sentir esa reconfortante y simple calidez de la construcción de un hogar, los reencuentros, los chistes y discriminaciones que sabemos no hacemos en serio; Tokyo Godfathers nos hace sentir en casa, es justamente esa magia en sus personajes y guion lo que me hace recomendarla.

Sus matices más claros y oscuros coexisten perfectamente y nos preguntan ¿Qué mejor que disfrutar de una divertida travesía navideña mientras analizamos la reflexión de una sociedad?

Esta navidad, donde esta obra no será ni la primera ni la última que veremos del sector, logra hacerse un hueco en nuestros corazones con su familiar y complejo retrato de Tokyo y sus fantasmas.

(Si no estás tan familiarizado con el mundo de la animación ¡anímate! esta opción podría aportar a tu navidad un tono diferente…)

¡Au revoir, agradables sujetos!