The Devil Wears Prada, El film como lenguaje de la moda

Escrito por Matias Sielecki (Siele)

Sin duda The Devil Wear Prada (2006) de David Frankel ha marcado a toda una generación de niños o/y adolescentes que al igual que el personaje, Nigel (Stanley Tucci) encontraron algo mágico que nos marcó y nos hizo encontrar un lugar seguro y de pertenencia en este caso Nigel lo encuentra una tonta revista de moda y para en los espectadores en sátira de cruel mundo de la moda.

Aunque parezca raro si usted le pregunta un grupo diez personas de la generación de los noventas/ dos mil, cuáles fueron películas las películas que marcaron su época no se sorprenderá al descubrir que tanto en el público femenino como el masculino resaltar el título del The Devil Wear Prada o como es conocido en Hispanoamérica El Diablo Viste A La Moda.

Esto sucede gracias a que la película en sí busca meternos en su código, su lenguaje para que podamos conectar de una manera no verbal inconscientemente con lo que sucede, ya que toda la puesta en escena este post de construir este lenguaje para que cualquier persona que sea ajena al mundo de la moda pueda entenderlo.

Para eso busca lugares comunes como mostrar parís con la grandeza de su monumento como la torre Eiffel y repleta de luces y por su contraste new york se muestra con el tráfico constante y su más que famosos puentes para que no quede dudas de donde sé estos ubicados geográficamente. A su vez vemos que tanto el photoshoot al que organiza Nigel, está filmado como un fashion film o por lo menos cuando se nos quiere situar que en estamos en una sección de fotos y lo mismo va a suceder cuando vemos la pasarela en París que está filmado como el imaginario colectivo cree que se ve una pasarela.

Por otro lado y para mí su punto fuerte es que a partir de que vemos como Miranda Priestly (Meryl Streep) mira con de arriba abajo Andy (Anne Hathaway) de forma despectiva, como esto está mal y que es la vemos al revés, de pies a cabeza cuando Nate (Adrian Grenier) se sorprende con su nueva forma de vestir, como forma de aprobación, la cámara se va a apropiar cada una de las gesticulaciones del personaje de Meryl Streep para comunicaros la visión del narrador acerca de cada uno de los hechos como sucede en el momento previo y posterior a que Andy se acueste con Cristian Thomson (Simon Baker) que la cámara baja hasta el piso y luego vuelve sube como muestra desaprobación cosa que también pasa cuando la cámara entra al cuatro y descubrimos que Andy estuvo con el de forma inversa cuando Andy tira su celular en la cascada desvinculándose de miranda como si estuviera de acuerdo con esta acción.

Lo mismo va a suceder con el fruncir de labios de miranda que hizo que cancelen e invaliden toda una colección en este caso la cámara hacer un rotundo zoom out que invalida y cancela las cosa como cuando Cristian besa a Andy en la muestra de su amiga y su amiga los ve y decide cortar relación con Andy.

Estas acciones que vuelven a la cámara tan expresiva como los gestos humanos están durante toda la película generando una conexión más grande y cercan con el espectador estás misma que ya para el final se actualizan también de forma verbal cuando Nate se reconcilia con Andy nombrando las prendas que usa de abajo para arriba para que antes que lo aclare sepamos que la perdona.

Pero esto también sucede por fuera de la puesta en escena con concepto de Emily, asistente y accesorio, el cual solo existe por y para servirle a Miranda por eso es que el único personaje plano y sin desarrollo lleve ese nombre.

Gracias al uso de los lugares cercanos, la gestualidad de la cámara como si fuera un humano y la creación de conceptos con a partir de un personaje/nombre se puede decir que genera un diálogo más cercano con su espectador y eso es lo que hace quede marcada en el gusto colectivo de los espectadores de cine.