Tiempo, memoria e historia: Análisis del lenguaje en "El espejo”

Spoilers

La trama de "El espejo" es muy simple. Narra la historia de un hombre terminalmente enfermo (algo muy similar a lo que le pasó a Andrei Tarkovsky) que, en su lecho de muerte, reflexiona sobre su infancia, padres, esposa e hijos, así como sobre los sueños y recuerdos de la época en la que vivió. Estos recuerdos fragmentados están meticulosamente elaborados y dispuestos utilizando un lenguaje cinematográfico distintivo, dando como resultado la creación de una experiencia cinematográfica poética.

En una escena en particular, el hijo del protagonista recita una carta de Pushkin a una mujer de negro. La carta habla sobre cómo el pueblo ruso resistió la amenaza de la civilización cristiana occidental hacia la civilización asiática, pero también se volvió extraño en el mundo occidental. Este dilema de identidad causado por una ubicación geográfica única es la característica más importante de la nación rusa, y la película de Tarkovsky también refleja este conflicto e integración.

Impacto europeo: Adopción de técnicas diversas

1. Expresionismo

El expresionismo en el cine se originó en Alemania en la década de 1920. Sus principales características incluyen romper las reglas de la perspectiva, exagerar líneas, colores y contrastes, y enfatizar la percepción intuitiva y la creación subjetiva de la obra de arte. Es subjetivo, altamente emocional y expresivo, creando un mundo espiritual extremo.

En "El espejo", el uso del expresionismo se refleja principalmente en la aplicación de luz de color y sombra. Posee una paleta de colores rica, diferenciando no mecánicamente entre el presente y el pasado, la realidad y la imaginación con blanco y negro o color, sino presentándolos de manera orgánica según el estado psicológico. Algunos colores primarios se extraen o diluyen, mostrando una capa de tonos azul-negro, verde oscuro y marrón oscuro, creando una atmósfera psicológica opaca y sombría. El uso de la iluminación y las sombras se ejemplifica en la escena donde la madre lleva al joven protagonista a visitar al médico:

Después de caminar durante dos horas, la madre y el hijo llegaron a la casa del médico solo para encontrarse con su esposa en casa, quien no fue amigable con ellos. En el minuto 83:30, hay una escena que ejemplifica una excelente utilización de iluminación, sombras y composición de escena.

En primer lugar, hay una toma completamente envuelta en la oscuridad; una mujer emerge de la oscuridad, con luz proveniente desde la izquierda.

La mujer camina hacia la derecha, adentrándose en las sombras; la cámara se desplaza en esa misma dirección, la madre entra en el encuadre y la mujer detrás es solo una silueta negra.

La cámara continúa moviéndose hacia la derecha, la madre sale del encuadre, y vuelve a aparecer el rostro de la mujer, luego sale del encuadre hacia la izquierda; la cámara permanece quieta, hace un acercamiento, y el rostro del niño pequeño emerge muy lento desde sombras.

En esta toma de 25 segundos, todo el fondo está oscuro e indefinido, con la luz golpeando el primer plano, centrando la atención del público en las expresiones faciales de los personajes, enfatizando la arrogancia y frialdad de la mujer, e intensificando la sensación de dependencia de la madre. Con la luz proveniente desde la izquierda, la mitad de los rostros de los personajes están en la oscuridad, insinuando emociones complejas e inciertas. Los rostros de la madre y la mujer aparecen en las sombras, sin llegar a mostrarse completamente en una sola toma, describiendo vívidamente la tensión en su relación.

Finalmente, el perfil del joven niño sale del fondo oscuro, revelando que ha presenciado en silencio todo. En este momento, se condensa la impotencia de la madre abandonada, la autoacusación y resistencia del joven que no pudo proteger a su madre, así como su compasión y amor por ella. Todo esto se concentra en esta toma.

Más tarde, la mujer obliga a la madre y al hijo a matar un pollo para ella. Para proteger al joven protagonista, la madre hace a regañadientes lo que se le pide. Después de matar al pollo, el director le da a la madre una toma en primer plano, con el mismo fondo oscuro, luz proveniente desde la parte inferior derecha, creando sombras pronunciadas en los ojos y pómulos. En este momento, la sonrisa de la madre hace que cada espectador sienta su desesperación e impotencia.

2. Surrealismo

Las películas surrealistas también surgieron en la década de 1920 como una rama del movimiento vanguardista francés. Su objetivo era establecer una sólida base intelectual arraigada en la teoría freudiana. Al mismo tiempo, buscaban sus propias herramientas de pensamiento y desafío artístico dentro del recién explorado ámbito del inconsciente, destacando la autonomía de la mente. En cuanto al contenido, el surrealismo pretendía retratar los sueños y reinos fantásticos en el cine. En cuanto a la forma, buscaba sumergirse en la estructura del inconsciente, liberándose de las restricciones racionales y perturbando las narrativas lineales. El ejemplo más famoso de esto es la obra colaborativa "Un perro andaluz" de Buñuel y Dalí. Adoptaron la perspectiva de partir de una imagen onírica, liberándose de la moralidad convencional y las restricciones racionales, y creando una película completamente antinarrativa.

Los sueños pueden considerarse un componente esencial de las películas de Tarkovsky. No solo en "El espejo", sino también en sus otras películas, se intercalan varios sueños extraños. Similar a los principios del surrealismo en el cine, Tarkovsky cree que la representación de los sueños no debe hacerse a través de tomas pobres en cámara lenta o velos de luz suave. La nebulosidad y ambigüedad de los sueños no provienen de imágenes borrosas, sino más bien de las impresiones únicas generadas por la lógica de los sueños, que combinan elementos completamente reales de manera irracional e impredecible. Sus películas buscan revelar esta lógica irracional en lugar de ocultarla.

Sin embargo, a diferencia del surrealismo francés, los sueños de Tarkovsky son líricos y no retratan teatralidad ni absurdidad.

Por ejemplo, en la primera escena de sueño en "El espejo": la madre, que acaba de lavarse el cabello, camina sola por la habitación. El agua comienza a filtrarse desde el techo y las paredes, como si estuviera lloviendo, y comienza a caer una gran cantidad de cal. En esta escena, la madre se mira en el espejo y ve a su futura versión anciana. La sensación de soledad se vuelven aún más fuertes en este telón de fondo incomprensible.

Otro ejemplo es la escena final: la madre anciana y sus dos hijos caminan por un campo. En la profundidad de la toma, la madre joven está parada en el otro extremo del campo. Luego, con un grito claro y poderoso del joven protagonista, caminan hacia la distancia con la madre anciana. En esta escena, la cámara se retira gradualmente hacia el bosque. Dentro de este encuadre, tres períodos de tiempo diferentes convergen en simultáneo: la madre joven expectante, los niños pequeños y la madre anciana. El tiempo y el espacio se entrelazan, simbolizando la eternidad del amor maternal.

Impacto asiático (Japón): Descrubrir el “tiempo” en el espacio

Tarkovsky ha expresado abiertamente su admiración y amor por la cultura japonesa en varias ocasiones. Disfruta de haikus japoneses, como la poesía de Basho:

El viejo estanque:

una rana salta,

sonido de agua.

(Traducido por Robert Hass)

Él cree que estos poemas solo contienen observaciones precisas y registros de la vida. Nunca metaforizan nada más allá de sí mismos, simplemente se expresan; pero estas observaciones y registros genuinos traen consigo connotaciones ricas, haciendo que las personas sientan muchas emociones, porque la vida y el mundo están inherentemente imbuidos de significado; al registrar la realidad, se puede descubrir todo el universo dentro de ella.

En cuanto a las películas, directores japoneses como Yasujirō Ozu y Kenji Mizoguchi encarnan estas características de manera más amplia. En comparación con centrarse en la actuación o psicología de los personajes, sus películas se interesan más en dar forma al estado de ánimo y la atmósfera general. El ritmo de las películas suele ser más lento, y prestan más atención al diseño de lo visual. Son hábiles para representar una sensación de tiempo en una toma larga, enfatizando la relación entre el entorno de la escena y los personajes.

En la película "El espejo", hay una escena en el minuto 13:55 que captura perfectamente el enfoque de Tarkovsky para documentar el mundo real y el sentido del tiempo dentro de esa documentación:

El cobertizo de madera fuera de la casa está en llamas, y la madre llama a sus dos hijos para que salgan y vean. La escena comienza con los niños levantándose de la mesa y saliendo del encuadre, pero la cámara no los sigue. En cambio, permanece fija en la mesa vacía, retrocediendo con lentitud y casi imperceptible durante 10 segundos completos.

Justo cuando la audiencia comienza a anticipar que nada ocurrirá, un jarrón de metal colocado en la mesa es repentinamente volcado por el viento, generando un sonido distintivo y agudo al impactar. Solo después de este sonido nítido, la cámara se mueve muy lento y comienza a buscar al personaje principal. Es un momento conmovedor, donde el tiempo en la película y la vida del protagonista se encapsulan en los diez segundos de encuadre vacío después del impacto.

El tiempo es siempre un tema central en las películas de Tarkovsky. A través de este podemos sentir su sinceridad y pasión en cualquiera de sus obras. La mayor riqueza que nos ofrece no son sus técnicas cinematográficas ricas y únicas, sino más bien sus palabras de sabiduría: el contenido y la conciencia deben estar antes que la técnica, para cualquier artista en cualquier forma de arte. Para mí, él siempre será el director más grande en mi corazón. La devoción y fe que revela en sus películas me inspiran constantemente a esforzarme por ser una mejor persona.

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