En solo unos pocos días, la nueva película de A24, "Guerra civil", va a llegar a la pantalla grande. Pero, el director detrás de ella, Alex Garland, les dio una noticia a sus fanáticos que no es tan genial. Puede que no conozcas a Garland, pero seguramente escuchaste hablar de su trabajo: "Ex Machina" (2014), una historia basada en la famosa prueba de Turing, donde una IA engaña y finalmente se vuelve en contra de sus creadores y programadores humanos. Y de "Aniquilación" (2018), una película un poco psicodélica protagonizada por Natalie Portman.

Te pido disculpas si lo que te dije antes despertó tu interés en él porque estoy a punto de tirarle agua fría a ese fuego: durante la filmación de "Guerra civil", Garland anunció en una entrevista que va a dejar de dirigir películas para enfocarse en escribir guiones nada más. Y, hace poco, cuando The Guardian lo cuestionó, él reiteró su postura: "Nada ha cambiado…estoy en un estado muy parecido. No planeo volver a dirigir en un futuro cercano".

En realidad, esto es bastante común. Los grandes directores han amenazado con colgar sus megáfonos en algún punto de sus vidas. Una vez, Quentin Tarantino dijo que solo iba a hacer 10 películas durante su vida, pero una mirada rápida a su filmografía real te va a hacer sonreír. Steven Soderbergh también anunció su partida de la industria muchas veces, pero ahora tiene planes de hacer proyectos hasta el 2030. Y después está el maestro japonés de la animación, Hayao Miyazaki, cuya película ganadora del Óscar, "El niño y la garza" (2023) es considerada su pieza de despedida, aunque había anunciado su retiro hace una década…
Por lo general, sus "retiros" anunciados tienen algo que ver con su creciente reputación, con los presupuestos y las compañías cinematográficas que se han entrelazado cada vez más con el poder del capital. A costa de su autonomía y licencia creativa, no tienen más opción que retirarse temporalmente del sistema impulsado por el capital para poder tener un poco de respiro.
De todos modos, el caso de Garland es diferente. Habló muy bien de A24 y dijo: "La presión no viene por el dinero. Viene por el hecho de que tenes que pedirle a la gente que confíe en algo que a simple vista no se ve muy fiable". Dio algunos ejemplos, como cuando tuvo que convencer a los actores de que la pantalla azul detrás de ellos durante "Guerra civil" iba a mostrar un cielo iluminado por el fuego en algún momento. O como cuando les garantizó a las chicas que protagonizaron "Ex Machina" que iban a manejar sus escenas de desnudos con respeto cuando, por lo general, la industria no se toma eso en serio.
Suena un poco confuso, ¿no?

Después, todo hizo clic cuando terminó la entrevista diciendo, "En realidad, me encanta rodar, pero la producción cinematográfica no existe en un vacío. Existe en la vida y en un contexto más amplio. Tengo que interactuar en cierto modo así, sin ser maleducado…" mientras señaló al periodista de The Guardian con un dictáfono. Finalmente, me cayó la ficha. Garland está metido en un lío: es un introvertido en un trabajo donde todo tiene que ver con la energía y el trabajo en equipo.
Sin lugar a dudas, Alex Garland es introvertido. Su película, "Guerra Civil", causó mucha controversia y hubo gente que cuestionó que se hubiera estrenado en medio de la situación actual de Estados Unidos. Pero, para Garland, no es la controversia lo que realmente le da dolor de cabeza, sino que es tener que comunicarse y colaborar con el equipo.
De acuerdo con algunas teorías de la psicología (como la prueba MBTI), mientras que los extrovertidos obtienen energía de las interacciones externas, como socializar con los demás, los introvertidos prefieren su propia compañía y necesitan tener más tiempo de descanso después de las interacciones sociales. Cuando tu personalidad choca con las exigencias de tu trabajo soñado es bastante duro tanto para vos como para tus colegas.
Un ejemplo es el de Wong Kar-wai, el reconocido director de Hong Kong: tarda años en hacer sus películas y hace muchas tomas para una sola escena. Mientras tanto y, a pesar del éxito final de sus películas, él lucha por comunicarse con los productores y los actores, lo que le provoca dolores de cabeza a él y a su equipo.

Este es el lío en el que están los introvertidos: sobresalen en sus carreras, pero sienten la presión. La carrera de Garland progresó sin problemas durante casi tres décadas. Además de las películas, también tuvo éxito en el ámbito de los videojuegos y de las series de televisión. Sin embargo, esto no le impide que desee fervientemente dar un paso atrás de la dirección. Claro, es deprimente para los fanáticos de la ciencia ficción y para Hollywood, pero yo entiendo completamente por qué se retira.
Me recuerda a mí y a mis compañeros introvertidos en la industria del cine. Estábamos todos muy emocionados con las películas hasta que entramos en la escuela de cine y vimos la realidad. Hacer películas no tiene que ver con las películas nada más, sino que se trata de lidiar con los procesos complicados como los de preproducción, producción y postproducción, cosas que tienen poco que ver con el trabajo creativo. Cuando tenía que quedarme toda la noche escribiendo guiones y guiones gráficos para mis proyectos estudiantiles, el verdadero sufrimiento era tener que explicarle (o rogarle) a mis compañeros durante las filmaciones por qué teníamos que hacer las cosas de cierta forma o por qué ciertas ideas no iban a funcionar… Era un infierno para los introvertidos.

Por suerte, Garland no está tirando la toalla por completo, sino que solo está cambiando de rumbo y va a escribir guiones, lo cual le sienta muy bien.
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