Es más probable que aquellos que no parecen asesinos maten.

"Evil Does Not Exist" se grabó con muchos planos y música vacíos. Comprender este origen particular es el prerrequisito para abordar esta película. Cuando se muestra la toma panorámica del denso bosque, la música se detiene repentinamente y luego aparecen los personajes y las voces. Luego de esto, la perspectiva cambia del paisaje natural a las personas. Por lo tanto, las personas siempre se vuelven intervinientes y destructoras en la película, incluso si son habitantes que viven en armonía con la naturaleza. Las intenciones comerciales de la capital sirven como una línea clara en la película, brillan fuertemente como bayonetas, y cuelgan sobre la amenaza a este denso bosque. En realidad, esta cortina se perforó ya que los primeros residentes llegaron luego de la guerra. Los representantes de la empresa son forasteros e invasores para los residentes y también lo son para la naturaleza. Aunque los residentes viven en el campo, su estilo de vida y ambiente cultural siguen siendo modernos. Ellos tocan grandes pianos, manejan autos y tienen vajillas modernas y preciosas. Son personas grises entre la naturaleza y la ciudad.

Además de los planos contemplativos, hay dos escenas intensas que se destacan en la película. Esto es característico del estilo de Ryûsuke Hamaguchi y una forma crucial en la que él desarrolla sus personajes, al usar el diálogo y el ritmo para transmitir sus convicciones. En la primera discusión, surgen dos campamentos opuestos, que representan la "justicia" y la "maldad" dentro del contexto de la película. Las preocupaciones genuinas del lado de la "justicia" parecen inútiles y trágicas en contraste con las tácticas manipulativas del lado de la "maldad", lo que hace que la alineación emocional de la audiencia sea clara. La segunda conversación, que ocurre en un auto entre dos representantes de empresas, muestra bromas ingeniosas que agregan profundidad a sus personajes. A medida que gradualmente muestran empatía por los residentes y la naturaleza, se vuelven entrañables y su naturaleza malvada parece desaparecer. Este giro se presenta ligeramente y la audiencia lo acepta fácilmente, lo que suma una capa de subversión a la película.

Justo cuando la audiencia y los personajes estaban a punto de llegar a un consenso compartido sobre que la "maldad" no existe, la bayoneta reluciente seguía colgando ominosamente en el fondo. La película luego dio otro giro subversivo: La "justicia" explotó en una representación grotesca de la "maldad". Como la escena más controversial, estaba destinada a enfurecer a los espectadores desde el comienzo ya que destrozó la comprensión consistente de la audiencia y disolvió su imaginación de las "personas que viven en armonía con la naturaleza", pero la película no tenía ninguna intención de pacificarlas. En su lugar, terminó desafiantemente. A diferencia de las transiciones anteriores que dieron suficientes razones y contexto, este cambio importante fue altamente destructivo para la audiencia.

El creador intencionalmente mostró el final vaga y abstractamente. Sin importar lo mucho que uno intente especular y analizar las motivaciones y metáforas detrás del ciervo y las acciones de Takumi o los intentos de reconstruir los eventos reales, permanece altamente subjetiva. Las interpretaciones complejas y simples son inapropiadas. Como el mismo Ryûsuke Hamaguchi dijo, la duda es uno de los propósitos de esta escena.

La película intenta transmitir que cada juicio tiene una tonalidad de gris. Lo que parece hermoso con frecuencia alberga daños escondidos, como disparos, esqueletos al lado de la carretera y plantas espinosas. Incluso los actos repentinos de maldad tienen sus explicaciones. Los residentes, representados por Takumi, ahora se encuentran en la zona gris entre lo "correcto" y lo "malvado". Mientras que el consenso predominante fue que "la maldad no existe", la subversión de la película en su conclusión sirve más como un desafío al pensamiento convencional en lugar de una afirmación lógica o de un sermón. Por lo tanto, analizar extremadamente esta película puede parecer superficial. La pregunta sobre el "por qué" se deja para que la audiencia la analice en su propia vida luego de dejar el cine. Esta es la riqueza que el cine nos puede ofrecer.

Las primeras películas de Ryûsuke Hamaguchi, como "Happy Hour" y "Asako I & II", tenían una atmósfera y un ritmo mucho más relajados en comparación a sus últimas obras, que son notablemente más tensas, particularmente similares a "Happy Hour". Se pueden ver muchas similitudes entre esta obra épica de 317 minutos y "Happy Hour". Además, el cinematógrafo Yoshio Kitagawa regresó para colaborar con Hamaguchi por primera vez desde "Happy Hour".

En "Happy Hour" y "Asako I & II", las acciones intuitivas de los personajes con frecuencia sirven como símbolos importantes en la película e impulsan momentos decisivos importantes. Estas acciones pueden sorprender a la audiencia, una característica del trabajo de Hamaguchi. Sus personajes con frecuencia expresan sus impulsos internos directamente, incluso si contradice la ética y los acuerdos. La acción final inesperada de Takumi en "Evil Does Not Exist" es otro ejemplo de este estilo característico, lo que deja una impresión duradera. Ya sea que este estilo resuena o no con los espectadores, es sin duda un aspecto clave de la cinematografía de Hamaguchi.

Las películas de Ryûsuke Hamaguchi profundizan en los aspectos más oscuros de la naturaleza humana, incluidas las tendencias violentas. Este tema parece ser una creencia que los personajes sostienen fuertemente en sus películas, una característica que él probablemente heredó de su mentor, Kiyoshi Kurosawa. Hamaguchi expande esta idea al sugerir que una película no debería limitarse a su principio y su final, sino que también debería incluir el mundo antes y después de esos momentos. Él intenta que su audiencia no solo experimente el terror, sino que también analice temas más profundos. Comprender esta filosofía artística puede llevar a apreciar más "Evil Does Not Exist".