¿Qué m!%*#@ es la realidad? Historieta argentina & siglo XXI: la exploración de un fenómeno artístico vital y pujante

“La historieta argentina del siglo XXI es un arte sin centro. Que no exista en ella una unidad estética identificable, resulta una de sus cuestiones más ricas. Estamos en un período altamente experimental que pone de relieve una convivencia de estilos”, dice el crítico cultural, Edu Benítez. Y el documental llevado a cabo por él, por el poeta Walter Lezcano y por el periodista Damian Sierra refleja precisamente eso: una exploración por las viñetas y los globos de la historieta argentina actual desde múltiples aristas.

Mediante una dirección y un montaje dinámico, ¿Qué m!%*#@ es la realidad?, logra concentrar en tan solo media hora una polifonía de voces y material de archivo que se engranan en no solo un informativo panorama de la de la historieta actual nacional, sino también en un manifiesto de su fuerza colectiva y organicidad artística.

Al respecto, el proceso de realización de la cinta refleja el mismo espíritu que tiene el noveno arte en la Argentina del siglo XXI con la consigna autogestiva del “hazlo tu mismo”: “En general fue un trabajo bastante desestructurado, no nos atamos a ningún esquema ni planeamos demasiado lo que teníamos que hacer”, repone el periodista Damian Sierra.

Como él comenta, dispusieron una lista de gente a la qué contactar con preguntas que surgían de manera espontánea y eventos de los que se enteraban e iban a filmar. “Preferimos hacerlo de esa manera y después, en la edición, afrontar el desafío de ver qué es lo que podíamos hacer con el material que teníamos”, explica.

Y en efecto, esa espontaneidad que en muchos casos podría resultar en caos, en el mediometraje resulta en una edición cuidada, en donde se le da igualdad de atención a multitud de voces. Y qué voces: Powerpaola, Podetti, María Luque, Gustavo Sala, Femimutancia, Amadeo Gandolfo, Lauri Fernandez, Pedro Mancini, Von Chuyo y Brian Janchez reflexionan desde su rol sobre el escenario en el que ellos están y que a la vez generan.

Las charlas en cafés y en casas se conjugan con eventos como Distrito Comix y la presentación de Turba de Lauri Fernández. Estilos tan disímiles como los de Gustavo Sala y Powerpaola se ven representados tanto en su arte como en las mismas palabras de quienes los expresan. Es un gran trabajo de visibilización y difusión de un mercado que merece ser expuesto y difundido.

Un mercado actual en el que como dice Pedro Mancini, “no es uno que te contenga como en otros países (...) por lo cual no se termina de configurar como una profesión, ya que no tenés un sueldo; es todo a las piñas y laburando de otra cosa”. Esa ausencia de industria masiva —a diferencia de hace cerca de cuarenta años— genera cierta paradoja en la que como dice Amadeo Gandolfo, “hay una depreciación del componente económico en Argentina pero una apreciación del componente artístico. Si ya no hay plata por lo menos hay posibilidad de hacer una obra”.

Sin embargo, el contexto generador de creatividad tampoco se idealiza, como enfatiza Femimutancia: “Hacer historietas te lleva mucho tiempo y tampoco podés vivir de eso tanto tiempo. Entonces tenés que tener una casa, tenés que tener para comer, tenés que tener para dibujar. Tiene que haber un contexto que te acompañe o conseguir otros trabajos", declara.

La falta de rédito económico en el rubro genera una amalgama de pluriempleo, libertad creativa, diversidad de géneros y apoyo colectivo que hace del escenario comiquero argentino uno único. “La llegada masiva de internet, los colectivos disidentes, los feminismos, los bordes cada vez menos claros entre dibujo y vuelo y delirio, el contexto económico y psicosocial de la actualidad hizo que la historieta se mostrara como un territorio distinto a lo que conocíamos”, afirma el poeta Walter Lezcano.

La historieta argentina tiene una larguísima trayectoria, casi tan antigua como la historia del cómic moderno. Los primeros antecedentes de los que se tienen registro se hallan en las páginas de la revista Caras y Caretas a fines del siglo XIX. Por otro lado, se dice que la primera fue Las aventuras del Negro Raúl, al ser considerada la primera historieta argentina creada por un autor local, Arturo Lanteri, y con personaje, tema y paisaje puramente nacionales.

Hoy la conciencia popular se encuentra plagado de personajes como Patoruzú e Isidoro Cañones de Dante Quinterno, Mafalda de Quino, Inodoro Pereyra de Roberto Fontanarrosa, Nippur de Robin Wood y Lucho Olivera, o Clemente de Caloi. El eternauta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López es una figura que sigue ejerciendo una presencia enorme, aún cuando ya pasaron casi 60 años. La actual producción de la serie de Netflix es una muestra de ello.

Revistas históricas como Misterix, Hora cero, Skorpio y Fierro dejaron un legado altísimo que los historietas actuales lograron sostener y transformar. Los géneros de aventura y del humor gráfico eran los que más imperaban en la historieta argentina, y si bien también sigue estando, pervive mezclado con una diversidad de géneros y de formatos que conforman un escenario único.

La convivencia entre la ciencia ficción y lo autobiográfico, entre el fanzine y la novela gráfica, entre la influencia del cómic occidental y el manga, entre el contar para redes y el contar para el papel, entre el enseñar y el crear confluyen en un escenario que se mantiene más vivo que nunca.

El documental se va a estrenar el miércoles 22 de mayo a las 19 hs en la Sala A del sexto piso del Centro Cultural Kirchner (CCK), pero su recorrido no se detendrá ahí: “Estamos planeando una gira por la capital y el conurbano: centros culturales y bares para mostrar nuestra película de modo independiente haciendo proyecciones de guerrilla”, anuncia Lezcano.

Y es que el espíritu de autogestión y resistencia que se muestra en la cinta, lo llevan consigo sus realizadores: “Este gobierno nefasto quiere parar el cine argentino y no lo va a lograr. Es el momento de demostrar que la acción es lo único que nos va a sacar de ser un destino de horror. No hay que detenerse, es lo que quieren. Y a los enemigos no hay que regalarles nada. Con alegría y felicidad vamos a mostrar adonde podamos el hermoso y maravilloso mundo de la historieta que supimos reflejar en la película”, concluye Lezcano.

Nota por Alex Dan Leibovich | Periodista | Redactor en Clarín, Indie Hoy, Peliplat y Erramundos.

Publicado el 17 de mayo del 2024, 04.17 PM | UTC-GMT -3.

Más notas relacionadas: Después de un buen día: el documental reivindicatorio de un fenómeno de culto | Adiós Sui Generis: traspasando la pantalla y el tiempo | Motochorros: la resistencia del punk | Uncropped: la vida y obra del fotógrafo James Hamilton | Mavita llena eres de gracia: un ejercicio de memoria y amor

En caso de que te haya gustado la publicación se agradece mucho dándole me gusta, poniéndolo en favoritos, comentando y siguiéndome para colaborar en su difusión. ¡Gracias!