Me abrazó el alma.

¿Puede un hombre ser discípulo de un Pulpo?

Este film nos demuestra que deberíamos adoptarlo como Maestro, a un pulpo y a todo ser vivo que nos acompaña en nuestro hermoso planeta.

¿Se puede conectar un hombre con un octópodo en un bosque de algas y desarrollar sentimientos de afecto hacia esta especie? La respuesta es claramente afirmativa.

¡Qué maravilloso es enseñar desde el afecto! Este documental me ha generado profundas emociones y también me ha interpelado, me ha hecho preguntas muy importantes como por ejemplo: ¿ acaso hay otra forma más efectiva de enseñar o aprender, que no sea desde el corazón? Mi maestro el pulpo, tal su título, logra enseñar, entretener y crear conciencia medioambiental.

Como se puede apreciar en la foto de arriba la historia transcurre en un bosque de algas, un maravilloso ecosistema submarino repleto de vida. Esta vida tiene sus códigos y el hombre debe respetarlos, el ser humano debe integrarse, debe saber convivir con sus amigos de otras especies.

Nos ofrece una fotografía submarina apabullante, una banda sonora envolvente y una historia atrapante.

El film ha sido dirigido por Pippa Ehrlich y James Reed.

Lo protagonizan Madame Pulpa y Craig Foster, un documentalista sudafricano que trabajó junto a los directores unos diez años para lograr terminar este documental maravilloso.

¿Por qué sostengo que es maravilloso?

Porque supera a un simple documental sobre la vida submarina en un bosque de algas, como sería un típico documental de los que se ofrecen en la tv habitualmente. Logra a través de una historia, que envuelve a un humano que lucha contra la depresión y a un animal que habita en las profundidades del océano, que uno quiera estar ahí y hacerse amigo de un pulpo también.

Vale decir como sucede muchas veces que vemos Paris en una película e inmediatamente queremos viajar allí, después de ver este film, querrás ir a un bosque de algas, querrás bucear, querrás integrarte más a tu ecosistema, y créeme no querrás comer pulpos nunca más.

Este film ha sido un verdadero descubrimiento para mí. Siempre les tuve un poco de aprehensión a los pulpos, pero gracias a esta película he investigado más sobre ellos y he quedado maravillado por estos seres.

Son enigmáticos, hermosos, tienen una red neuronal impresionante, que les permite reconocer a humanos. Si te preguntaste, como yo lo hice si tal cosa es posible, la ciencia lo confirma.

Ya en la primera aparición de nuestra protagonista logra traspasar la cámara, como toda verdadera diva del cine. Esa escena donde se esconde bajo una montañita de caracolas y se desplaza debajo de ellos cual castillo encantado de un dibujante japonés es un verdadero hallazgo fílmico.

Y ni hablar de las escenas de riesgo, como aquella en la que nuestra amiga pierde un brazo y agoniza para luego revivir, realmente te muestra que estás en una peli del salvaje océano, casi como si del salvaje oeste se tratara. Pero aquí no esta John Wayne para rescatar a la dama, nuestro héroe es un científico que sabe hasta donde puede intervenir.

He leído críticas ante el aparente abandono de Craig, pero les recomiendo a esos haters, que se informen mejor y que aprendamos juntos a respetar las reglas de ese mundo que no es nuestro, pero en el que sí debemos integrarnos mucho más y del cual podemos sacar lecciones tan profundas como ser un mejor padre y un mejor amigo.

Si no la vieron disfrútenla.