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El placer es mío: triste historia de un marginal afectivo que vive al límite

Spoilers

En El placer es mío, ópera prima del brasileño, radicado en Argentina, Sacha Amaral -que pudo verse en la última edición del BAFICI y tendrá estreno comercial durante el mes de junio- la marginalidad que atraviesa la vida de su protagonista es determinante para tratar de entender las polémicas acciones que lleva a cabo y desatan un vendaval de emociones en los espectadores. Apuntes y opiniones sobre una película valiosa de un cineasta que merece un seguimiento en el tiempo.

Antonio tiene 20 años, se dedica a la venta de marihuana y establece conexiones con personas que conoce a través de aplicaciones, aprovechándose de ellas para robar dinero. La convivencia con su madre es conflictiva, y la creciente urgencia de escapar lleva al joven a emprender un viaje sin retorno hacia un destino sureño.

En buena medida, El placer es mío cuenta una historia de un coming of age poco frecuente -debido al carácter alternativo de su historia- y descarnado. Antonio es un personaje de los márgenes y está perdido: en su realidad, los límites entre la bondad y la hostilidad suelen confundirse y esto lo lleva a meterse en problemas vinculares y de dilemas éticos angustiantes. Hay crecimiento en él, pero también una búsqueda constante de identidad. La película aborda de forma poética el fracaso de la familia y las relaciones, y cómo una persona puede ceder ante la oscuridad cuando no encuentra cobijo en su entorno.

Max Suen, actor que protagoniza El placer es mío, se luce bajo la dirección de Amaral y entrega una interpretación lúcida y precisa como el desesperado Antonio. La gran Katja Alemann hace lo suyo como su madre en un juego de dualidad de emociones que evidencian los cambios en la sensibilidad del protagonista.

Son estas cosas las que hacen de El placer es mío una película pura y absolutamente personal e intuitiva, algo que sin dudas le valió un merecido reconocimiento en la última edición del BAFICI, ya que se alzó con el premio a Mejor Película y acaparó las miradas de la crítica. En la mirada de Sacha Amaral hay un celebrado despojo para abordar estos temas delicados con pisada firme y agallas, lo que sin dudas resulta atrayente.

La historia real que inspiró a la película El placer es mío

En notas de producción, el cineasta Sacha Amaral reveló cómo fue la historia real que vivió en su adolescencia que lo inspiró a crear su ópera prima El placer es mío: “Tengo este recuerdo clavado en mi memoria: mi mamá, que en ese momento salía con un muchacho 15 años más joven, me convence a mis 16 años de empezar a seguir a su novio al trabajo, por la calle, y comprobar si en verdad tiene una amante”.

“Me cuenta que la última vez que estuvieron él la llamó por otro nombre. Al principio me molestaba que mi madre me hablara de su intimidad pero como eso siempre fue así, naturalicé algo que a lo largo me di cuenta que me hacía mal. Empecé a espiar al joven novio de mamá y efectivamente no tenía una amante sino dos. Cuando ella me pregunta si había descubierto algo, recuerdo que por primera vez sentí ser más fuerte, tener más poder, la miro a los ojos y le digo que no, que no había descubierto nada y que lo más probable es que no tuviera ninguna amante y que todo no pasaba de paranoia suya. Se puso muy contenta y como si fuera lo más normal del mundo me pregunta si no puedo dormir en casa de algún amigo porque esa noche quiere tener el departamento para ella y su novio. Me quedé dormido en un banco de una plaza cualquiera”, sumó el cineasta que también escribió el guión.


En forma reflexiva, Amaral aseguró que dicha experiencia le sirvió para imaginar el universo de Antonio y su entorno conflictivo: “Esta secuencia, extrañamente lírica, carga una oscuridad que no es común relacionar con el típico relato familiar. Sin embargo, podría asegurar que en las familias de cada persona hay historias tan extrañas como esta –más sombrías o luminosas– que suelen subestimarse, porque quienes las protagonizan son jóvenes. El relato de aquella historia con mi madre se cuenta con ligereza en las reuniones familiares, como una ocurrencia irrisoria. A mí, aunque no lo recuerde con total nitidez, este acontecimiento siempre me pareció desconcertante; en su ternura y crueldad habla de la dependencia, de un amor cercano a la locura, de un peligro latente. A raíz de esos recuerdos comencé a escribir este proyecto queriendo entender por qué algo así había pasado. ¿Era mala mi mamá? Entendí, construyendo el guión, que no era que mi mamá fuera mala, sino que nosotros como seres humanos revelábamos de forma visible algo que estaba descompuesto en la familia. El desamor, el desengaño y la violencia que se ejercía, nos atravesaban y se hacían visibles a través nuestro sin que lo supiéramos conscientemente”.

Quién es Sacha Amaral, el director de El placer es mío

Es guionista, realizador y docente brasileño, radicado en Argentina. Licenciado en Dirección Escénica en la Universidad Nacional de Artes (UNA), donde actualmente es profesor en la cátedra de dramaturgia. Su primer largometraje como guionista, Adiós entusiasmo (2017), tuvo su estreno mundial en la Berlinale 2017, ganó la competencia en FICCI (Cartagena) y en el BAFICI 2017 (Buenos Aires).

Su primer cortometraje Grandes son los desiertos formó parte de la competencia de cortometrajes del BAFICI 2019 y en Cinélatino (Toulouse). Su último cortometraje Billy Boy formó parte de la selección oficial del Festival de Cannes 2021, y de diversos festivales como: Bogoshorts, Queer Lisboa, Chéries-Chéris, Sofia IFF, entre otros. El placer es mío es su primer largometraje y fue seleccionado en el Mercado de coproducción del Festival Internacional de Sofia 15TH SOFIA MEETINGS, Le Marché du Film del Festival de Cannes (2018), la Residencia en México propuesta por el Instituto nacional de cine mexicano y la fundación TyPA (tutoras: Violeta Bava e Ilse Hughan, 2019), el Sam Spiegel International Film Lab (Jerusalem 2019), entre otros.

El placer es mío. Opinión: Muy buena.

Dirección y guión: Sacha Amaral.

Países: Argentina, Brasil, Francia.

Elenco: Max Suen, Katja Alemann, Vladimir Durán, Sofía Palomino, Paco Onainty, Anabella Bacigalupo, Julián Larquier Tellarini, Luciano Suardi, José Vicente Orozco, Belén Datwiller, Iair Said, Ivana Zacharsky e Iván Haidar.

Producción Ejecutiva: Agustín Gagliardi, Soledad Mariel Fernández
Director de fotografía: Pedro Knoll.
Montaje: Florencia Gómez García
Dirección de arte: Sol González
Sonido: Marcos Zoppi, Emiliano Biaiñ, Carmen Lavintmann

Producción: Agustín Gagliardi, Franck Thoraval, Riccardo Goncalves, Sacha Amaral, Romain Bent

Duración: 95.

Estreno en salas de cine en junio (aún no salieron a la luz los cines y complejos en los que se exhibirá la película).

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