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El protagonista tras las cámaras: Una película autobiográfica

Hoy vamos a hablar sobre "Adiós a los niños" (Au revoir les enfants) de Louis Malle, una película que se inspiró en un evento de su propia infancia. Malle siempre tuvo en mente realizar esta película, pero la postergó, quizás esperando que la experiencia moldeara al gran director que era en el momento de iniciar este proyecto. Tal vez también pospuso el proceso porque revivir ese momento doloroso era difícil. Esta película fue una de las últimas cuatro que Malle dirigió y todas fueron filmadas en su Francia natal.

La película va más allá de simplemente relatar un evento específico y aborda las implicaciones geopolíticas en la historia. Se sumerge en un sentido de nostalgia al narrar los días escolares, con una fotografía un tanto desaturada que retrata los patios de cemento y las mañanas de iglesia. Se nota que Malle comprende profundamente el ambiente de esos pupilos religiosos, así como los formadores y educadores de esa época, que hoy parecen distantes y perdidos. Definitivamente, también es una película que trata sobre la infancia y la inevitable transición hacia la adultez.

El propósito de este post no es revelar spoilers, sino recordar la relevancia que las películas de Louis Malle tuvieron para muchos directores y autores que se inspiraron en hechos de su vida íntima para crear obras cinematográficas. La evolución de la amistad entre Julien y Jean Bonnet es notablemente intrigante, ya que comienza de manera algo agresiva y se desarrolla lentamente a medida que ambos se comprenden mutuamente. No es una química instantánea, sino una amistad que se retrata de manera auténtica, con un guion preciso que hace creíbles a estos niños y que, en momentos, parece real.

La iluminación está meticulosamente calibrada, alcanzando el justo equilibrio entre la oscuridad y la luz en cada plano. Malle, desde el punto de vista técnico, demuestra su destreza como un maestro en su oficio. A pesar de sus exitosos años en los Estados Unidos, vuelve a dirigir en Francia para narrar una historia profundamente personal sobre su infancia. Según él mismo, esta historia le llevó años escribir y concretar en un guion que también es de su autoría. Malle deja su huella en casa otra vez en su vuelta como, ya un director de renombre mundial.

La historia se desarrolla durante la ocupación alemana de Francia en un internado católico para chicos. Julián, un muchacho de trece años, se ve fascinado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que llega al colegio después de iniciado el curso. La película retrata de manera fiel las costumbres cristianas y las vivencias de los niños de esa época, en medio de la difícil situación que atravesaba Francia en el invierno de 1943. En mi opinión, es una de las mejores películas de Louis Malle, quizás la mejor. Sin embargo, prefiero no revelar demasiado para evitar arruinar la experiencia para quienes aún no la han visto. En definitiva, es un relato sobre una amistad valiente y desinteresada que merece ser apreciado en su justa medida.

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