Misión Imposible: Sentencia Mortal-Sobre lo sagrado y el héroe

En Misión Imposible: Sentencia Mortal, todo inicia con la presentación de dos elementos más que importantes para entender la película, primero el peligro de “La Entidad”, una inteligencia artificial todopoderosa, y después de eso tenemos la presentación del héroe, Ethan Hunt, y lo que va a suponer su figura a lo largo de la película.

Ante la existencia de una herramienta que permite cambiar la verdad tal y como la conocemos, los gobiernos mundiales han establecido la meta de querer controlarla en orden de sus intereses personales. Y por esta meta del nuevo mundo materialista, un héroe como Ethan, que siempre peleó en las sombras por el bien mayor sin esperar nada a cambio, se ve negado por el propio Kittridge quien busca convencerlo de que su lucha es inutil, y como si fuera poco problema todo esto, del otro lado se encuentra Gabriel, el “mensajero” de La Entidad (misma relación de su arcángel homónimo con Dios) que buscará controlarla para causar el sufrimiento ajeno que tanto goza.

Otra vez Ethan junto a sus amigos, se convertirán en los pocos que tomarán una tercera posición para alcanzar el bien común sin importar el riesgo que implique, decisión que los marginaliza aún más del sistema, ya que son héroes que lamentablemente quedaron fuera ante un nuevo mundo que ha renegado de ellos y sus valores.

En esta ocasión hay una adición al equipo, Grace, quien a lo largo de la película llevará adelante un ritual similar al de Ethan en la primera entrega, pasando de ladrona solitaria a una compañera del protagonista que encuentra su protección y su centro en él. Incluso el nombre del personaje se puede interpretar como la “gracia” adquirida después de un proceso de redención que ella habrá alcanzado para el final de la cinta.

Pero para que esta redención exista, debe haber antes una carga de la cruz, en este caso la cruz es la llave-crucifijo para controlar a La entidad (véase también el crucifijo como medio de contacto con Dios a través del Rosario), el solo portarla conlleva un peligro enorme, cómo Ilsa que después de cargarla en el cuello paga con su vida, por esto se vuelve tan valeroso el acto de Ethan de no solo llevarla, sino de usarla por el bien mayor.

Y ya que hablamos tanto sobre valores, La Entidad carece totalmente de ellos, y por eso no es raro que haya elegido como su protegido a Gabriel ya que comparten la misma ética y el nivel de precisión y frialdad en sus procedimientos. Gabriel, en su incapacidad de hacer un buen uso de La Entidad, termina manipulando mediante las imitaciones y farsas que esta tecnología elabora, de la misma forma que “el mal” no puede crear sino romper.

Pero por mas detallada y calculada que sea la planificación de Gabriel, al final de la película encuentra la derrota al perder la llave, Ethan al robarle la llave con un hurto de bolsillo, le gana a la tan infalible máquina con un gesto totalmente físico y “pícaro”. También hay cierta intervención de lo sagrado que se encarga de dejarle en claro a Gabriel que alguien con su ética nunca podrá alcanzar un estado verdaderamente superior.

En conclusión, Sentencia Mortal no solo logra dejar al espectador atónito con sus espectaculares escenas de acción, sino que alcanza una trascendencia artística al esconder tanto peso simbólico detrás de todo el show, y en un mundo como el nuestro donde parecemos haber perdido el centro, la espiritualidad, la valoración del héroe y lo humano en el arte a favor de la facil pero frívola inteligencia artificial, tener a una estrella saltar desde un acantilado en moto con todas las intenciones que mencioné previamente, es cuanto menos algo que deberíamos agradecer.