Crítica de "Aballay, el hombre sin miedo" (2010) ┃ Cine argentino

Aballay, el hombre sin miedo (2010) es un filme del género western gauchesco dirigido por el director argentino Fernando Spiner. Cuenta con las actuaciones de Pablo Cedrón (“Aballay”), Nazareno Casero (“Julián”), el recientemente fallecido actor Claudio Rissi (“El Muerto”) y Moro Anghileri (“Juana”). El filme es una transposición fílmica del cuento “Aballay” de Antonio Di Benedetto. Fue filmado en Amachay del Valle, en Tucumán.

En el comienzo del filme, hay una mirada que marca el destino de la historia. Se podría hacer una fenomenología de la mirada en el cine. ¿Cuántas historias se cuentan a través de una mirada? En este caso, se trata de la mirada entre Aballay y Julián, cuando éste era un niño y ve a su padre morir a manos de aquel gaucho que observa al niño con angustia.

Luego de cometer este acto criminal, Aballay asume como penitencia permanecer siempre sobre su caballo, como habría hecho Simeón el Estilita con una columna. La figura de Aballay termina convirtiéndose en la de un santo.

Por otro lado, Julián crece y se convierte en un joven de buenos valores. Es el héroe de nuestra historia. Julián emprende un camino de venganza y en su paso se enamora de la bella Juana. Juana está siendo dominada en una relación injusta con El Muerto, quien también participó en el asalto en el que se asesinó al padre de Julián en una caravana. El Muerto es el villano principal de la historia, un hombre sin escrúpulos y sin reparos morales. El Muerto maltrata a Juana con sadismo y se ganará el odio de nuestro héroe.

¿Podrá Julián vengar a su padre? ¿Merece Aballay la muerte o ya ha cumplido su penitencia? ¿No es el perdón lo que busca este gaucho devenido en santo? Algo que cabe preguntarse es: ¿es Julián el héroe de nuestra historia o lo es verdaderamente Aballay?

A fin de cuentas, este filme de Fernando Spiner nos muestra una historia de venganza, traición y amor. No le falta ningún condimento. La astucia de los actores como Pablo Cedrón y Claudio Rissi es notable. La forma en que mira Claudio Rissi, su manera de abrir y tensionar los ojos frente a un posible ataque al principio del filme, lo vuelve un actor inmortal. Sin dudas, un gran filme argentino.