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Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos - Si pudieras borrar a alguien de tus recuerdos, ¿lo harías?

¿Qué pasaría si pudieras borrar de tus recuerdos a una expareja?

Esta es la “big idea” que plantea esta película dirigida por Michel Gondry y escrita por Charlie Kaufman.

Comienza cuando Joel (Jim Carrey, en una de sus actuaciones más conmovedoras) conoce a Clementine (Kate Winslet) e inmediatamente sienten una atracción irresistible.

Llámalo “amor a primera vista”, “encuentro de almas gemelas”, cualquier cliché de película romántica es válido.

Se encuentran en un tren y sienten que son el uno para el otro y que se conocen de otra vida.

Hasta acá, todo bien.

Joel es un tipo cauteloso y meticuloso.

Clementine es alegre y espontánea, con el pelo teñido de colores vibrantes (no es un detalle menor) y que va por la vida viviendo un día a la vez, sin preocuparse mucho por lo que le depara el destino. De hecho, cree que la suerte es la base de la vida, por lo que su filosofía es rendirse ante lo que le sucede porque todo tiene un orden perfecto.

En este punto, debes estar creyendo que es la tradicional película romántica: chico conoce a chica, chico y chica se enamoran, chica rompe con chico y 45 minutos después, chico pide perdón, se reconcilian y aparecen los créditos en pantalla.

Pero no.

“Eterno resplandor…” es diferente. Tanto en su concepto como en su narrativa.

Tiene mucho de ciencia ficción porque todavía no existe la posibilidad de pagar para borrar nuestra memoria… Pero no nos adelantemos.

La narrativa de esta película no es lineal y eso es lo que la hace tan particular.

Cuando la vi por primera vez, no estaba enamorada, y la etiqueté como una película que trata de los recuerdos y la memoria, lo cual es cierto… en parte.

Al igual que ocurre con nuestra memoria, la narración avanza y retrocede, se vuelve compleja, como cuando buscamos un recuerdo de nuestra infancia o cuando queremos contar algo que nos pasó hace muchos años y terminamos dando saltos en el tiempo para dar contexto.

Este caos narrativo de “recordar hechos" sin ninguna lógica sirve para que, como espectadores, comprendamos lo que está ocurriendo en la mente de Joel. Pero, aunque me apasiona analizar la narrativa de las historias, hoy no hablaré de eso.

Hoy te voy a contar por qué creo que Joel y Clementine son una de las mejores parejas de la historia del cine.

¿Qué pasa cuando idealizamos el amor?

Joel y Clementine se aman, pero su relación es bastante tormentosa, o al menos eso es lo que ellos creen, y después de mucho sufrimiento (o al menos eso es lo que a ellos les parece), deciden separarse.

Sufren porque son diferentes.

Porque aquello que los enamoró al principio llega un momento en que los agobia.

La impulsividad de Clementine, que antes le parecía irresistible a Joel, ahora le resulta abrumadora, mientras que a ella la necesidad de estabilidad de Joel le resulta asfixiante y restrictiva.

La ruptura es dolorosa, como suelen serlo cuando nos separamos por problemas que no tienen solución.

Joel y Clementine se separan amándose. No hay un tercero, no hay una familia tóxica, no.

Son dos personalidades que con el paso del tiempo dejaron de ser compatibles.

Él no va a cambiar, ella tampoco, por lo cual la única salida es el adiós.

Olvida mi nombre, mi cara, mi casa…

La ruptura es complicada. Gritos, reproches, conversaciones donde están tan desincronizados que parece que hablaran en idiomas diferentes.

Él dejó de escucharla.

A ella dejó de importarle su atención.

Ambos se someten (por separado) a un tratamiento para borrar los recuerdos que tienen el uno del otro en sus respectivas memorias.

Clementine va primero. Quiere olvidar todo de él.

Joel se entera y hace lo mismo. No quiere recordar nada de lo que vivieron juntos.

Todo lo que ocurre después, está centrado en dos historias paralelas: una, la de Joel durante el proceso de borrado de memoria y otra, la de los empleados de la clínica que están envueltos en una trama turbia de pacientes y procedimientos no autorizados.

Todos hemos sido Joel y Clementine alguna vez en la vida

A todos nos representa la historia de amor de Joel y Clementine.

Son una de las parejas más reales del cine.

Su relación es una representación poética pero honesta de las realidades del amor: sus altos y bajos, los momentos de dolor y alegría. La madurez que se requiere para entender y aceptar al otro con todas sus imperfecciones.

Son una pareja compleja y profundamente humana que, a través de la historia de los recuerdos borrados, nos hace sentir identificados en aspectos como el contraste de las personalidades y cómo aquello que en un momento sentimos que nos complementa (Joel es cauteloso y tranquilo mientras que Clementine es extrovertida e impulsiva) también puede convertirse en motivo de conflicto.

Pero además, Joel se enfrenta a la difícil situación de que al borrar los recuerdos malos también se van los buenos.

Las memorias de aquellos días felices, en los que estaban enamorados y no importaba nada más en el mundo.

Joel y Clementine viven más que una historia de amor y retratan uno de los aspectos de las relaciones de pareja que pocas veces son explorados de una forma tan cercana en el cine: ese ciclo de amor y dolor que todos hemos vivido.

Podemos amar profundamente y eso no significa que nuestra relación sea inmune a los problemas.

Existen malentendidos, frustraciones e inseguridades que algunos superan y a otros (como ellos) los llevan a la ruptura y a tomar la decisión extrema de borrar sus recuerdos.

La historia de Joel y Clementine quiere decirnos que el amor verdadero implica aceptar tanto lo bueno como lo malo del otro y que, llegado el final, los recuerdos de esa relación forman parte de algo más grande y complejo: nuestras relaciones pasadas forman parte de lo que somos hoy.

Amamos hoy como nos enseñaron las experiencias de ayer.

Joel y Clementine y su segunda oportunidad

Después de haber borrado mutuamente sus recuerdos, se encuentran de nuevo por casualidad y, como la primera vez, sienten una atracción poderosa.

Unas grabaciones de la clínica (que no debían ver) les muestran a sus “yos" del pasado, tomando la decisión de borrar los recuerdos del otro.

Ven a los que eran ayer a través de la calma que da el paso del tiempo, pero vuelven a experimentar la angustia, el dolor y la rabia que les hizo tomar esa decisión radical.

En ese punto se enfrentan al dilema: ¿Están dispuestos a darle otra oportunidad a su relación, sabiendo que existe la posibilidad de enfrentar nuevamente el dolor, o conociendo los errores anteriores, deciden no volver a intentarlo?

Joel y Clementine son humanos, imperfectos, inmaduros y egoístas.

Pero también son un hombre y una mujer que descubrieron en la mirada del otro lo que los hace valiosos, lo que los hace diferentes y especiales.

Descubrieron gracias al amor que la vida en pareja no se trata de amarlo todo del otro.

Entendieron, de la peor forma, que cuando borraron todo lo que les hizo daño del otro, arrastraron los buenos recuerdos, porque ninguna pareja es 100 % buena o mala.

Porque los amores evolucionan, crecen, maduran.

La decisión de estar juntos, aun sabiendo que tendrían más desencuentros, considero que es uno de los compromisos de amor más genuinos que existe.

Al final, no pueden prometerse que todos los días serán de amor, pero sí pueden estar el uno para el otro.

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