Para qué tener representación si podemos tener a Jack y Rose

Qué difícil me resulta hablar de parejas icónicas perteneciendo al espectro Queer… Porque vamos, que la realidad es que el cine y la televisión nos han llenado de exponentes románticos que han traspasado todo tipo de fronteras. Y SIN EMBARGO, todavía carecemos de representación LGBTQ+ en lo que a parejas icónicas respecta, en especial en lo que a cine respecta.

Si me preguntan a mí, que soy una mujer gay, de treinta y tantos años, nivel socioeconómico medio, criada en una familia medianamente conservadora, pero con valores altísimos que me permitieron avanzar en la vida y superar un montón de obstáculos, entonces voy a decir que en todos estos años que he vivido, aún no encuentro una buena representación en pantalla. Si tengo que hablar de parejas icónicas, a mi mente se viene un extenso listado de ejemplos, pudiendo mencionar películas como Titanic, The Notebook, Los Puentes de Madison, Casablanca, Romeo + Julieta, High School Musical, El paciente inglés, Moulin Rouge, y tantas pero tantas más. Pero lastimosamente no puedo mencionar alguna pareja de mujeres, en la gran pantalla, que haya tenido una historia digna, y que cumpla con los requisitos como para llamarla icónica. Es que realmente no la hay, y eso es algo muy vergonzoso. Empecé a ver cine a los 8 años, y todavía hoy, que pasaron más de 25 años, no puedo mencionar ninguna pareja femenina que ingrese en esa categoría. ¿No les parece triste? Pues sí, tan triste como el destino o el final, o incluso el desarrollo que le han dado a este tipo de historias en ficción cinematográfica. Hasta parece que a la gran pantalla le diese miedo de arriesgarse a contar una verdadera historia de amor entre mujeres, sin vueltas, sin muertes inauditas (como ha pasado en televisión con el famoso caso de “Clexa” en The 100), sin un tercero en discordia (porque al parecer toda mujer tiene que haber probado un hombre para que su historia califique). Pero cuidado, que con esto no digo que no haya drama, porque pues; la vida misma. ¿Alguna vez, vos que estás del otro lado leyendo esto, te preguntaste por qué no tenés presente en la mente ninguna historia de amor entre mujeres que pueda ingresar en la categoría “Parejas icónicas del cine”? Thelma & Louise por supuesto que no cuenta. Ya va siendo hora de que esta historia cambie, de que las generaciones futuras puedan crecer con verdaderas historias de amor sin importar su procedencia ni su género, que vayan al cine con sus familias, o sus amigos, y que puedan decir: “se parece a mí” o “es mi historia” o “me veo reflejada en ello”; algo que a mí misma me hubiese encantado tener para hoy poder escribir este artículo enumerando un montón de parejas en las que me vi representada o que me conmovieron o que se convirtieron en mi historia de amor favorita. Y no, sé lo que pueden estar pensando, pero es que lamentablemente acá el cine “indie” no cuenta, esto tiene que ser cine comercial, cine blockbuster, cine que rompe taquillas como lo hicieron Jack y Rose.

Los desafío a pensar sobre esto; antes de ser cineasta, cinéfila, redactora o como quieran llamarme, soy una mujer homosexual, con sentimientos, con fantasías, con una niña interior insatisfecha, a la que le hubiese encantado poder escribir reseñas de historias en el cine analizando romances que me identifican. Ojalá en un futuro esto cambie, y que la imagen que ilustra este artículo no sea uno de los pocos ejemplos con grandes actrices (ambas por cierto protagonistas de otras grandes historias de amor) contando historias que necesitamos tener más presentes.