'Historia de un matrimonio' | No puedo vivir contigo, no puedo vivir sin ti

"No puedo vivir contigo, no puedo vivir sin ti". Aunque esta frase se le atribuye a François Truffaut sin una fuente confirmada, parece ideal para describir "Historia de un matrimonio". La película profundiza en el dilema del amor: a pesar de nuestra dependencia emocional del otro, somos sumamente conscientes de que esta relación nos impide aprovechar nuestro potencial.

Noah Baumbach transmite lo siguiente a través de la película: hay cosas que el amor no puede resolver y hay cosas que el amor no puede soportar. Es esencial notar que esto no trata de glorificar el amor o desalentar el matrimonio. Ya que el amor y el valor individual son primordiales, es inherentemente una estructura de dos vínculos que no llega a ninguna conclusión moral debido a la reorganización del lenguaje. Elegir cualquiera de los dos lados es como caer en un abismo, con el camino no elegido que reaparece inmediatamente como un espectro inolvidable, lo que crea un ciclo doloroso e irónico. Es por esto que "Historia de un matrimonio" es desgarradora.

El amor está plagado de estos dilemas. Muchos creen que existen actos imperdonables en el amor, como la infidelidad. Sin embargo, también existen cosas irreparables en el amor. El amor con frecuencia nos hace desear la muerte y, en algún sentido, nos mata. Al elegir una vida con alguien, matamos otras posibilidades, ya sea dormir con muchas mujeres o abandonar nuestros sueños. No obstante, el amor también nos revive, incluso después de maldecir al otro hasta la muerte, nos aferramos a esta misma persona en lágrimas. Estas contradicciones se reflejan claramente en el solo musical que interpreta el protagonista en un bar al final, cuando canta lo siguiente en inglés: "Alguien que me abrace demasiado, alguien que me hiera profundamente, alguien que se siente en mi silla y me quite el sueño y me haga consciente de estar vivo, estar vivo".

Hemos visto el comienzo del amor en muchas películas románticas. Al principio, el amor es ese factor X, un sentimiento inexplicable, un elemento adicional que provoca un cortocircuito en la lista de criterios para elegir una pareja. Pero en "Historia de un matrimonio", Noah Baumbach muestra el fin del amor. Así, descubrimos que el amor, al final, es residual, algo que, a pesar de todos los destrozos, los insultos y los ajustes de cuentas, no se puede anular. Como una taza de té, al fondo de ella, todavía hay residuos negros, hojas de té y restos de lo que una vez fue una parte del té, que ahora carece de cualquier valor (de hecho, nunca puedes terminar una taza de té de verdad, esos restos siempre permanecen allí obstinadamente). La representación repetida de Noah Baumbach de estas escenas similares en la película, como reparar la puerta a la medianoche, cortarse el pelo, mezclar ensaladas y atarse los cordones, captura los "residuos" del amor.

Los detalles graciosos y conmovedores de "Historia de un matrimonio", ya sea si están derivados de la experiencia de divorcio de Noah Baumbach o no, son inciertos. Algunos dicen que él engañó a su esposa durante su embarazo e "Historia de un matrimonio" es su intento de minimizar esta experiencia, tal vez sea verdad. En la narrativa aparentemente imparcial de la película, todavía podemos percibir esas pequeñas desviaciones. Parece que el lado femenino siempre tiene la ventaja ya que inicia la demanda, controla la situación y la supera primero. Mientras tanto, el protagonista perdido y abrumado es la figura central y su debilidad y pasividad hacen que sea imposible para la audiencia no perdonarlo. En la película, Scarlett Johansson interpreta muchas escenas de llanto, pero el llanto de Adam Driver es el más crucial.

¿Deberíamos dejar que la vida personal del director influencie nuestra opinión sobre la película o deberíamos fingir ignorar los potenciales problemas de la vida real detrás de ella y verla meramente como una obra cinematográfica buena? Aquí, debemos recordar la estructura con dos vínculos, ningún lado puede eclipsar al otro. La única respuesta incorrecta a esta pregunta es dar una respuesta definitiva. Sigan con la reflexión y preocupación, así es cómo deberíamos abordar el matrimonio y la narración.