"Abigail": el juego debe continuar

Spoilers

Hacía rato que no veía una película de vampiros que se destacara realmente. Como fanático del género, en los últimos diez años más o menos he visto unas cuantas series y películas relacionadas con vampiros. Comencé viendo la serie estadounidense apta para novatos Crónicas vampíricas, después vi el típico romance adolescente de Crepúsculo, y la versión vampírica de Terminator en Inframundo. Estas películas populares influenciaron mi idea mental de cómo debería ser un vampiro. Me llamó la atención ver la imagen de una niña vampira haciendo ballet.

Una de las primeras películas de vampiros, Nosferatu, fue dirigida por F.W. Murnau, un maestro expresionista alemán. A diferencia de los vampiros que vemos hoy en día, estas criaturas no le temían a la luz del sol, al ajo, ni a las estacas de madera. Esta película parece haber dado origen a la imagen de vampiro que vemos en la pantalla hoy. Gracias al esfuerzo de diversos directores, a los intentos de adaptaciones de novelas y a los avances de la tecnología, los vampiros se han convertido en sinónimos de criaturas que solo pueden caminar en la oscuridad, alimentarse de la sangre humana y que solo pueden morir si les atraviesan una estaca de madera en el corazón.

Esta película también sigue estas "reglas" y se enfoca en cómo darle forma a esta imagen y en cómo retratar a los personajes para que no sean el típico vampiro. No hay personas absolutamente malas o buenas en la película. Un punto interesante es que el villano es variable: un grupo de secuestradores -> Abigail -> Frank. El objetivo del grupo de secuestradores (los humanos), cuyo líder es Joe, es secuestrar a Abigail primero para pedir un rescate y después escapar de la casa con vida. El objetivo de Abigail (la vampira) es jugar a la caza y después mantenerse viva.

Este último punto es bastante interesante porque insinúa que tiene que haber un personaje cuyo objetivo es matarlos a todos, lo que finalmente conduce a un "consenso pacífico" en el juego. La película vuelve al tema del amor, proponiendo que aquellos que tienen amor van a poder sobrevivir hasta el final, mientras que aquellos que buscan el poder van a morir. Se da a entender que el destino de cada personaje está predeterminado en base a si buscan el poder y la riqueza o si estos sirven como punto de partida o de destino.

Al margen del desarrollo de los personajes, también me sorprendió el uso excesivo de la sangre. Los personajes explotan cuando se exponen a la luz o cuando los apuñalan en el corazón con una estaca de madera y estos son escenarios directos y claros. Además, en el proceso de transformación vemos un flujo de sangre a borbotones, además de mordidas y beber sangre. Claramente, el equipo de producción no se contuvo con el uso de la sangre.

El póster es llamativo: vemos que la elegancia del ballet contrasta con la apariencia de color rojo oscuro de la niña demoníaca. Esto me recordó al póster de Hermana Muerte, donde vemos a la monja que grita con dolor y tiene la pollera manchada de sangre. Estos contrastes extremos, en especial, la combinación de blanco, negro y rojo, transmiten profundidad con eficacia en los pósteres de las películas de terror.

Lo que me decepcionó un poco fue la "piscina con cientos de cadáveres", que representa los numerosos resultados del juego de Abigail. Si le hubieran agregado otro elemento de terror, podrían haber realzado la sensación general de humor morboso.

Las películas de vampiros de Hollywood ahora tienen un estilo de terror comercializado y pochoclero. Es impresionante que hayan logrado producir una película interesante y peculiar como Abigail. De todas formas, es un desafío encontrar un enfoque nuevo y atractivo para este formato antiguo, especialmente si tenemos en cuenta la serie de películas de vampiros que no tuvieron éxito. Las fortalezas y debilidades de los vampiros se han vuelto estereotípicas al punto tal que son trilladas.

Puede que las películas europeas como Somos la noche, Vampira humanista busca suicida, Déjame Entrar y Lívido sean las más aptas para redefinir y revitalizar la imagen del vampiro. Estas películas suelen enfocarse en crear una atmósfera única y en retratar a los vampiros con características nórdicas como la frialdad, el silencio, la tranquilidad, la determinación y el desánimo. Suelen presentar demonios sedientos de sangre bajo una luz fría y espeluznante, algo que Hollywood no logra plasmar en sus películas.

La película japonesa, Tokyo Vampire Hotel, adoptó un enfoque diferente y destacó el sensacionalismo y la curiosidad al extremo. Incorpora el estilo personal del director Sion Sono con un maquillaje alucinante, lo cual dio como resultado una experiencia visual única y cautivadora.

Para concluir, en mi opinión, esta película está por encima de las películas pochocleras. Quizá, si la ves con una actitud tranquila, la película va a ser más gratificante todavía. Además de los actores conocidos que luchan y están cubiertos de sangre, ¡también vas a poder ver la apariencia impresionante de Matthew Goode al final! Te prometo que grité cuando lo vi. Su actitud retrata a la perfección la imagen legendaria de un vampiro.

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