undefined_peliplat

The Time that Remains, la Nakba y la familia

En mayo de este año se conmemoraron ya 76 años de la Nakba, día nacional para los israelíes y noche oscura para los palestinos (de ahí su nombre, “masacre” en árabe). Cuando el estado de Israel emprendió su avanzada hacia los territorios que le pertenecían a los musulmanes en 1948 miles de palestinos tuvieron que huir de sus hogares para convertirse en refugiados los de mejor suerte. Los de menor, se sumaron a los más de 13.000 fallecidos registrados.


The Time that Remains (2009) es una película en la que el director Elia Suleimani, palestino nacido en la Nazaret ocupada durante los 60, aborda este evento y sus consecuencias de forma biográfica. Por más que tengamos un pequeño contexto de el horror que fue para su pueblo aquella fecha, la manera en la que lo retrata en la pantalla rompe con los prejuicios del cine sobre el medio oriente, permitiéndonos ver la crueldad de la guerra sin perder la belleza, la esperanza y la alegría.


El director explicita el carácter de In Memoriam a su padre y madre, personajes principales de la cinta, a quienes vemos crecer desde su juventud hasta su vejez en la ciudad de la que no huyeron. Su amor hacia ellos es mostrado gráficamente en cada plano, retratando su belleza en momentos donde se ven los tres tomando el desayuno, a su madre escribiendo cartas a familiares, él mayor molestándola mientras ve televisión o poniéndole música para que disfrute la vista del balcón, o en general imágenes de una casa perfectamente ordenada y colorida. Cada dibujo de la ciudad es una muestra de lo hermosa que es Palestina ante los ojos del director, con su rectitud arquitectónica, sus colores vivos en las paredes, sus ventanas que separan, sus puertas que conectan y sus pintorescos habitantes.


Otra característica que escapa inteligentemente de la frecuente miseria que buscan transmitir estas películas es el humor, muy ácido desde su sencillez. Un ejemplo es el vecino borracho demente, un personaje divertidísimo: mientras su común presentación es un intento siempre fallido de autoincineración, nos regala escenas diciendo que tuvo sexo con todas las madres del medio oriente o proponiendo una solución geopolíticamente obscena al conflicto con Israel. Otro caso es el del tanque apuntando a un músico que va a botar la basura al frene de su casa, escena extensa en la que la cámara estática enfatiza el movimiento del cañón y su gigantez en comparación con su objetivo, así dejando ver de forma absurda la falta de correspondencia y comparación de fuerzas.

La magia de estas variables hace mágica la película, que nos permite entender la fuerza de sus imágenes mientras sonreímos por la belleza que aun esconden. En una entrevista con la cadena española Ser, Suleiman comentó: "Lo que es interesante sobre el humor es que no es una estrategia, sino que es la manera como soy, cómo actúo. Es algo que está en mí. Ese momento en que la gente ríe es casi como que se para el tiempo, que se rompe el tiempo convencional. Es solo un segundo, pero nos mete en un mundo mejor. Es también un componente de la poesía. Es un pequeño momento externo de placer y eso hace que el espectador tenga más deseos de vivir así. La risa nos recuerda que queremos un mundo mejor".


En un momento como el actual, en donde las imágenes diarias que tenemos del conflicto que sufre hoy Gaza son tan crueles y desgarradoras, el trabajo de Suleiman es una verdadera reivindicación del pueblo Palestino. Y como todo el verdadero arte, trasciende su contexto sin abandonarlo. The Time that Remains no es exclusivamente una historia sobre las consecuencias de la Nakba y sobre crecer en Nazaret, es también una historia de amor, de nostalgia y de encontrar alegría y belleza donde aparentemente no lo hay.

Dónde ver: Ok.ru, Streamio o Youtube.

Más recientes
Más populares

No hay comentarios,

¡sé la primera persona en comentar!

1
0
0