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Chungking Express: California Dreamin

Spoilers

Una de las cosas de las que más agradecido estoy como amante del cine, es la retrospectiva que se hizo hace unos años del cine de Wong Kar-Wai, con motivo de la restauración de varias de sus obras más significativas. Sé que estoy ante una de esas veces que va a ser complicado poner en palabras todo lo grandioso que habita en el universo de este director, que creo que es innegable casi por cualquiera, que se trata de uno de las personalidades más importantes del cine mundial de los últimos treinta años.

El propio Tarantino hablaba en un programa de cine en el que exponía las películas que más le habían marcado, lo impactante que fue para el ver As Tears Go By (1988), pero sobre todo Chunking Express (1994) en su momento. Es cierto que en los noventa había grandes directores que se encontraban en su gran apogeo, como podía ser el grandioso Abbas Kiarostami que nos regaló muchas de sus grandes obras en esa década, o el igual de fantástico Theo Angelopoulos, proponiendo un cine igual de poético y con un estilo también muy reconocible, pero Wong Kar-Wai parecía que aunaba dos mundos que aparentemente parecían contrarios en el cine.

Siempre digo que Wong Kar-Wai tiene la osadía y ambición del cine de Jean-Luc Godard, como la poética de Andrei Tarkovski. La plasticidad y vivacidad que contienen sus imágenes, esa manera de hacernos adentrar en historias tan particulares y a la vez universales, hacen que su cine sea bastante accesible para todo el mundo. Cuando hablaba de que consigue aunar dos mundos a priori opuestos, hago referencia a ese cine de acción hongkonés que siempre ha comentado que le inspiró muchísimo como realizador, y luego el cine lleno de romanticismo.

No es fácil encontrar con un realizador que se desenvuelva tan bien a nivel visual, con ese frenesí y atrevimiento con el que él construye sus películas. Bien es cierto que su colaboración con Christopher Doyle es algo que hay que destacar, dado a que nos encontramos con uno de los mejores directores de fotografía de la historia del cine y que ha sido una pieza fundamental para Wong Kar-Wa, a la hora de llegar siempre a la imagen que buscaba.

Podría haber venido a hablar de Deseando amar (2000) o de 2046 (2004), pero Chungking Express (1994) es quizás la película que más ternura me despierta de toda su filmografía. Siempre es interesante la manera que tiene de abordar las historias de amor, pero es especialmente curioso el amor que vemos entre el policía interpretado por el legendario y actor fetiche del director (Tony Leung) y el maravilloso personaje al que da vida Faye Wong.

Chungking Express (1994) estaba concebida como un proyecto en el que el director contaba con varios relatos con los que quería trabajar, que en esta película optó por centrarse en dos en concreto, pero que en su siguiente película Fallen Angels (1995) desarrolló algunos de los restantes que se quedaron fuera de Chungking Express (1994). Por lo que estas dos películas se podrían considerar como una en si misma dividida en dos partes, y que recomiendo encarecidamente visionarlas a la par, porque Fallen Angels (1995) es otra de las grandes obras maestras (mi favorita de Wong Kar-Wai) de la filmografía del director hongkonés.

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La primera historia y la que enlace a nivel de montaje de una forma increíble con la principal, es la menos icónica de las dos, pero es maravillosa de igual manera. La soledad del desamor, aquí se vive y se siente con una belleza asombrosa. Nunca lleva a los personajes al melodrama, no ves historias de amor muy manidas y que el público sepa desde el principio cómo van a acabar, sino que son historias de personajes poliédricos con un trasfondo que los hace muy atractivos para el espectador. Tampoco busca que sepamos muy en detalle su pasado o de manera muy precisa sus motivaciones, sino que como todo gran director lo sugiere y lo intenta plasmar a través de la imagen, a través de algo que va más allá de las palabras.

La dirección de fotografía de Doyle y de Lau Wai Keung es magnífica, en esta Hong Kong tan caótica y solitaria. Es increíble como se juega con las tonalidades y con la saturación para generar fotogramas imperecederos en la mente del espectador. Luego todas las elecciones que se toman a nivel de dirección, la manera que tiene de jugar con los movimientos de cámara y los encuadres, es algo que parte de ese relato y de esa manera de entender el cine tan visual que tiene Wong Kar-Wai. El uso de ciertos travellings para nada fáciles por los que opta, son una continua entrega e indagación por su parte de encontrar nuevas formas que se abstengan de los convencionalismos.

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Y de repente, sin previo aviso, llegó el amor… En una especie de pilla-pilla, una joven que trabaja en un puesto de comida rápida y un policía que patrulla la zona, se enamoran perdidamente sin ellos llegar a verbalizarlo; quizás, ni siendo del todo conscientes de ello. Toda esta parte que es la que ocupa la mayor parte de la película es toda una delicia de ver, en una historia de amor que no es muy común, pero que desborda romanticismo por los cuatro costados. La manera que tienen de conocerse es a través de la idealización y de lo que proyectan el uno hacia el otro, sin tener que rellenar la historia de pomposidad insustancial.

La importancia de la música es otra cosa a destacar de la película, que es algo fundamental en todas las obras del director. Aquí hay dos temas en particular que hacen que uno se acuerde más de Chungking Express (1994) que de los propios artistas que la cantan: “California Dreamin” de “The Mamas & the Papas”, y “Dreams” de “The Cramberries”. Esta última fue versionada por la propia actriz que era y sigue siendo una cantante tremendamente conocida en Asia, que nada tiene que envidiar a la versión original. Pero si es cierto que el tema más significativo y con el que la gente más se acuerda de esta película es con la maravillosa “California Dreamin”.

¿Y que se puede decir de la química que tienen en pantalla Tony Leung y Faye Wong? Totalmente atípica en la que ella parece una niña pequeña y él un hombre perdido tras haber sufrido un gran desengaño amoroso con su anterior pareja. Es una de las cumbres del romanticismo y gran parte de ello se debe al gran trabajo que llevan a cabo en pantalla. Tony Leung sí que es verdad que es el actor con el que más ha trabajado Wong Kar-Wai, pero Faye Dong también volvió a trabajar en la increíble 2046 (2004), pero el papel que hizo en Chungking Express (1994) es algo que se escapa a todo calificativo que se pueda hacer.

Conclusión:

Chungking Express (1994) es una de las historias de amor más atípicas y formidables de la historia del cine, en una de las tantas obras maestras con las que nos obsequió el maestro Wong Kar-Wai. Tiene una osadía en su puesta en escena y en las decisiones que tiene a nivel de dirección, que la hacen excitante y genuinamente cinematográfica. El tema de California Dreamin siempre se quedará asociado a Faye Young y a Tony Leung, que conforman una pareja que lleva a las máximas los códigos del cine romántico, sin apenas verbalizar lo que sienten el uno por el otro a lo largo de la cinta. Una de las grandes joyas del cine asiático que no olvidarás jamás, después de haberla visto.

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