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El señor de los anillos de Peter Jackson

De niño crecí con las primeras dos películas en VHS. Muchos no se acordarán pero el VHS era una cinta de video que reproducía películas. La antecesora del DVD. Las dos torres era tan larga que eran dos VHS. Finalmente en 2003 a mis seis años ví El retorno del rey en cine. No solo encendió en mi una chispa que al crecer me convertiría en cinéfilo, sino que realmente pude disfrutar de una gran película. Gran presupuesto, gran escala, epica y sobre todo con una historia que llegaba al corazón. Y es que Hollywood ha perdido esa chispa. El que una película sea de gran presupuesto y escala actualmente, tristemente, ya no es garantía. Exceptuando Dune Parte 2 y la última de Planeta de los simios, las películas de gran presupuesto son repetitivas, genéricas, con efectos especiales que dan pena y un descuido a la historia. Pero bueno, no vamos a debatir si realmente Hollywood es un asco. Vamos a recordar con amor está gran trilogía de películas que dieron un gran tributo al profesor JRR Tolkien y a su Tierra Media. Es que Peter Jackson leyó los libros de joven y siempre soñó con llevarlas a la pantalla grande. Finalmente se juntó con su esposa Fran Walsh y la erudita de Tolkien Philippa Boyens y juntos llevaron al formato de guión cinematográfico los libros de Tolkien. No solo adaptaron los libros sino que realmente se esmeraron porque la esencia de Tolkien permaneciera y no fuera una simple adaptación, algo que estudios como Marvel descuidan últimamente. Al juntar no solo un elenco de primera y apasionado sino también un equipo de producción talentoso y dispuesto a ponerle todo su corazón y pasión al proyecto ya sea por amor o simple respeto al profesor. La razón por la que funcionan las películas y son merecedoras de los Oscar que recibiendo, la última ganando el record de 11 Oscars ganados, es porque es un proyecto de pasión. Pasión no solo de transportarnos a ese mundo maravilloso y mágico, sino también el contarnos una historia que nos llegue al corazón. Nos haga reír y llorar y la sigamos recordando 21 años después de que acabó. Una vez que se tiene el corazón en la historia todo lo técnico funcionará. Tal como Guillermo Del Toro le dijo a Alfonso Cuarón cuando el trabajaba en Harry Potter y el prisionero de Azkaban “Si eres lo más fiel que puedas al libro harás tu película más personal”. Y así Peter Jackson se enamoró de la historia y a la hora de contarla y ser lo más fiel que pudo contó con las mejores de sus películas. Y de paso revolucionó el cine con su empresa Weta Digital al invertir tiempo y dinero a la captura de movimiento. La cuál se convirtió en una herramienta esencial para el cine y se usó para películas posteriores, la más famosa Avatar de James Cameron. Una trilogía de películas que tanto en sus versiones cinematográficas y extendidas siguen cautivando corazones. Y por mi parte un fan apasionado las seguimos recordando con amor. Un ejemplo de Buen Cine.

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