¿Qué sucede cuando la perfección genética se convierte en la seducción de la muerte?

¿Qué sucede cuando la perfección genética se convierte en la seducción de la muerte?

¿Alguna vez imaginaste a un genetista y a su hija, siendo amantes de las mariposas y la naturaleza? ¿Pensaste que esa joven podría ser una mariposa genéticamente alterada, capaz de alimentarse del néctar de la vida? Y lo peor, ¿qué pudiera metamorfosearse en esa mujer de inquietante hermosura, objeto de deseo y favor de todos?

Pues, para finales de la década de los años 60, se estrenó un film que abarcó estos tópicos, sujeto al género de terror en su subgénero gótico, con elementos de ciencia ficción, monstruos y vampiros.

La película “El Deseo y la Bestia” de 1968, conocida también en español como "La Bestia Sangrienta" o "La Mariposa Vampiro". (English The Blood Beast Terror). Es una película de origen británica dirigida por Vernon Sewell (uno de los mejores directores de terror de la época) y protagonizada por Peter Cushing, Robert Flemyng, Vanessa Howard y Wanda Ventham.

La trama sigue al inspector Quennell (Peter Cushing), quien se ve envuelto en la investigación de una serie de crímenes inexplicables; puesto que los cuerpos de las víctimas presentan extrañas marcas en el cuello y están exánime, como si le hubiesen drenado la sangre. Durante la investigación es conducido a la mansión del Dr. Kemp (Robert Flemyng) un científico excéntrico y obsesionado con sus experimentos con mariposas y que, a medida que el inspector profundiza en el caso, nota que es el creador de una mariposa vampiro del tamaño humano culpable de los asesinatos.

Esta película se distingue por su enfoque innovador dentro del subgénero de los vampiros, evitando los estereotipos habituales para presentar una criatura que es un prodigio científico y, al mismo tiempo, una aberración de la naturaleza. La interpretación de Cushing, un eminente actor del género de terror británico, aporta una integridad impecable a su personaje, otorgando seriedad y verosimilitud a la investigación que lleva a cabo. En contraste, Robert Flemyn encarna con precisión una excentricidad y un enigma, manteniendo al espectador en vilo hasta los últimos instantes de la película, donde finalmente se revela la verdad subyacente.

En la penumbra de los efectos especiales que hoy podrían parecer simples, se alza como un monumento al ingenio y la creatividad de su tiempo. Las sombras de su narrativa, aunque dispersas, tejen una historia que, como un laberinto, invita a la exploración más allá de la pantalla. La banda sonora, un eco del pasado, acompaña cada escena, añadiendo profundidad a un ambiente ya de por sí cargado de nostalgia y misterio.

En cuanto a la secuencia y el ritmo del film, se muestra irregular. El ritmo y la introducción de elementos discordantes pueden desconcertar al espectador y romper la inmersión en la historia. El desarrollo de los personajes y su evolución es crucial en cualquier narrativa; no obstante, a no terminar con los personajes anteriores y la inclusión de otros que no son mayores relevantes en la historia hacen que pierda aún más el sentido y, por último, el abrupto final, sin duda, deja varias preguntas sin respuesta, generando una sensación de vacío e inconclusión.

Por ejemplo, la hija del inspector y el sargento como hilos narrativos parecen perderse en el camino, lo que puede ser frustrante para alguien que busca una resolución completa y coherente de la historia. Un excelente cierre en un film, según mi perspectiva, es como el director o guionista logra otorgar un cierre bien ejecutado, concluyendo con cada personaje ubicado en la trama que ofrezca una resolución a las subtramas y al destino de los personajes secundarios de manera armoniosa, sea dejando abierto o cerrado el final, para mí no importa. Pero, sino obtengo esto al ver una peli es como si un sombrío silencio me abrazara arrancándome el tiempo de vida que dedique en disfrutarla.

Una de las cosas que descubrí mientras indagaba fue que se adaptó la película de la novela ‘The Beast’ de Guy Endore. Me remonta a ‘Un hombre lobo americano en París’, la versión estadounidense de 1997 que me hacía terminar riendo a carcajadas en lugar de asustarme. En fin, el deseo y la bestia tuvo un presupuesto estimado de £40,000 libras esterlinas, recaudando posteriormente alrededor de £150,000 libras esterlinas en su taquilla original.

Con una calificación personal de 6.5 de 10 estrellas, reconozco que “El Deseo y la Bestia” no es una obra maestra en el sentido convencional. Sin embargo, su singularidad y su contribución al género del terror gótico la han elevado al estatus de culto, compartiendo el escenario con las grandes obras de directores legendarios como Terence Fisher, Robert Wise y Mario Bava. Pienso, aunque imperfecta, es una gema que merece ser pulida con las herramientas del cine moderno.

Imagina por un momento que tienes en tus manos una pieza de historia cinematográfica, una que resuena con ecos de un pasado gótico y que aún palpita con potencial. “El Deseo y la Bestia”, aunque imperfecta, es una gema que merece ser pulida con las herramientas del cine moderno. Utilizando la tecnología actual nos permite no solo reconstruir lo que fue, sino también reimaginarlo y llevarlo a nuevos horizontes, quizás una AI vampiro. ¿Quién sabe? La imaginación es un fondo sin fin. “El Deseo y la Bestia” es una invitación a explorar los límites de nuestra creatividad. Es un desafío a los cineastas de 2024 para que se atrevan a fusionar la nostalgia con la innovación, el clásico terror gótico con las posibilidades ilimitadas de la tecnología actual.

Si buscas una oportunidad para dejar tu huella en el mundo del cine, considera esta propuesta. No solo estarás creando una película, estarás reviviendo una leyenda y, al mismo tiempo, reinventándola para una nueva generación que ansía ser cautivada. ¿Estás listo para tomar la antorcha y alumbrar el camino hacia un nuevo clásico? Y, por otro lado, si esto no tiene nada que ver como filmmaker. Te invito a sumergirte en una experiencia victoriana que se desafié tus convenciones para aprecia esta joya y dar tu propia opinión. ¿Te atreves a descubrirlo?