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El predicador Harry Powell - el mejor villano del cine

Hay villanos que quedan en el imaginario colectivo y son canonizados como los mejores: Hannibal Lecter, Darth Vader, Michael Myers, Norman Bates, por nombrar algunos. Una y otra vez suelen aparecer en listas de los mejores villanos, los más icónicos, los que generan mayor atracción en el público. Y sin dudas lo son. Pero hay uno en particular que me genera una fascinación especial. Por su interpretación, por su historia, por su modo de pensar y por sus actos tan retorcidos como visualmente deslumbrantes. Me refiero claramente al predicador Harry Powell, protagonista de la única película dirigida por Charles Laughton, The Night of the Hunter (La noche del cazador).

Antes de centrarnos en este lobo con piel de cordero es necesario hablar algunas generalidades de esta gran obra del séptimo arte. The Night of the Hunter es un film noir de 1955, dirigida por el destacadísimo actor Charles Laughton en lo que fue su primera y única película en ese rol. Una lástima claramente puesto que al visionar esta obra uno queda con ganas de ver más de este director que parecía tener una gran carrera por delante. Y es que está llena de genialidades visuales y conceptuales: un gran uso de claroscuros para representar esa lucha constante entre el bien y el mal; la música que juega un papel principal no solo en su forma extradiegética para acentuar momentos y acciones del predicador sino también el hacerlo cantar por momentos una canción que parece religiosa pero su repetición una y otra vez la vuelven un canto macabro; los encuadres y blocking que logran transmitir las emociones de los personajes, su entorno y la omnipresencia de Harry Powell; y un gran uso del “foreshadowing” (presagio) desde diálogos y canciones hasta por planos.

Bueno y entonces, ¿quién es Harry Powell?

Al principio de la película ya tenemos un pantallazo general: un chanta (embaucador, charlatán, embustero, busque el sinónimo que mejor se adecúe a su español). Un tipo que se hace pasar por predicador cuando en realidad es un barbazul, un hombre que se casa con viudas para luego matarlas y quedarse con su dinero. Un poco el perfil del Tío Charlie en la película de Hitchcock “Shadow of a Doubt”. Así lo vemos manejando feliz mientras canta luego de matar a una mujer, preguntándole a Dios cuál será su próxima víctima. Rápidamente cae detenido por conducir un auto robado y el destino lo pone en la misma celda que Ben Harper, un hombre desesperado que asaltó un banco y mató dos personas en el proceso. Harper es colgado y se lleva a la tumba el paradero de los 10.000 USD. Este es el comienzo de nuestra historia ya que este “predicador” hará todo lo que pueda para encontrar el dinero.

Harry Powell es un personaje siniestro e inescrupuloso, nada lo detiene con tal de lograr sus objetivos. Pero este hombre oscuro se camufla bajo un perfil de religioso humanitario. Así la gente a su alrededor no ve estos rasgos malvados sino que ve a un hombre alegre, dedicado a la religión, que acompañó a Harper en sus últimas horas y ahora viene a apoyar a la familia, en especial a su pobre viuda Willa. De este modo se convierte en padrastro de John y Pearl, hijo e hija de Harper y únicas personas que saben dónde está el dinero. Lo que sigue es una serie de sucesos donde Powell hace todo para obtener la información. Primero busca ganarse el apoyo de la familia pero el siempre desconfiado John se niega a aceptar a este reemplazante y traicionar la memoria de su padre. Al fallar esta estrategia, intenta ejercer violencia fisica y mental sobre los niños en lo que se convierte en una persecusión por escapar de este monstruo.

Powell es inteligente, carismatico, de buena pinta y un hablar encantador. Así logra engañar a todo el pueblo de que es una gran persona que solo busca lo mejor para la pobre Willa y sus pequeños. ¿Quién sospecharía de una persona tan amable y desinteresada? Desde luego que nadie más que el sagaz John, incluso la pequeña Pearl ve en Harry un padre. Es dificil para todos los personajes ver a través de las intenciones del predicador, generando incluso un fervor religioso en el pueblo que lo único que hace es cimentarlo aún más como figura respetada.

El predicador Harry Powell cumple con todos los requisitos de un gran villano, sumando ese lado encantador que hace frustrar al espectador puesto que nosotros desde el principio tenemos toda la información que el resto de los personajes carece. Entonces molesta ver a las mujeres del pueblo babear por él, a los hombres tenerlo como un modelo a seguir y, quizás aún más desesperante, el cariño y confianza que Pearl va generando.

A toda esta retorcida personalidad se le suma la brillante actuación de Robert Mitchum que logra conformar un villano (protagonista) tan completo, tan tangible y al mismo tiempo lejano, tan siniestro como carismático; que jamás podría ser readapatado ni reinterpretado ya que Mitchum siempre será Powell. Basta con ver su mirada para dejarse convencer. Por siempre quedará en la historia del cine su monólogo sobre el amor y la maldad, materializado en los tatuajes de sus dedos.

Villanos icónicos hay muchos, que sean encantadores lo son menos, y que reúnan ambas cualidades tan a la perfección se cuentan con los dedos. El Harry Powell de Robert Mitchum es uno de esos, para mí el mejor de todos. Es una pena que la película haya sido un fracaso al momento del estreno, alejando a Laughton de lo que parecía una prometedora carrera.

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