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Levi Strauss. Ni zapatos, ni pantalones. Un caballero vengativo y encantador

La película Oppneheimer nos deleita con un villano de alta escala. Un lord con todas las letras que no es capaz de matar una mosca, pero que su paciencia lo lleva a vengarse de una afrenta aún cuando la espera de ver el resultado lleve años.

Sigiloso, audaz, intelectual, un plan llevado al detalle por una mente que de hacer el bien podría haber aportado mucho más. O tal vez lo hizo.

Lewis Strauss ciertamente tuvo un papel destacado en la historia de la energía atómica en Estados Unidos durante la Guerra Fría.

  1. Su trayectoria, desde vendedor de zapatos hasta asesor clave en temas nucleares, es bastante intrigante.
  2. Su defensa y promoción del desarrollo de la bomba de hidrógeno reflejan su compromiso con la capacidad nuclear de Estados Unidos durante ese período.
  3. Su papel en la revocación de la autorización de seguridad de Oppenheimer: Este evento es uno de los aspectos más controvertidos de la carrera de Strauss. Oppenheimer, siendo uno de los científicos clave en el desarrollo de la bomba atómica durante el Proyecto Manhattan, fue sometido a una investigación de seguridad en la década de 1950. Strauss fue un impulsor clave en el proceso que llevó a la revocación de la autorización de seguridad de Oppenheimer, lo que significó un golpe devastador para la reputación y la carrera del físico.
  4. Posturas políticas y agendas en la Guerra Fría: Strauss era conocido por su postura anticomunista y su apoyo a una fuerte política de disuasión nuclear durante la Guerra Fría. Sus acciones y políticas estaban fuertemente influenciadas por su visión de la seguridad nacional y la rivalidad con la Unión Soviética, lo que generó apoyo y críticas en igual medida.
  5. Su papel en el desarrollo de la bomba de hidrógeno: Strauss fue un defensor destacado del desarrollo de la bomba de hidrógeno, que es un arma mucho más potente que las bombas atómicas convencionales. Su apoyo a esta tecnología nuclear, vista por algunos como escalofriante debido a su capacidad de destrucción masiva, ha generado controversia sobre su legado y su ética en el campo de la política nuclear.

La ofensa personal que motivó a Lewis Strauss no está documentada de manera específica. Sin embargo, su enemistad con J. Robert Oppenheimer, el científico líder del Proyecto Manhattan, se debió a diferencias ideológicas y políticas. Strauss consideraba que Oppenheimer era un riesgo para la seguridad nacional debido a sus conexiones con comunistas y su oposición a desarrollar la bomba de hidrógeno. Esta animosidad culminó en la revocación de la autorización de seguridad de Oppenheimer en 1954. Aunque no hay una ofensa personal específica, la rivalidad entre ambos fue intensa y tuvo un impacto significativo en la historia de la energía atómica.

En definitiva, su legado es complejo y polarizante, pero su influencia en la era atómica es innegable.

Un villano para la talla del héroe… O del antihéroe? La respuesta a estas preguntas no la tendremos en esta columna y lo más probable es que sea motivo para escribir justamente qué lugar ocupa Oppenheimer en la historia de la humanidad.

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