Querido monstruo - Godzilla: minus one

Querido monstruo

Godzilla: minus one

por Gastón Siriczman

“Necesitará un barco más grande”

Jefe Brody en “Tiburón” (1975)

De principio a fin, “Godzilla minus one” destila amor por la materia prima con la que están trabajando. Es mucho más que un reboot o que un homenaje, es una declaración de principios en la que sus autores sostienen todo lo que está bien en el cine de kaijus.

La producción del mítico Estudio Toho le da una lección a sus pares de Hollywood cuando logra imponer una película de manera global, e incluso llevarse varios premios técnicos de los gordos, como el Oscar a los Mejores Efectos Visuales, con una inversión de apenas 15 millones de dólares, unas diez veces menos que Godzilla vs. Kong.

En el contexto de un Japón recién derrotado en la Segunda Guerra Mundial, el argumento apuesta fuerte a un relato clásico con el drama humano siempre en primer plano, destacando con sus luces y sombras y con temáticas profundamente orientales como el honor, la culpa y la búsqueda de la redención. Por supuesto que, siendo una película de Godzilla, no faltan las escenas con el monstruo como protagonista, y en este sentido las resoluciones visuales son extraordinarias. El equilibrio entre escenas de acción, destrucción y batallas con las otras que narran los conflictos de los protagonistas, están perfectamente equilibradas.

Tal vez lo más interesante de esta propuesta es el protagonismo colectivo. Nuevamente los realizadores toman la sabia decisión de prescindir de la figura de un líder que guíe al resto en la batalla contra el gran monstruo. Si bien es cierto que hay personajes más importantes que otros, cada uno de ellos es fundamental en el engranaje de la lucha. También destaco, porque las referencias en la película son muchas y explícitas, que la resistencia ciudadana es de carácter civil y no militarista, esto le da a la narración una carga épica que termina de fortalecer todo el relato.