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Hannibal Lecter: El lado oscuro que todos queremos tener

Sin duda, el personaje de Hannibal Lecter en la literatura, cine y televisión ha fascinado a todo amante del género del thriller/terror, así como al consumidor casual. Lo que sucede con el Doctor Lecter es que nos cautiva porque representa esa parte de nosotros a la que tememos acudir.

Es uno de mis villanos favoritos del cine, y logró llevarse de una manera excepcional a la pantalla chica de la mano de Mads Mikkelsen en la serie "Hannibal"; una serie que logró ser “poética” en su elaboración y con un Hannibal también mucho más poético y frío. Este artículo, a los efectos de darle un orden a mis ideas, se basará en la interpretación de Anthony Hopkins.

Lo encantador del personaje es algo que debería hacernos preguntar: ¿Por qué nos acordamos todos de él cuando el villano principal es otro?

Si repasamos las películas de Anthony Hopkins tenemos los siguientes antagonistas:

  • Buffalo Bill
  • Mason Verger
  • El hada de los dientes
Buffalo Bill / Mason Verger / El Ada de los Dientes

Mientras Hannibal Lecter es un refinado doctor en psiquiatría para la sociedad y un “monstruo” puertas adentro, esa dote de inclusión social lo hace diferenciarse de los demás villanos, que son expuestos simplemente como seres monstruosos a secas.

Otra característica que tiene Hannibal en contra de los otros villanos de turno en las cintas es su “inmutabilidad existencial”; Hannibal está consciente, conforme y complacido con quien es, mientras que los otros chicos malos no. Buffalo Bill quiere “transformarse en mujer”, Mason Verger busca venganza por ser lo que es físicamente gracias a Lecter, y El hada de los dientes busca convertirse en el Gran Dragón Rojo.

Entonces, un gran encanto que tiene Lecter es su seguridad, en contraste con la inseguridad que tienen los demás villanos... y héroes.

Las historias nos presentan a dos héroes totalmente inseguros: Clarice Starling y William Graham. Clarice Starling resulta ser en la primera cinta una inexperta agente recién recibida del FBI y en la segunda cinta acarrea la culpa de una misión mal ejecutada. En ambas, se resalta cómo el universo machista en el que se desenvuelve le pasa factura, pone trabas y juzga sus acciones. Mientras que Will Graham afronta la carga de que, si bien capturó a Lecter, fue por suerte/casualidad y no por haber podido descifrar quién era el Destripador de Chesapeake (nombre con el cual se refiere la prensa a Hannibal en "Dragón Rojo").

Hannibal con Clarice Starling
Hannibal con William Graham

En la mente de Hannibal, él se considera una especie de antihéroe, eligiendo a sus víctimas con base en una combinación de desprecio personal y oportunidad. Actitud que sostiene inquebrantablemente y solamente muestra un quiebre en la disociación con la realidad cuando se le trata de hacer reflexionar sobre sus actos. Un ejemplo de esto es cuando Will le hace notar que lo capturó por la desventaja que tenía de “estar loco”.

Hay una frase de la película "Harvey" (1950) que hace referencia a lo bello de los locos es que no saben que están locos.

Al principio, me refería a que Lecter es una parte nuestra a la que nosotros tememos acudir. El darle entidad a esa oscuridad personificándola en un personaje genera una expiación de culpabilidad en el héroe, dándonos la impresión de que es “más puro” ya que carece de esa área.

Lo que hace a Hannibal Lecter cautivador para el espectador es su complejidad psicológica y su carisma. A pesar de ser un asesino caníbal, su inteligencia, cultura y refinamiento lo convierten en un personaje intrigante y, de alguna manera, admirable. Es un maestro de la manipulación y el control, tanto de su entorno como de las personas que le rodean. Este dominio absoluto contrasta fuertemente con la vulnerabilidad y los conflictos internos de los héroes que lo persiguen.

Además, su dualidad entre el monstruo y el hombre refinado añade una capa adicional de fascinación. Es capaz de actos de violencia inimaginable, pero también de gestos de gentileza y cultura. Este contraste lo humaniza y, al mismo tiempo, lo demoniza, creando un personaje que es a la vez temido y venerado.

En conclusión, Hannibal Lecter es un espejo oscuro de nuestras propias sombras, un reflejo de la parte más primitiva y reprimida de nuestra psique. Su figura nos atrae porque, en el fondo, todos llevamos un poco de ese lado oscuro dentro de nosotros, aunque nos aterre admitirlo. La complejidad de su carácter y su capacidad para desafiar nuestras percepciones de moralidad y humanidad lo convierten en uno de los villanos más memorables y estudiados de la ficción contemporánea.

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