Crítica de "Amor sin tiempo", de Bertrand Bonello, adaptación de la novela "La bestia en la jungla" de Henry James

El filme es una adaptación de la novela "La bestia en la jungla" de Henry James, descrita por Borges como la meta de la novela psicológica. Esta obra, cuyo título original "La Bestia" parece más idóneo que el local, incorpora elementos posmodernos y de ciencia ficción distópica para explorar una historia de amor trágico y eterno.

La película cuenta con las actuaciones de Léa Seydoux, conocida por sus roles en "Bastardos sin gloria", "Crímenes del futuro" y "La Crónica francesa", y George MacKay, famoso por su papel en "1917". La narrativa se desarrolla a través de múltiples temporalidades: finales del siglo XIX, principios del XX, 2014 y 2044, y utiliza una estructura temporal fragmentada que rompe con la lógica de causa y efecto, siguiendo una lógica más asociativa y de recuerdos. Este enfoque se refleja en lugares como la discoteca "Fractal", donde los personajes experimentan encuentros en épocas diversas como los años 60, 70 y 80.

La historia central gira en torno a un amor destinado pero constantemente frustrado por la realidad. Los protagonistas, representando almas gemelas, se encuentran y se pierden a lo largo del tiempo, evocando la sensación de inevitabilidad y conexión a través de diversas eras. Este amor trágico recuerda a filmes como "El año pasado en Marienbad" y "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", con la imposibilidad de conexión como el verdadero antagonista. Los diálogos y las interacciones se repiten en diferentes momentos históricos, creando una sensación de loop constante y un destino ineludible.

La película también explora un futuro distópico donde la inteligencia artificial ha reemplazado muchas necesidades humanas, presentando robots con rasgos más humanos que las personas mismas. Influencias de "Blade Runner", "2001: Odisea del espacio" y "Minority Report" son evidentes en esta representación de un mundo frío y artificial. El uso de fondo verde chroma, evocando la obra "Dogville" de Lars Von Trier, rompe la cuarta pared y reflexiona sobre la naturaleza del cine, mientras elementos recurrentes como la vidente, la paloma del mal augurio y el cuchillo en la mesa simbolizan el destino ineludible de los personajes.

La narrativa también se sumerge en el thriller psicológico, evocando el terror contemporáneo de películas como "El resplandor" y "El inquilino". Los protagonistas enfrentan fantasmas del pasado y una distorsión entre realidad y fantasía, mezclando recuerdos con deseos. Técnicas cinematográficas como el ralentí, la música evocadora y el fundido a negro intensifican la atmósfera de suspense y miedo.

La utilización de dichos rasgos genéricos en "Amor sin tiempo" refleja una tragedia cíclica y eterna, similar a "Cloud Atlas" y la serie alemana "Dark", donde los personajes están atrapados en un ciclo de repeticiones infinitas. La película aborda temas de vacío existencial y fugacidad del tiempo, simbolizados por la inundación y las muñecas inertes, representando la imposibilidad del amor y la conexión.

En su crítica a las relaciones modernas, el filme destaca la imposibilidad de establecer conexiones profundas en una sociedad dominada por la inteligencia artificial y el individualismo. Los personajes, aislados y asistidos por servicios artificiales, reflejan la tendencia contemporánea hacia el narcisismo y la ausencia de emociones genuinas.

"Amor sin tiempo" es una obra compleja y multifacética, que combina una profunda reflexión sobre la condición humana con una narrativa visual y emocionalmente impactante.