Joker, el idolo oculto entre las tinieblas

Hablar del “Guason” es sentarse y ver las versiones que tanto Heat Ledger dentro de la trilogía de los Batman de Nolan, como la versión de Joaquin Phoenix, se logra escudriñar en la psicopatía de una persona que con trastornos de niñez se llega a convertir en un gangster peligroso e incomparable, incluso para el resto de los mafiosos, como logra un villano opacar al protagonista y llegar a tener su secuela personal y única (ya en la edición de Phoenix) donde se crea una historia calzable y enganchadora con la historia de su archienemigo, llegándose uno, incluso a ponerse en su lugar y llegar a pensar lo injusta que es la sociedad para llegar a crear personajes así ¿en la vida real cuantos joker existirán?

Alguien puede preguntarse, con cual de los 2 me quedo? Sin con el joker del Caballero de la noche o el joker personal y único donde él y solo él es el protagonista y antagonista de su vida, aquel que desde el inicio se le ve sufriendo internamente y luchando con sus fantasmas y que por fuera trata de ser bueno…o aquel de la trilogía oscura, que se convierte en el más “vivo” de los mafiosos, el que los engañana a todos y que es capaz de quemar el dinero para darnos cuenta que el solo buscaba ver arder el mundo y el culmine detalle de verlo caer de un edificio y ser salvado por su archirival y quedarnos con la inquietud de aquella vez terminando esa película…lo encerraron pero …y que paso con él después?

Claro, uno mismo puede elucubrar tantas historias, sin embargo, no podemos dejar pasar que ver la versión de un Joker, en su formación moral, antietica y antivalorica, es sin lugar a dudas, encontrarse con una realidad oculta de la cual muy pocos nos damos cuenta, y es que, ver a Joaquin Phoenix en esa transformación genérica de ese personaje, que lo llevó a un extremo de su mente y físico, es también notar como la fuerza de un personaje villano puede acarrear internamente en una fuerza distinta, que lleva a incluir detalles que se traslucen en un símbolo del mismo, la risa sagrada y llena de sarcasmo del personaje, la pintura en la cara, el pelo teñido, la felicidad ficticia de su ser que por dentro está destruido pero mentalmente cree que todo está bien y que cada crimen es una estrella en el pecho de un ganador y con todo ese detalle y lleno de morbosidad encima hacer que aquellos que estamos del otro lado de la pantalla, en vez de odiarlo o al menos, despreciarlo, por el contrario, cuando termina la película, terminemos diciendo o comentando un “que ganas de saber como va a continuar esto o un que va a pasar con él" … sinceramente, soy uno de esos que se pregunta eso y espera la segunda versión que viene con la actuación incluida de Lady Gaga que aportará seguro, una versión pseudoromantica a un personaje creado finamente para lucirse.