Ralph el demoledor es una película animada que, desde el principio, nos presenta un trasfondo diferente al que estamos acostumbrados. La película ofrece una visión única de lo que un villano siente al cumplir con su rol de "malo de turno". Vemos cómo los personajes del juego rechazan a Ralph no por quién es, sino por el papel que le toca desempeñar, sin considerar cómo se siente al respecto. Esta marginación lleva a Ralph a tomar acciones que ponen en peligro el Arcade y su comunidad, mostrando que no todo lo que parece malo lo es realmente, y cómo los prejuicios pueden llevarnos a tratar a las personas de manera injusta. Sin embargo, en esta ocasión no hablaré del villano aparente, sino del verdadero villano que se revela más adelante: el Rey Candy. (ALERTA DE SPOILER)
King Candy se convierte en rey después de realizar una serie de acciones "injustificadas" con el objetivo de salvar el arcade "Sugar Rush", donde se encuentra Vanellope, la simpática segunda protagonista y antigua reina, acciones que se explican más adelante pero que conllevarían a terminar borrando a Vanellope del juego permanentemente. Para asegurar su posición, King Candy borra la memoria de los personajes del juego, evitando que tomen represalias, y convence a Ralph de que Vanellope es un glitch. Según él, este defecto haría que la jugabilidad de Vanellope fuera complicada o incluso imposible, lo que podría llevar a que el arcade fuera reportado como defectuoso y finalmente desconectado y tirado a la basura.
La solución en la película fue que Vanellope aprendiera a usar el glitch a su favor para ganar la carrera, resultando en una ventaja significativa sobre los demás personajes. Así, Vanellope encuentra su final feliz y los personajes recuerdan quién es. Ralph gana empatía y King Candy es desenmascarado y derrotado. Sin embargo, la secuela revela una verdad más compleja, sugiriendo que King Candy tenía razón.
En la primera película, se muestran dos arcades de "Sugar Rush" donde los jugadores compiten en modo multijugador. Aquí surge la primera problemática: Vanellope, cuyo glitch impedía a los jugadores disfrutar del juego. En la vida real los jugadores no pierden la oportunidad de usar un glitch para tener una ventaja significativa y sobre todo cuando de juegos competitivos se trata, sacándole el mayor partido y haciendo que los desarrolladores tengan que tomar medidas rápidas sobre el asunto para volver a equilibrar el juego, sin embargo en el universo de la película, la solución no fue ajustar el juego, sino descartar el arcade por completo.
En la segunda película ya vemos las consecuencias de las que hablaba King Candy observando sólo un arcade de "Sugar Rush" en lugar de dos, lo que sugiere que Vanellope, siendo un personaje desequilibrado, hizo que el multijugador fuera injugable. El primer jugador en elegir a Vanellope ganaba inevitablemente, aburriendo a los demás y haciendo que el juego perdiera su atractivo. Cuando un niño reporta que el volante del arcade está roto, el dueño menciona que "ya no hacen repuestos para ese arcade", indicando que su fabricación está completamente descontinuada.
Con esto, podemos reconsiderar las acciones de King Candy (Turbo), quien experimentó en carne propia la extinción de su juego original y trató de evitar el mismo destino para "Sugar Rush". Sus medidas drásticas, como intentar erradicar el código de Vanellope, tenían el fin de preservar el juego, en este caso, el fin justificaba los medios.
Así, lo que King Candy quería evitar finalmente ocurrió, dejando el futuro de los juegos en manos del destino y con un desenlace que no es el final feliz que se nos presenta, sino un final con consecuencias que por el público a la que la película se dirige, no será mostrado de una manera tan profunda. A esto concluimos, ¿era King Candy realmente una amenaza o un héroe fallido?
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