El director M. Night Shyamalan tiene la habilidad de crear giros sorpresivos al final de sus películas. Creo que el plot twist mejor logrado fue al final de su obra maestra El protegido, protagonizada por Bruce Willis y Samuel L. Jackson. Sin embargo, no voy a hablar de esa película, sino más bien de La aldea, que se estrenó en 2004 en Estados Unidos.
La aldea es un filme en el que una comunidad vive alejada de la ciudad, cerca de un bosque tenebroso. Es decir, está la comunidad que vive en humildes pero hermosas casas de época, luego está el bosque, en donde habitan extrañas criaturas con uñas afiladas, y después está la ciudad, a la que no quieren acceder por temor a que algo les suceda.

En el filme se muestran diferentes aspectos de la vida cotidiana de este pueblo: comen juntos, se casan, y hay fiestas comunes. También hay amores, como el de Lucius (Joaquin Phoenix) e Ivy (Bryce Dallas Howard). Sin embargo, siempre hay un miedo que acecha al pueblo: las criaturas que viven en el bosque. Estas criaturas no quieren que nadie pase por su territorio; cada vez que alguien lo hace por accidente, sacrifican ganado y dejan marcas rojas en las puertas.
La reacción de la comunidad ante las criaturas es de mucho temor. Cuando llega la noche y el vigilante de la torre, interpretado por Michael Pitt, avisa con campanadas que una criatura ha entrado en la aldea, todos se esconden. Al principio de la película, podemos ver una bestia horrible con garras.

Ahora bien, ¿Cuál es el final inesperado de este filme? Lucius es herido y su amada Ivy decide ir a la ciudad a buscar medicina para curarlo, con la autorización de su padre, quien es el líder de la comunidad. En ese momento, para que ella no tenga miedo, su padre le revela una verdad que sacude toda la película: no hay monstruos.
Eso es lo que sucede: todo era un montaje con disfraces realizado por los consejeros líderes de la comunidad, quienes lo hacían para mantener a todos juntos en la aldea y evitar que alguien se fuera. Ivy no puede creer la farsa a la que han sido sometidos. La película continúa y ella debe ir sola por el bosque. Ahora, la pregunta que debemos hacernos ya acercándonos al verdadero final del filme, es si realmente no existen los monstruos, dado que su padre le cuenta que para hacer los disfraces se inspiraron en hechos reales. ¿Existen los monstruos o no? ¿Es todo un montaje o hay algo de verdad? ¿Quiénes son los verdaderos monstruos?

En definitiva, La aldea es un gran filme del director M. Night Shyamalan. Tal vez haya títulos mejores en su carrera, como El protegido, Sexto sentido o Los huéspedes. Sin embargo, considero que esta película de 2004 logra entretener y merece ser vista.
Mi puntuación es ★★ y 1/2 (sobre 5).
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