Nomadland: Visiones profundas entre los Nuevos Clásicos

Desde las soledades y encuentros se manifiestan nuestras más duras realidades

Con una película basada en el libro homónimo escrito por Jessica Bruder, la ya muy reconocida directora Chloé Zhao nos invita en esta oportunidad a echar un vistazo íntimo y reflexivo dentro de la vida de aquellos que, tras procesos de Recesión y crisis personales de toda índole, no han tenido más opción que asumir el nomadismo tras el volante de sus propias, reducidas, improvisadas y hasta defectuosas viviendas rodantes, para dirigirse de un lugar a otro tras la búsqueda de trabajos tan temporales como invisibilizantes, mientras persiguen una oportunidad que les permita reencontrarse con el sentido de pertenencia que les permita volver a adaptarse a un mundo que los ha dejado atrás.

Siendo para ello que toma la vasta extensión del oeste estadounidense, entre caminos solitarios y horizontes interminables, echando a andar una historia que captura la esencia del espíritu humano en tiempos moderno y presentarla, muy oportunamente, en el contexto de la mayor de las crisis de este nuevo siglo, lo que seguramente aportó para que fuese una grata sorpresa, entre las millones de nuevas soledades que la pandemia nos obligaba a vivir, al consagrarse como la gran ganadora de la temporada de premios destinados al 2021, cimentando su lugar como un clásico contemporáneo que redefinirá las oportunidades de la visión cinematográfica para el futuro.

Una Nueva Narrativa para el Cine Moderno

Nomadland destaca por su estilo documentalista, fusionando la ficción con la realidad de manera casi imperceptible, gracias a la extraordinaria habilidad de su directora para retratar la vida de las personas desplazadas involuntariamente o no, hacia los márgenes de la sociedad, otorgó la oportunidad en esta película a verdaderos nómadas para contar sus historias, permitiéndose la construcción de una mezcla de presentaciones que difuminan las líneas entre la actuación y la vida real, aportando con este enfoque autenticidad a la película para desafiar las convenciones tradicionales de la narrativa cinematográfica, con toda contundencia del dramatismo de una realidad que se va propagando entre nuestras sociedades modernas como una metástasis de los males que muchos se niegan aún a aceptar.

Centrada en la historia de Fern (McDormand), una viuda que, tras el cierre de la planta de yeso en su ciudad, luego de la muerte de su esposo, se ve obligada a vivir en su furgoneta y recorrer el país persiguiendo oportunidades de trabajo que la llevan a confrontarse con su propio sentido de la vida que ha llevado, las consecuencias de sus decisiones y el sentido con el que puede moldear su futuro, viéndose cómo la trama de la película se desenvuelve a lo largo de su viaje, con toda la parsimonia que amerita un proceso de duelo y redescubrimiento del propio sentido de existencia, a medida que la protagonista conoce a otros nómadas, cada uno con sus propias historias de pérdida, resiliencia y adaptación, siendo que, a través de su interacción con ellos, Nomadland logra enfrentar al espectador con una potencial visión del destino al que nos exponen las crisis, convirtiéndose en un llamado obligatorio hacia la meditación sobre la soledad, la libertad, y la búsqueda de significado en un mundo en constante cambio.

Impacto Cultural y Recepción Crítica

La sensibilidad única de Zhao distingue a esta obra entre los nuevos clásicos de 2020 de manera singular en la historia del cine, haciendo que su capacidad para capturar la belleza en la desolación, y la esperanza entre el desaliento, nos terminara presentando una película profundamente humana que se reivindica a todas las sociedades y culturas.

Desde su estreno, los inmediatos elogios de la crítica colmaron a esta película de alabanzas por su meticulosa dirección, impecable cinematografía y, por encima de todo, la poderosa interpretación de McDormand, una mujer que ha sido capaz de romper todos los estereotipos de la femineidad Hollywoodense, como tripleta perfecta que permitió la combinación de excelencia propulsora de este filme para el mérito de tres premios Óscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección, y Mejor Actriz, demostrando ser una obra maestra con alto potencial para superar las barreras del tiempo.

El estilo visual de la película desarrollado a través de amplias tomas del paisaje que luego abren paso hacia un enfoque en los detalles más pequeños de la vida nómada, son evidencia clara de la exquisitez de una dirección de fotografía meticulosa y aguda, que ha sido comparado con el trabajo de directores como Terrence Malick, lo que no es poco decir para la sutileza con la cual integra el paisaje para alcanzar una máxima conexión emocional en quien lo contempla.

Nomadland es sin duda un Clásico en Formación

A través de la escenificación de la experiencia en la vida nómada, esta ya no tan nueva joya fílmica, nos brinda la oportunidad de sumergirnos en el análisis sobre lo que significa Ser humano en tiempos de incertidumbre, a través de una dura confrontación con las realidades cada vez más extendidas de los impactos económicos, sociales, y ambientales, hacia las que nos arrastran nuestros modelos de vida, fenómeno que resuena a lo largo de toda la película, como un testimonio de la resistencia del espíritu humano, siendo que por la profundidad con la que se atreve a develar los dolores y temores más internos de los nómadas, se le asegura a “Nomadland” un memorable espacio como fuente de inspiración para las futuras generaciones de cineastas, demostrando que la producción de obras orientadas a la reinterpretación del existencialismo rinden sus grandes frutos, al mismo tiempo que logran satisfacer la necesidad del público de conectarse con sus realidades más profundas, sino, ¿por cuál otro propósito veríamos este tipo de películas?

Un viaje crítico a la Soledad No Deseada, la pérdida y el abandono del hogar

Los tonos grises, azules y ambarinos en la paleta de colores en el cristal de Nomadland, permiten la conexión emocional con la incertidumbre de Fern, exponiendo que su verdadero viaje, más allá de las carreteras, se encuentra hacia su interior, mientras avanza en la reivindicación de aquello que tanto nos cuesta aceptar: la realidad de la existencia de la Soledad No Deseada, que por diversos orígenes y causas tan fortuitos como involuntarios, asedian a una gran parte de una humanidad no comprendida, desprendiéndonos de nuestras raíces, apartándonos del cálido abrigo del concepto de hogar que nos formamos como sociedad, y dejándonos al margen de la misma, entre la angustiante incertidumbre de nuestras pérdidas, mientras nuestra más pura esencia aclama por un llamado a despertar hacia la verdadera inclusión.

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