Quienes son fanáticos, como yo, de la rosa de Guadalupe sabrán a qué me refiero cuando digo que la última pelicula de Adrian Suar es una remake del capítulo “Nomofobia” de dicha serie, nada más que peor actuado…
“No puedo vivir sin tí” nos cuenta la historia de Carlos (Adrián Suar) y Adela (Paz Vega) ellos son una pareja de profesionales. El es un adicto a dos cosas: al trabajo y principalmente al celular. Trabaja en una empresa que se dedica a… bueno, es una empresa que… vaya a saber uno a qué se dedica. La película empieza contándonos que Carlos es un fanático de su trabajo, que lo da todo por el y que le prometieron un ascenso muy significativo. Esta situación da pie a dos cosas: nos muestra como carlos no deja de mirar ni por un segundo su bendito teléfono y como descuida a su matrimonio. Su mujer Adela es una distinguida médica española que se quiere divorciar de Carlos por su adicción al telefono. Cuando se da cuenta que su pareja está a punto de desmoronarse decide hacer algo al respecto y se anota en un grupo de ayuda “Tipo alcohólicos anonimos pero de teléfonos” (chiste de la película…) donde le dan las herramientas necesarias para dejar su adicción al celular. Mientras ésta acción transcurre Carlos se va compenetrando con el grupo y se decide a cambiar su forma de ser. En ése camino del héroe veremos como sortea situaciones que netflix dice que son “Disparatadas” pero que a mi me parecieron aburridas tirando a lo patético. Por ejemplo en un asado familiar Carlos se tiene que dividir entre una entrevista para el ascenso que le prometieron y compartir un almuerzo con su familia. Para llevar a cabo la entrevista decide tomar una videollamada desde su baño. Ya vemos venir como va a terminar ésto, el sentado en el inodoro del baño, se le cae la laptop y termina mostrando sus calzones a todos sus compañeros de trabajo… divertidiiiiisimo.
A veces pienso “¿para ésto pago Netflix?". La idea de la pelicula es algo que ya se vió en un monton de peliculas y que han logrado en cierto modo sacarnos una que otra sonrisa. Ya se vió en “El futbol o yo” del mismo Suar. Solo le faltó que aparezca Alfredo Casero haciendo de loco o rarito.
No quiero ser malo con ésta pelicula pero creanme cuando les digo que me puse a verla con la esperanza de que me hiciera minimamente sonreir… pero no lo logró.
Es importante evaluar tambien la carrera artística de Suar. Como productor es una mente brillante pero como actor no es tan bueno. Sus personajes siempre giran alrededor de su mismo universo y nunca tienen un crecimiento, una maduración. En “No puedo vivir sin ti” empieza como un adicto al celular y termina como un adicto al celular, hizo todo el camino del héroe, tocó fondo, se dió cuenta que estaba haciendo mal a sus seres queridos pero, sin embargo, al final, sigue siendo el mismo del principio de la pelicula. Lo mismo pasa en “El fútbol o yo” no madura.
La pelicula es tan interesante que en el medio me puse a hacer gelatina de frutilla con pedacitos de banana que me salió espectacular.
El director trata de hacernos reir con situaciones que mas que gracia dan pena. Por ejemplo en el trabajo un compañero se compra un telefono llamado “Daiafon 17” (haciendo referencia a Iphone) y el tiene el modelo anterior y hace todo lo posible para comprarselo y se lo terminan robando, no logra recuperarlo y tiene que comprar otro que será arrojado por su esposa a un lago por atender una llamada en medio de la boda de su hermana. El salta al lago, recupera el telefono y sale a flote gritando: “Funciona!!! es sumergible!!!” Si, eso tendría que ser gracioso…
La película no se define entre contarnos la vida de Carlos o su drama familiar ya que se separa de su esposa y sus hijos, intenta una redención con la profesora del grupo de autoayuda donde carlos le ofrece abrir franquicias de su grupo, idea que es rechazada de cuajo por la profesora y que solo sirve para dar pie mas tarde a un golpe bajo que, por lo que se tarda la pelicula en explicarlo, pierde sentido.
Todos los personajes que rodean a Carlos quedan desdibujados en un segundo plano muy muy lejano y no se definen, no logran conectar de una forma amistosa con el espectador.
Lo que si logra la pelicula es hartarnos con las idas y venidas de Suar, con las situaciones pseudo disparatadas que plantea el guion para hacernos reir y logra exasperarnos al punto tal de querer traspasar la pantalla y gritarle: “Dame ese celular!!! Vamos a acabar con esto de una buena vez”, tirar el celular desde un septimo piso y esperar a que salga la nona diciendo: “No, mi nieta”.
En el aspecto técnico no hay nada para criticar. La foto es común, el diseño de banda sonora es simple, lo mas destacable es el departamento de arte que hizo un trabajo digno y el de locaciones porque la verdad sea dicha: las locaciones donde se filmaron los exteriores son hermosas.
En definitiva es una pelicula mas que pasará sin pena ni gloria por Netflix que viene en franca caida en lo que respecta a cine y series argentinas.
¿Es mirable? Si.
¿Es divertida? NO
Mi calificación: 2 gorditos (Regular)
Disponible en: Netflix
Dirigida por: Santiago Requejo.
Trailer:
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