Los domingos ya dejaron de ser taquilleros, ahora también son para hablar de películas que quizás no sean necesario verlas, ya que para eso está su fiel servidor. Hoy vamos a hablar un poco de 'Don't Turn Out the Lights' y 'All My Friends Are Dead', dos películas recientemente estrenadas en VOD y que están siendo tendencia los últimos días en Estados Unidos. Como fanático de los slashers y películas de terror que no suelen llegar a tantos mercados extranjeros, acá te comento si valen o no la pena verlas.
Don't Turn Out the Lights es una película dirigida por Andy Fickman, un director de cine cuyos trabajos anteriores fueron, entre ellos, Entrenando a papá y La montaña Embrujada, protagonizadas por Dwayne Johnson; algunas películas y/o series protagonizadas por Kevin James; y un par de series de Disney. Verdaderamente Fickman no tenía nada de experiencia al momento de traer algo terrorífico/sobrenatural con Don't Turn Out the Lights, y la realidad es que se notó esa falta de conocimiento. La película presenta a un grupo de amigos que se embarca en un viaje por carretera a un festival de música hasta que los horrores sobrenaturales les pondrán trabas en su camino. Jarrett Austin Brown, John Bucy y Jasper Cole protagonizan el film.
Si bien Don't Turn Out the Lights presenta algunos elementos de terror sobrenatural, eso no significa que den miedo o que mínimamente generen una cierta tensión para el espectador. El principal problema con esta película es que no terminamos de saber nunca lo que pasa en pantalla, y de los 100 minutos que dura, se pasan más de la mitad hablando de las relaciones entre los personajes y todo el daño que se hicieron o le causaron a otras personas. Esa catarsis termina siendo una constante una vez que “empieza” el terror para cada uno de ellos, cortando todo tipo de tensión y misterio que uno puede tener con el correr de los minutos.
Las actuaciones en Don't Turn Out the Lights no son realmente malas, y en parte, tanto tiempo de diálogo en pantalla refuerza, al menos, la buena química que hay entre todos ellos. No dejan de ser actores que interpretan a jóvenes universitarios que quieren pasarla bien en un festival. Y tampoco quedan exentos de los clichés y los estereotipos que ya hemos visto en decenas y decenas de películas y series en relación a los protagonistas, ya sea por su tono de piel, orientación sexual o el que siempre termina muriendo primero (y que se nota a la distancia, sin causar nada de sorpresa).
Don't Turn Out the Lights falla en querer dar miedo y a su vez en querer darle un aire fresco al género tratando de desentramar una historia que no solo es inentendible sino que además no llega a absolutamente nada, con un final bastante torpe y poco resolutivo. Demasiado predecible, y en parte, demasiada aburrida. ¿Hay cosas buenas? Posiblemente sean contadas con mi mano, entre algún que otro sobresalto que queda bien y un par de escenas al aire, después no hay mucho más que se pueda disfrutar con la nueva propuesta de Andy Fickman.

Luego tenemos All My Friends Are Dead, la nueva película de Marcus Dunstan, el mismo director que nos trajo películas como The Collector, The Collection y la más reciente Unhuman. En comparación a Andy Fickman, Dunstan sí tiene un poco más de experiencia en el ámbito del terror/gore/thriller, así que su nueva propuesta con All My Friends Are Dead de por sí llama un poco más la atención que la película anteriormente narrada.
All My Friends Are Dead presenta a un grupo de amigos de la universidad que alquilan un Airbnb para posteriormente ir al festival de música más grande del año, hasta que su fin de semana soñado rápidamente dará un giro mortal. Sí, es casi idéntica esta sinopsis a Don't Turn Out the Lights, pero no nos adelantemos, vayamos por partes. Jade Pettyjohn, JoJo Siwa, Jennifer Ens, entre otros, protagonizan este largometraje.
All My Friends Are Dead es más un slasher de los típicos que hemos estado viendo alrededor de los últimos 5-10 años tanto en la pantalla grande como en la pantalla chica o los servicios de streaming que ya conocemos. Su trama es sencilla y, como todo producto audiovisual del subgénero slasher, hay un par de giros que pueden o no sorprender al espectador. En el caso de esta película, su presentación es igual (en estructura) a todo lo previamente conocido: Un grupo de amigos universitarios, los típicos estereotipos en los personajes hombres y los personajes mujeres, un asesino/a que aparece para acabar con todos y el típico final que te deja con ciertos cliffhangers que dan pie a una hipotética secuela (siempre y cuando la recaudación o el presupuesto ayude a cumplir esa meta).
Entonces, ¿tiene alguna diferencia All My Friends Are Dead con otras películas slashers? Realmente no, pero igualmente considero que se puede disfrutar, en gran parte, como mero entretenimiento un día que no tengas muchas preocupaciones, y que sobre todo entiendas que hay bastante exageración en los 90 minutos de duración que tiene esta película. ¿Por qué digo exageración? Porque si bien no deja de tener elementos de este sub género de películas que pueden gustar o no, el hecho de que el director haya querido meter tantos giros argumentales en el tercer acto de la película terminan siendo agotadores y exagerados, ya que no dejan que el espectador procese correctamente la información que se le suministra en esos minutos finales.

Si hay que destacar cosas positivas de All My Friends Are Dead, la actuación de Jade Pettyjohn es fantástica, a pesar de que tampoco es que se haya necesitado de mucho. En ese sentido, las motivaciones que tiene el personaje de Pettyjohn sobre cada una de las situaciones que van apareciendo con el correr de los minutos termina siendo fantástica, además de demostrar la locura y psicopatía que hay presente en su personaje.
¿Y qué podemos decir del asesino? De cierta forma, si prestás atención, se suele ver a kilómetros de distancia quién está detrás de la máscara. Puede que igualmente te sorprendan un par de giros y revelaciones que hay de cara al final de la película, pero en líneas generales la trama intenta dejarte pocas pistas sobre quién es el asesino y tratar de adentrarse en la brutalidad de las muertes de los personajes poco olvidables. Algunas son muy interesantes, otras no tan bien logradas y bastante normalitas, por ende tampoco hay mucha tela para cortar.
A pesar de la tendencia de los últimos días en Estados Unidos con Don't Turn Out the Lights y All My Friends Are Dead, el género de terror y el subgénero slasher no reciben nada nuevo con estos recientes estrenos, a pesar de que intenten lograr (sin éxito) hacernos pasar un pequeño rato en el sillón de nuestra casa. Si no hay nada para ver en casa, estos filmes te sirven para matar el tiempo muerto, sino, es mejor volver a ver grandes slashers como Scream, Tucker & Dale contra el mal y Alta tensión, ya que realmente no te perdés de nada si no ves las películas que he comentado en este artículo.
|| Por Federico Martín Vargas
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.