Permiso para enamorarme. Spoilers

Si yo fuera una pantera, tal vez como la del film de Tourneur, sin duda alguna me enamoraría de Carol, esa mujer pantera “habitada” por Cate Blanchett.

A lo largo del film homónimo Carol caza a su presa, la pequeña gacela llamada Therese Belivet.

¿Cómo la caza? Eso es lo que narra la película de Todd Haynes.

Me atrevo a afirmar que todo el film es la historia de un segundo, un segundo que cambia y trastorna la existencia de ambos personajes, y que va precedido por minutos, horas, meses, una vida probablemente, de una larga espera.

Ya desde el primer encuentro en el mega bazar donde trabaja Therese, Carol maneja los hilos con una astucia y una paciencia dignas del mejor cazador.

Aclaración importante o nota al pie , como más les guste: a lo largo de esta reseña, el narrador, se tomará la licencia poética de imaginar que logra ingresar al film cuando su memoria lo habilite para ello.( Quedan avisados).

Primer entrada: camino lentamente por el set tratando que nadie me descubra y de repente me veo en un espejo y me pregunto: ¿ si yo fuera una mujer lograría evadir la tentación de caer a los pies de Carol? Hmm… es como preguntarle a un niño si resistiría un chocolate o un helado…muy difícil de lograr. Y más aún si los hombres que me rodean son como los del film: muy necios, muy enfermos de machismo.

Sigo pensando y por unos breves segundos me imagino como una extra, me veo hermosa, caminando por Nueva York y logro que Carol voltee a verme…Waw, qué mirada…sentí el frío dela gacela acorralada en mi espalda! Salgo de la peli, queriendo volver lo antes posible , obviamente.

¡Qué excelente idea de los guionista que Therese sea una fotógrafa, quién no desearía perseguir como un paparazzi a Carol todo el día, todos los días!

Dando un salto atrás, hacia al inicio del film, les señalo lo que podríamos llamar el marco del film, que es claramente el de una prisión. Nuestra historia da inicio, con los sonidos de un tren, un tren que me lleva o me aleja de un submundo. Luego vemos una reja preciosa, estilo árabe, y a plano siguiente se nos muestra que es una tapa del subte…¿querrá sugerirnos el director que un amor lésbico, en la sociedad ultra capitalista y conservadora de la Nueva York de los cincuenta, está condenada a no ser vista?.¿ A quedar oculta en un mundo subterráneo? O ¿querrá decirnos tal vez, que solo quien sepa escuchar el grito mudo del corazón humano podrá descubrir a dos mujeres amándose, acá frente a nuestra narices?

Vuelvo a entrar en la película: me dejo habitar por una niña…¿acaso no quedaría encandilado con esa madre que es Carol?

Esa mamá que me demuestra de mil formas el amor, que inventa fantasías para que ambas las compartamos, que me llena de regalos, que me mima, me disfruta y no se cansa de demostrarme su amor; aún hasta en su dura renuncia final.

Cómo me gustaría recordar el aroma de su piel perfumada, y la caricia de su cabello que bajo la mano talentosa que maneja el cepillo con destreza deja su blonda cabellera con el vuelo digno de una reina.

Salgo por segunda vez.

Una escena visceral me convoca: es aquella donde Carol detiene la maquinaria legal de los abogados e interpela a su ex esposo. Solo alguien que sabe amar con todo el corazón puede reaccionar así. Y en esa misma escena es donde él se da cuenta de que la ha perdido para siempre.

Entro por tercera vez al film.

Y si yo fuera Harge… por qué no aprender de mis derrotas? En una escena Carol cuenta que su ex esposo nunca compartió un año Nuevo con su mujer.¿ Dónde estabas Harge ?

Si Carol acepta terapia porque yo su esposo no … Ah cierto los hombres sanos no necesitan terapias, solo nos emborrachamos hasta rodar por el piso. Si Carol ya no me ama, porque no disfrutar de criar juntos a una hija.

Harge sos tu verdugo y tu víctima, y el de tu familia.

Salgo por tercera vez .

Esta película es un tejido de detalles tan pequeños y tan bien amalgamados que dan como resultado una obra maestra: la reconstrucción de época, la fotografía, la música, los actores, la edición, el guión y obviamente la dirección logran con creces su objetivo.

Las intertextualidades son muchas y los ecos cinéfilos también.

Comencemos por Tiempos Modernos, de Chaplin.

En una escena de aquella película, Chaplin muestra a una manada de ovejas yendo al matadero como símbolo de los obreros que se dirigen a dar las mejoras horas de sus vidas en una fábrica.

Haynes retoma al simbolismo, a través del uso obligado del gorro de navidad, en la escena donde un empleado les obsequia uno a cada compañero .

Lo interesante del personaje de Therese ya se observa en esas primeras escenas…ella no se pone el gorro, solo lo hace cuando la encargada de su sección la obliga a hacerlo. Todo es una mini prisión de lujo. ¿Ni se nos ocurriría pensar en un empleado no católico verdad?

Intertexto dos: Breve encuentro de David Lean.

Toda la estructura de Carol se basa en esta otra obra maestra del cine, esa estructura circular, que en Carol cobra nuevo significado y abre una ventana al futuro.

Intertexto tres: Solo el cielo lo sabe, de Douglas Sirk.

En este film la protagonista Carrie, una mujer de clase social alta y viuda se enamora de un jardinero pobre y bastante más joven que ella. Al igual que Carol Carrie se viste de rojo cuando está de buen ánimo o cuando tiene fuerzas para dar una batalla y al igual que Sirk, Haynes no da ni un encuadre gratuito en todo el film.

Siempre la mirada de la cámara nos está diciendo algo, y así como las miradas de las protagonistas siempre dicen más que las palabras, los encuadres dicen más que los diálogos.

Y por último que decir de las actrices.

Cate Blanchet es la Garbo de nuestros días, es la encarnación del misterio. Cate le hace el amor a la cámara con su rostro, y lo hace con tal luz que opaca a quienes osan a cercarse demasiado a ella. Su rostro no es perfecto, pero su rostro puede enseñarle a Miguel Ángel lo que es dibujar la perfección.

Y Rooney Mara en este film es la Audrey Hepburn de sus inicios, esa especie de patito que esta esperando a convertirse en cisne, sus miradas indecisas contrastan con la seguridad que Cate quiere hacerle sentir.

¿Se imaginan si esta película hubiese podido filmarse en los cincuenta con Garbo Y Audrey, dirigidas por Douglas Sirk? Es curioso pero Garbo quería volver en esos años y dicen que un proyecto era hacer una película de amor lésbico con Marilyn Monroe.

Estos sueños tal vez hubieran sido realidad si el Machismo enfermizo hubiera muerto hace décadas, pero no solo no murió sino que recrudece , como buena plaga que es.

Pd: Carol: tu mirada iluminada por el amor es uno de esos instantes que yo quisiera atesorar y grabar en una especie de caleidoscopio particular, que al cerrar mis ojos postreramente iluminen, junto a otros recuerdos, algunos personales y otros artísticos, mi camino hacia el silencio final.

Carol, permiso para amarte cada vez que te recuerde, infinitamente lejana…infinitamente mía.

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