En 2022 se estrenó una película danesa titulada Gæsterne (Speak No Evil), la cual fue dirigida por Christian Tafdrup. Speak No Evil presentaba la historia de una familia danesa que visita a una familia holandesa que conocieron en unas vacaciones junto a otras familias. Lo que se suponía que iba a ser un fin de semana de relajación en familia y con amigos, termina convirtiéndose en el peor escenario posible para la familia danés y todo lo que deberán enfrentar.
Luego de su paso por varios festivales de cine, que terminó causando una división entre los críticos que la alababan y otros que les pareció floja, también hubo un sector del público la cual mostró admiración por la peli y otro sector del público que no lo hizo tanto. Independientemente de eso, la repercusión fue la justa y necesaria para que Hollywood sacara su carta de “remakes” y así confirmar un versión norteamericana de esta película. Titulada igualmente a nivel mundial como Speak No Evil (y No hables con extraños en Latinoamérica), esta nueva versión de la película original se estrenó hace unos días en todo el mundo. Dirigida por James Watkins, ¿está este filme a la altura de su “predecesora”? Vamos a ello.
En Speak No Evil (2024) el argumento es el mismo (por eso se ha catalogado como un remake): una familia americana conformada por Louise y Ben Dalton (Mackenzie Davis y Scoot McNairy respectivamente) junto a su hija Agnes (Alix West Lefler) conoce a otra familia británica conformada por Paddy (James McAvoy), su mujer Ciara (Aisling Franciosi) y su hijo Ant (Dan Hough), durante sus vacaciones en Italia. Ambas familias se hacen amigas durante la estadía en suelo europeo y terminan decidiendo volver a verse una vez que ambas vuelven a la rutina.

En el medio de todo esto, la película nos muestra que Louise y Ben están en crisis, ya que a Ben no le otorgaron un aumento en su empresa y además nos enteramos que Louise le fue infiel a Ben con otro hombre, ya que este le encontró mensajes subidos de tono de su mujer con otro tipo. En un intento por “empezar de cero”, la pareja americana junto con su hija Agnes deciden visitar a Paddy y su familia en una casa que tienen en el campo para así tomarse unos días fuera de la rutina y poder pensar mejor las cosas de cara al futuro.
Hasta ahí todo parece ir bien, pero con el correr de las horas, Paddy y Ciara empiezan a tener comportamientos extraños y pasivo agresivos hacia Louise, Ben, Agnes y su propio hijo Ant. Lo que en principio parecían ser un par de momentos incómodos que Louise y Ben dejaban pasar por alto, la situación comienza a escalar de una forma mucho más violenta y terrorífica, que termina llevando a la pareja americana a buscar la forma de salvarse de esta familia de extraños antes de que sea demasiado tarde.
Desde el principio de Speak No Evil (2024), notamos que hay algo con malo con Paddy. Y es que si a eso le sumamos la magistral actuación de James McAvoy, sabremos que no estamos equivocados. McAvoy logra traspasar la pantalla con su actuación de loco y psicópata (la cual puede recordar un poco a su épico trabajo en Fragmentado), generando una verdadera incomodidad para el espectador en todas las escenas que participa. Y la realidad es que McAvoy cumple tan bien su trabajo que cuando no aparece, la película se apaga poco a poco.

Por el otro lado tenemos a Mackenzie Davis y Scoot McNairy, quienes interpretan al matrimonio americano en crisis, el cual termina siendo bastante aguantón, sobre todo el personaje de McNairy, Ben, con todas las situaciones que se les van apareciendo minuto a minuto con Paddy y compañía. En su momento, con el estreno de la Speak No Evil original, muchos cuestionaban al personaje masculino Bjørn (interpretado por Morten Burian), ya que terminaba siendo demasiado permisivo y con poca autoridad al momento de tomar decisiones para proteger a su familia de los holandeses psicópatas, lo cual causaba que su familia (sobre todo su esposa) sufra evento dentro del filme con mayor ansiedad y preocupación. De hecho, todas esas decisiones que Bjørn no toma terminan pasándole factura al final del filme, ya que tanto él como su esposa terminan siendo asesinados a piedrazos por los holandeses, sumado a que su hija termina con la lengua cortada y siendo adoptada por estos locos para el día de mañana volver a irse de vacaciones y encontrar a futuras víctimas.
En Speak No Evil (2024), el personaje de Ben tiene bastantes similitudes con Bjørn, ya que es igual de “cobarde” y con demasiada pasividad al momento de tomar una decisión para resguardad la salud mental y física de su esposa e hija. En parte, esta floja toma de decisiones permite a Paddy (McAvoy) y Ciara (Franciosi) hacer lo que quieran con ellos, siendo un justificativo suficiente para ver todos los momentos incómodos que hay a lo largo del filme. Por ende, muchos también se han quejado del actuar de Ben y lo “insoportable” que se vuelve con el correr de los minutos. Quiero decirles que los entiendo, pero de eso justamente se trata la historia: el hecho de tener poco valor para enfrentar a lo que tememos y el hecho también de tener miedo y no querer aguantar las consecuencias de nuestra toma de decisiones.
Lo más probable es que la mayoría de personas empaticemos más con Ben que con Louise (Davis), ya que tanto la versión de Tafdrup como la de Watkins se encargan de mostrar como a pesar de los intentos por querer hacer las cosas bien, siempre hay algo que nos termina bloqueando y dejándonos en la misma situación de debilidad frente a los obstáculos que la vida nos pone. En ese sentido, las dos películas lo manejan de forma excelente, ya que todo se basa en eso. Incluso, en la versión de 2024, la actuación de Dan Hough (Ant) es mucho más poderosa de lo que se cree, ya que a pesar de ser tan solo un niño, él está decidido a cambiar el rumbo de las cosas, por más de que eso pueda tener consecuencias graves para él y los demás.

En lo que respecta a mi problema con la película, lo principal tiene que ver con lo poco que se arriesga al momento de querer ir a más. En la película danesa, la situación va escalando poco a poco hasta volverse sumamente turbia y terrorífica, no solo porque la pareja holandesa mata “a su hijo” para que luego Bjørn lo descubra sin vida en el lago, sino porque también conocemos su modus operandi, terminando de una forma fatal con la vida de Bjørn y su esposa Louise, además de arrebatarle a Agnes. Pues bien, en esta versión norteamericana, el desenlace de la historia es más “patriótica” y cliché que otra cosa. Louise y Ben se enteran de lo que Paddy y Ciara están tramando gracias a su hija Agnes, quien es la que se entera de todo por Ant, revelándole que sus padres han sido asesinados por Paddy y que lo mismo les pasará a ellos. Sabido esto, los americanos comienzan a idear un plan para escapar y de paso salvar a Ant. Poco tiempo transcurre hasta que Paddy se da cuenta de esto y decide acelerar el proceso, secuestrándolos a todos y buscando salirse con la suya.
Como en toda película estadounidense de terror/suspenso actual, los protagonistas (los buenos) terminan escapando de los psicópatas y comienzan a enfrentarlos para que no le hagan nunca más daño a más gente. A este punto de la película, Speak No Evil (2024) termina convirtiéndose más en un juego del gato y el ratón que preocuparse por darle un final igual o mayormente enfermizo en comparación a la cinta original. Los buenos ganan y finalmente escapan, cerrando con un plano de Ant con lágrimas en los ojos, sintiendo una pequeña luz de esperanza después de tanta oscuridad vivida.
En líneas generales, Speak No Evil (2024) no lo hace mal durante la mayor parte del tiempo, ya que la forma en la que se van narrando los hechos está muy bien estructurada y además las actuaciones logran ser más que decentes, todas ellas potenciadas gracias a McAvoy. En la mayoría de metraje hay una continuidad de misterio y suspenso latente bien logrado por parte del director (que también escribió el guion), pero su final apresurado y poco original termina ocasionando que se le reste impacto a la historia que se venía construyendo desde el inicio.
|| Por Federico Martin Vargas
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.