MIDSOMMAR: como fuimos manipulados por Ari Aster

Midsommar es una película de terror del 2019, escrita y dirigida por Ari Áster. En ella seguimos a la protagonista, Dani (Florence Pugh), que luego de perder a su familia, decide acompañar a su novio Christian (Jack Reynor), y su grupo de amigos antropólogos de viaje a un aislado pueblo sueco, con el propósito de celebrar un festival de verano.

El final de Midsommar ha generado desde su estreno muchas conversaciones, pero el consenso es que se trata de un desenlace feliz, donde nuestra protagonista por fin encuentra una familia y una comunidad a la que pertenecer. Si bien esta es una valida interpretación, el verdadero horror de la película se esconde en como llegamos a este pensamiento. Lo que parece una película sobre el duelo, las relaciones toxicas y el empoderamiento, es en realidad una fiel demostración de lo vulnerable que se puede ser al adoctrinamiento de un culto en la vida real. Y no solo hablo de Dani, que cae bajo la manipulación de los Harga, el culto pagano que se plasma en la película, sino de la audiencia. Intencionalmente a través de la cinematografía y el guion, y de forma espejada a las técnicas de manipulación de un culto, la audiencia es empujada a creer en al final Dani encontró felicidad.

El inicio del Grooming: el terror de día

En la vida real, un culto nunca se presentara como tal. Al reclutar intentará pasar las defensas de una persona usando una imagen amigable que transmita seguridad. De la misma manera el uso de la luz y el color en Midsommar, es efectivo en bajar las defensas de la audiencia.

Aunque en los primeros momentos, mientras nos introducimos en la vida de Dani, los colores y los escenarios si son lo que esperaríamos de una película de terror (espacios poco iluminados y tonos oscuros), simplemente tienen como fin encapsular la situación de duelo de Dani y la relación toxica en la que está.

Esto rápidamente cambia cuando el grupo llega a Suecia. Ahora abundan los colores brillantes y los paisajes abiertos; y es desde este momento, que nos ocurre lo contrario que en otras películas del género: ya no estamos alertas porque vemos con claridad, e inconscientemente no nos sentimos en peligro

Además de hacernos sentir falsamente seguros, este contraste nos da un claro mensaje visual respecto a lo que tenemos que sentir sobre la transformación de Dani: su vida en la ciudad es aislante, oscura y sofocante, mientras que la vida en la comuna es cálida, reconfortante y feliz.

Al igual que Dani, somos atrapados por la forma en la que se presentan los Harga.

La insensibilizacion a la violencia

Las muertes en Midsommar son de esperar,pues no deja de ser una película de terror. Pero estas nos guían hacia insensibilizar de la violencia de forma similar a como se daría en un culto.

La primera muerte que vemos en la película es tanto un shock para los personajes, como para la audiencia. Pronto se explica que esta se debe a una práctica de los Harga, conocida como attestupa, en la que aquellos miembros de la comunidad que sobrepasan los setenta y dos años y no tienen más que aportar a la comuna, cometen suicidio saltando desde un precipicio.

Pasado el shock inicial, el grupo de visitantes decide tomar lo ocurrido dentro de su contexto cultural, Christian incluso decide escribir su tesis sobre esto. Como se explica, no podemos juzgar a los Harga ya que estos tienen su conjunto de creencias.

Las siguientes muertes se amparan bajo un idea similar: Mark profana un árbol sagrado y Josh toma fotos sin permiso de los pergaminos del oráculo. Como son los visitantes los primeros en cometer un agravio, se presentan como justificadas o merecidas incluso sabiendo que las muertes siempre estuvieron planeadas como parte de los nueve sacrificios para el festival.

Pero la demostración máxima de insensibilización es sin duda, la muerte de Christian. A lo largo de la historia se construye al novio de Dani como una persona que está lejos de ser perfecto, totalmente incapaz de darle a ella el apoyo que necesita. Por la forma en que se lo presenta, cuando Dani decide que sea sacrificado después de saber que este le fue infiel, en lugar de sentir horror, la muerte de Christian, se siente como una catarsis, no solo para Dani, sino para los espectadores.

De la misma forma que un culto en la vida real manipula a sus miembros para aceptar violencia, y hasta a veces la muerte, la película nos induce a aceptar que Christian debe morir por que lo merece y además porque es necesario para la liberación para Dani.

Dani: la reclutadora simbólica y el “Girl Power”

El personaje de Dani es uno con el que es sencillo empatizar: está completamente sola después de perder a su familia en un suicidio-asesinato y su novio la traiciona. Como es nuestra protagonista, mientras seguimos su historia, queremos que ella encuentre felicidad y un sistema de apoyo que la ayude a lidiar con el duelo que la atraviesa. Por momentos incluso podemos sentirnos representados por ella si experimentamos algo similar en nuestras vidas.

Es por eso que ignoramos ciertas técnicas de manipulación como el “Love bombing” que recibe de parte de Pelle, y de otros miembros de la comunidad. El “Love bombing” ocurre cuando una víctima recibe un exceso de atención afectiva, por ejemplo, cuando el grupo de mujeres imita los llantos de Dani después de que descubre la infidelidad de Christian, dejándole saber que ya no debe cargar con sus emociones en soledad. Esta manipulación funciona en la protagonista, y también en nosotros, que sabemos que es lo que Dani más desea.

Sin embargo, lejos de reiterar como Dani fue captada en la película, quiero hablar de porque creo que la protagonista es para la audiencia lo que Pelle fue para ella.

Midsommar nos dice poco sobre Pelle pero sabemos que es sin duda el iniciador de todo lo que ocurre en la película. Sabemos que es parte de la comuna y que como otros miembros, viajo fuera de ella para buscar un grupo de personas como potenciales sacrificios.

Su rol es el de reclutador, principalmente con Dani.Es él el que finalmente le vende a Dani que los Harga pueden darle lo que necesita, ya que al igual que ella, el también perdió a su familia y encontró apoyo en la comuna. En concreto, Pelle utiliza la empatia y el sentido de pertenencia para atrapar a Dani.

Dani es una reclutadora simbólica para nosotros, porque de igual manera busca que empaticemos y que veamos a los Hargas como la respuesta a los aspectos negativos de la sociedad actual, como la soledad o el individualismo. La vida en el culto, aunque con su oscuridad, puede darnos la liberación, el poder y el sentido de pertenencia que todos deseamos, como lo hizo con Dani.

La película presenta intencionalmente su historia como una que inicia con ella sin poder ni agencia propia, y que termina con ella empoderada, liberándose de una relación toxica, y “eligiendo” una comunidad que si la quiere.

En la cultura general incluso se la vea mucha veces como un personaje encuadrado en el “Girl Power”.

En los últimos años hemos visto surgir este tipo de películas, con protagonistas mujeres que se alzan por mérito propio en contra de fuerzas externas mostrando su poder e independencia. ¿Pero es realmente Dani un símbolo “Girl Power”? Creo que la respuesta está en que aunque la película nos dice que la protagonista eligió por si misma el final, la realidad es que su agencia propia desde el inicio de la captación ya no existe.

Al final, Dani no se libera de una relación toxica, sino que empieza a ser parte de otra, por lo que el final feliz es una mera ilusión. Incluso la muerte de Christian, que es visto como liberación, es el último método de los Harga para aislarla completamente, y asegurarse una co-dependencia total.

Al final de Midsommar, al ver a Dani a sonreír, si sentimos que es un final feliz entonces efectivamente fuimos manipulados de la misma manera que alguien podría serlo bajo técnicas similares en la vida real.

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