The Wicker Man, recordando un clásico del Folk-Horror.

Muchos tenemos al menos alguna película de terror en nuestra lista de películas favoritas, y la razón es muy sencilla, esas obras dejaron alguna marca en nosotros. Tanto puede ser por sentido nostálgico, como también lo puede ser como fuente de inspiración (para realizadores de contenido o amantes del séptimo arte). Pero objetivamente las más trascendentales propuestas del cine de terror son las que trastocan un aspecto psicológico del protagonista (o contienen una carga filosófica/social implícita), explorando conceptos subtextualmente. En estos casos, los filmes pueden representar la atmósfera lúgubre de la historia, a la vez que construyen su contenido semántico en base a la misma. Como ejemplos sería interesante mencionar grandes clásicos del género cómo “The Innocents” de 1961 (que juega con la ambigua atracción que puede llegar a sentir la protagonista por un niño), “Eyes Without a Face” de 1960 (con una sumisa hija como personaje principal, que deberá enfrentarse a la realidad, por más dura que sea, para alcanzar la libertad), o “Repulsión” de 1965 (en donde una joven libera expontáneos brotes de violencia, debido a una fobia basada en interactuar individuos del género opuesto, fobia originada por traumas de la infancia". Lo que estas entregas del género tienen en común, es el peso psicológico de los personajes principales en la historia, siendo los dos factores instrínsicamente relacionados para la construcción del relato.

La obra no debe ser necesariamente de terror psicológico. Ha habido cintas del género que se han orientado hacia el gore, pero con un trasfondo social de por medio, como es el caso de la más reciente “The Sustance” del 2024 (body horror que satiriza los ridículos estándares de belleza en los medios hegemónicos, explorando el impacto de los mismos en la protagonista). Pero para ahondar en la relación semántica del relato con su idea temática, voy a tomar como ejemplo otro clásico del género: “The Wicher Man” de 1973.

Para empezar ya su título es considerado un importante símbolo, “el hombre de mimbre" se origina de un tótem que sirvió de inspiración. De una ilustración de Aylett Simmers de 1676, basado en la Galicia de antaño y sus sacrificios célticos. Esto deja en evidencia la temática y el trasfondo de la cinta los cultos.

En esta película seguimos al sargento Howie, un rígido cristiano que es víctima de las excesivas burlas de sus compañeros por sus tan estrictos principios e ideas del mundo que lo rodea. Estos principios conflictuaran con las costumbres y creencias de Summerisle, localidad de Escocia, a la que el policía deberá ingresar para buscar una joven desaparecida. L a aparición del oficial en el lugar con la vulgar y ofensiva canción que comienzan a exhibir los locales clarifican los valores que conflictuaran en el film. La idealización social del protagonista será atacada de manera ascendente por los isleños. Ya que se encuentra frente a un sistema matriarcal en donde las voces y gestiones de mayor jerarquía son efectuadas por mujeres, lo que conflictúa al protagonista.

La cinta obra desde la incomodidad, presentando situaciones con complejos choques de creencias, dejando en claro el tratamiento que plantea el relato. La tesis de la propuesta expone como los condicionamientos sociales son prisiones sin salida. Como la educación y los valores infundidos no son los necesariamente correctos, sino factores determinantes que limitan a un individuo. Esto se materializa en un duelo religioso que es fruto de diferentes tipos de adoctrinamientos, en donde a ambas fuerzas les resulta imposible respetar las creencias ajenas.

La cinta presenta a un protagonista totalmente arraigado a sus valores, que debe luchar contra sus impulsos naturales, representados en la joven que vive en la habitación de al lado. Howie, se verá condenado a una búsqueda que lo llevará a un tormentoso destino. El final es un catártico clímax que culmina con la tensa atmosfera creada a lo largo del relato, mostrando a un protagonista siendo devorado por las llamas de aquellos que consideraba "herejes".

Sin lugar a dudas este film sigue siendo un referente del género, y sobre todo del sub género “Folk-horror”, el cual es un exponente de los horrores impuestos por el aislamiento de la civilización, el paganismo y figuras de culto. Cabe mencionar que es una pieza audiovisual basada en un libro llamado “Ritual” de David Pinner, pero el guionista Anthony Schaffer se tomó muchas libertades creativas, las cuales fueron exaltadas por su di Robin Hardy.