La brutalidad toma forma en uno de los thrillers más desesperantes y gráficos de la historia del cine. Desde Corea del sur llegaba hace algunos años una historia desgarradora sobre la venganza que es imposible que no impacte al espectador con sus momentos de alta tensión y violencia.
Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son chicas jóvenes y la policía lleva tiempo intentando capturarlo. Un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado y el novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse. Esto llevará a que la linea entre el bien y el mal comience a desaparecer y nos lleve a lugares inimaginables. El país oriental ya acostumbra al ser el mejor que retrata el sentimiento de venganza con todas sus facetas y su lado más terrible, ese camino que si o si va a cambiar al protagonista en un proceso donde el placer de la justicia chocará contra los valores.
Pero no solo se queda en esto sino que brinda un retrato horroroso y triste de la sociedad actual, donde los monstruos se esconden en cada esquina y son capaz de las peores perversiones que la mente pueda imaginar. La belleza del mundo se ve engullida por depredadores humanos que son capaces de arrastrar a todos hacia los peores infiernos. ¿Locura? ¿Adicción de hacer sufrir? ¿Resultados de una sociedad enferma? Quién sabe, pero cuántas veces escuchamos casos que nos helaron la sangre y no nos entró en la cabeza como es posible llegar a ese nivel de brutalidad.

Lo shockeante viene de la mano del actor Choi Min Sik (actor que ya nos había volado la cabeza con Oldboy) y su interpretación del asesino serial. No solo aterran sus acciones sino como su mirada y facciones espesa el ambiente y resulta asqueante para el espectador. Elevado mediante su contraparte, el vengador interpretado por Lee Byung Hun. Si el trabajo de construcción del asesino es impresionante y logra generar mucho rechazo, el del protagonista es mucho más complejo e impresionante.
Primero que logramos conectar con la cruzada que emprende mediante todo el dolor y desolación de su perdida. Para luego poner nuestros valores y ética sobre la balanza al ver a que es capaz de llegar para lograr su cometido. Esa construcción y evolución es lo más desgarrador y te lleva a un mar de sufrimiento al ver como la luz y bondad se va borrando de sus facciones.

Es cuestión de poner la figura protagónica en su inicio enfrentada a su versión final, las diferencias son desesperantes, la venganza ha corroido su humanidad y se acercó, o hasta se mimetizó, a lo que juraba destruir. El juego enfermo que emprende con el asesino resulta transformador, alargando ese infierno externo e interno con el fin de transmitirle todo el dolor que ejerció por duplicado.
La narrativa se encarga de que empaticemos y nos genere ternura del minuto uno, ese hombre que en pleno trabajo importante se da el tiempo para encerrarse en un baño a cantarle a su pareja y demostrarle su amor y ternura. Ahora quitémosle su motivo para vivir y sonreir, y de la manera más cruel y horrible que se imaginen. el puntapié inicial tiene suficiente poder transformador para que al ver cada cambio suframos y a la vez queramos detenerlo y darle un gran abrazo, decirle que todo estará bien. Esos sentimientos en el espectador hace que conectemos a alto nivel y que la historia nos atraviese entre desesperación y lágrimas.
Lo que nos queda es una pregunta. ¿La venganza es lo que buscamos y traerá paz a tanto dolor y pérdida? O solo serán clavos del ataúd que representa la pérdida del ser amado, alargar el dolor en busca de un alivio y una falsa justicia que es imposible alcanzar.

Para finalizar, quiero resaltar el trabajo artístico que resulta espectacular, logra una ambientación que se hace pesada y de terror. Muy bien grabada e ingeniosa a la hora de plasmar planos de impacto y con una fotografía espectacular. Todo esto aumentado con un gran soundtrack que da lugar a que el excelente reparto haga todo perfecto.
No hace falta aclarar que puede resultar demasiado para cierto público debido a sus imágenes fuertes y los que nos narra, así que ver bajo su propio riesgo. Otra obra de arte traída desde el otro lado del planeta que no se pueden perder.
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