Kill Bill: La Venganza es un Plato que se Sirve Frío

Spoilers

Aún recuerdo cuando era una niña muy pequeña y, mientras cambiaba la tele junto con mi mamá, nos encontramos con una escena simple, pero que no ha abandonado mi mente desde aquel día. “Muévete, dedo gordo”, decía una chica rubia sentada sobre los asientos traseros de un vehículo. Acto seguido, la narración adquiría dinamismo con una animación para nada apta para niños, pero que logró capturar mi atención a una historia que no terminaba de comprender del todo, pero que contenía una dosis adictiva que me hizo mantener el canal sintonizado. Y es así como conocí una de mis películas favoritas: Kill Bill.

Esta es una película de Quentin Tarantino, dividida en dos volúmenes, pero cabe aclarar que sigue siendo una sola. Esta sigue la historia de Beatrix Kiddo, mejor conocida como “La Novia”, quien es una ex miembro de un grupo de mercenarios y se encuentra en busca de vengarse de su antiguo mentor y amante, Bill, junto al resto de integrantes de su equipo, luego de que la traicionaran y casi asesinaran en el ensayo de su boda. Después de cuatro años, ella despierta de un coma luego de que Bill le disparase en la cabeza. A partir de este instante, Beatrix emprende un sangriento viaje para eliminar a cada uno de sus atacantes, empezando por el trabajador del hospital que se aprovechaba del estado indefenso de las mujeres en coma. Durante esta travesía que procede a emprender, la novia se enfrenta a duelos brutales y pruebas letales que van forjando su camino de venganza, en medio de una historia que explora traición, redención y sed de justicia en un estilo característico de Quentin Tarantino.

Con la simple presentación de esta historia es más que suficiente para saber que la venganza es la verdadera protagonista de esta cinta. Sin embargo, creo que de hecho funge más bien como una especie de excusa para poder efectuar lo que a casi todos los personajes de esta historia disfrutan, es decir, matar. Y con esto, incluyo también a Beatrix Kiddo, puesto que ella misma era una mercenaria, que nunca se habría retirado de su antigua vida con la esperanza de empezar una nueva en Texas, si no se hubiera enterado de su embarazo. Pero esto es algo que Bill desconoce en un inicio, y, de manera natural, lo hace sentirse confundido respecto a las decisiones de huida repentina y sin explicación alguna de su amante. Finalmente, luego de meses de duelo por su partida, decide empezar a buscarla, hasta que se encuentra con la sorpresa de que se va a casar con un hombre común y corriente que trabaja vendiendo discos. Esto, claramente, lo hace “reaccionar demasiado”, según sus propias palabras, por lo que toma acción, junto con su equipo de mercenarios, para acabar con la vida de todos los asistentes al ensayo de la boda de Beatrix, siendo esta la única sobreviviente.

Por el lado de la novia, lo primero que nota al despertar es la ausencia de su panza de embarazo, siendo esto sinónimo de su mayor pérdida aquella trágica tarde en Texas. Al saber que lo ha perdido todo, ya no tiene nada más en riesgo, así que decide ir a matar a todos los partícipes del crimen, culminando con Bill. Es de esta forma como empieza a buscarlos y acabar uno por uno con ellos. Siendo que para cada integrante, hay una presentación especial de su historia y los lazos que se tienen en común por el pasado y relaciones interpersonales. Es aquí en donde pienso que la venganza es más bien una excusa para ejecutar el placer de matar, puesto que realmente le fue arrebatado lo que más amaba y que era motivo para empezar una nueva vida, es decir, su hija. Nada de lo que hiciera le daría algo de reconforte, a diferencia de otros tipos de venganza en otros tipos de circunstancias. Además, matar a cualquiera de estas personas era un acto que dejaba de por medio muchos cabos sueltos, puesto que no se libraba de la posibilidad de que, en el futuro, alguien más llegara a buscarla para vengar la muerte de alguno de ellos. Por esto mismo, la decisión que tomó de vengarse venía acompañada del total desapego a lo material y el mero disfrute de la destrucción de quienes una vez la destruyeron.

Sin embargo, todo este plan se ve repentinamente cambiado, cuando llega finalmente con Bill y se encuentra con la sorpresa de que él ha estado criando a su hija durante estos años. Durante las siguiente secuencias se nos vende un poco la nostalgia, tanto a Beatrix como a la audiencia, de lo que pudo haber sido y no fue, así como lo que ya no hay cabida a intentar que sea. Es decir, formar ellos tres una familia. Ante esto, Bill reflexiona e intenta explicarle a la niña la importancia de las acciones y decisiones que uno toma, y cómo estas pueden tener una repercusión permanente no sólo en nosotros, sino también en el daño que provocamos a otros. Acto seguido, Beatrix y su hija tienen un momento a solas viendo un video antes de que la niña se disponga a dormir, para pasar a una escena a solas con Bill.

Es aquí cuando los ex-amantes tienen su momento de redención mutua, así como con ellos mismos. A estas alturas, nuestra protagonista ya no se ve con un deseo tan instintivo y lleno de ira detrás de su venganza, más bien podemos ver en sus ojos la misma mirada que le dedicó a Bill cuando este la sorprendió en el ensayo de su boda. Ella le sigue guardando un profundo cariño, puesto que no fue la falta de este lo que los separó. Este es el momento cúspide de su redención, pues su vida ha vuelto a encontrar sentido al reencontrarse con su hija. Ya no desea matar a Bill por pensar que le arrebató a la niña, sino que, aún con el dolor de su corazón, lo reconoce como un elemento que debe ser eliminado de su ecuación, para que ella pueda proponerse, ahora sí realmente, empezar una nueva vida.

Y es de esta forma como, contrario a lo que se nos hizo pensar durante toda la película, la muerte de Bill no está llena de sangre ni violencia visceral. Beatrix, tomándolo desprevenido, usa la técnica del corazón explosivo de cinco puntas en su contra. Y Bill, quien se percata rápidamente de lo que acaba de pasar, se despide con dignidad, reconociendo que ella siempre fue su persona favorita.

Ahora bien, con respecto al final, me deja una sensación sumamente agridulce y más llena de cabos sueltos que si realmente fuera un desenlace total. Una escena muy simbólica de esto, es cuando Beatrix se encierra en el baño para llorar sin que su hija la vea, mientras da las gracias de manera repetitiva. Luego de este momento, sale y se une con la pequeña a ver la televisión a su lado. Por más que Beatrix empezara una nueva vida desde cero con su hija, no hay evidencia tangible de que esto pueda ser un plan exitoso. Cabe recordar que, así como Bill lo explicó en su momento, toda acción tiene una repercusión sobre nosotros y sobre el daño que hacemos a los demás, incluso algunas de estas cruzan un umbral sin retorno. De esta misma manera, Beatrix, pensando erróneamente que no tenía nada que perder, cobró la vida de muchas personas que se desenvolvían en ambientes peligrosos, dejándola con la incertidumbre de cuándo llegará el momento en que ahora sea alguien más el que vaya a vengarse de ella.

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