Candyman (1992) Recordando a Tony Todd

Escrito por Cristian L. Pires

Lunes 18 de noviembre de 2024

Helen Lyle una estudiante graduada investiga para un trabajo en leyendas Urbanas, con ese fin esta detrás de la historia de Candyman, un espectro asesino que aparece cuando se dice su nombre cinco veces en frente de un espejo. Dirigida por Bernard Rose Candyman se estrenó el 16 de octubre de 1992 en Estados Unidos para volverse un éxito de crítica y taquilla, su foco particular en algunos conflictos sociales le dio a este filme de terror su característica distintiva dentro del género.

Candyman es una película muy interesante, interesante por su capacidad de hablarle a la audiencia en varios tonos y niveles, debo admitir que, por su nombre medio ridículo a primera vista, no le había dado a este filme, el interés que merecía por muchísimo tiempo, sin embargo, esta propuesta demostró ser de todo menos un paseo de terror vacío, convencional o estereotipado (al menos en gran parte).

Tony Todd como Candyman

¿Pero qué es exactamente lo que hace distinta a esta película de terror de los noventas? Por empezar esta es una adaptación de una historia corta en el libro de Clive Barker, Libros de Sangre, la historia en cuestión se llama “Los prohibidos” y a grandes rasgos la película sigue esto en una adaptación bastante fiel. Independiente del género, las películas que están basadas en un libro suelen tener ciertas características que bien implementadas facilitan una historia más compleja de analizar, se puede decir que en la base hay muchas cosas de las cuales agarrarse para contar un relato que indefectiblemente tiene más sustento. Si a esto le agregamos una comparativa directa con los filmes de un género que estaba un poco de decadencia en los noventa, la inventiva de Candyman resulta algo bastante refrescante, la estética de Clive Barker se transporta bien a la gran pantalla, el terror y la tensión que se mantienen lo más que puede, con un sustento argumentativo y no solo basado en el gore o la violencia grafica.

Realmente con todo esto en la mesa incluso podemos decir que lo que se ve en esta película va un poco en contra de los pilares del terror convencional, siendo este el género más formulaico.

Algunas reglas, aceptadas a través de los años pueden llegar a dictaminar que tan efectiva puede ser o no una propuesta de terror y como quien no quiere la cosa Candyman las obvia todas, con la gracia y el estilo de pocas. Para empezar con quizás la más evidente de todas… en Candyman no hay demasiadas muertes, solo hay 3 víctimas y si se analiza aún más el asunto, el espectador solo ve a una persona morir en las manos de Candyman, por lo que un gran número de muertes no es lo que van a encontr

ar en esta cinta, pero irónicamente quizás en parte por esto, la tensión se mantiene efectiva mucho más tiempo. En consonancia con todo esto el asesino que le da nombre a la cinta tampoco aparece hasta pasados los 40 minutos de filme, sin embargo, esto no afecta la experiencia porque si bien se le podría llamar a esta película un “slasher” su construcción establece algo más complejo y más interesante que está dirigido por lo gran protagonista que es… Helen Lyle interpretada por Virginia Madsen.

Virginia Madsen como Helen Lyle

Con nominaciones al Oscar y muchos premios en su haber Madsen es la gran protagonista de esta cinta, su actuación mantiene unido el ritmo de esta película y hace posible que la amenaza de Candyman se sienta presente, ella se pone al hombre más de la mitad de la película mientras quizás cae un poco en el estereotipo que acecha esta película, la mujer blanca buena en una sociedad con gente de color.

De hecho preguntarse estos temas tan controversiales son en parte la magia detrás de Candyman, es algo distinto no tan presente en otros filmes de terror, donde hay clichés y cosas por el estilo, pero están para jugar superficialmente o en forma paródica, Candyman ofrece toda esta leyenda urbana con un barrio que existe en la realidad, como el epicentro de eventos nefastos, con toda una especie de chamanismo en medio donde la mística se va develando de a poco y la gente involucrada se muestra como muy creyente de este mito, algo que en si es otro cliché donde la gente de color está asociada a la magia negra, el vudú y ese tipo de cosas.

Volviendo a las actuaciones, este filme juega bastante con la psicología de la protagonista, con que es real y que no, por lo que la buena actuación de Madsen es la sustancia que mantiene a flote la película, mientras su personaje de encuentra en situaciones muy particulares… es un personaje con un desarrollo pesado pero muy interesante, que es llevado al límite y tiene algo que la diferencia de las otras final girls o mujeres protagonista de películas de terror. La escena en la que tienen que revisarla y le piden que se desnude mientras ella esta empapada en sangre, es una de las grandes escenas del filme, no porque este pasando algo muy importante, simplemente el llanto de Helen mesclado con su cara de confusión y repulsión por lo que le pasa es muy fuerte de ver.

En la otra cara de la moneda está el artista que fue asesinado por tener una relación prohibida, el espectro Candyman interpretado por el imponente Tony Todd, este personaje tarda en aparecer pero cuando lo hace se nutre de la presencia de su interprete y su poderosa voz, Todd un veterano de producciones de terror que venía de filmar con Tom Savini la remake de Night of the living dead presta sus talentos para interpretar a un personaje trágico pero siniestro a la vez, no es Michael Myers pero tampoco Freddy Krueger, tiene una raíz más particular y sus intenciones vas mas allá de solo matar, parece estar dispuesto a hacer lo que hace solo para mantener su mito, de hecho cuando tiene su encuentro con Helen Lyle, este le confiesa que apareció por que ella dudo de él, de su leyenda. Hay un tono muy poético a su raíz siniestra que indefectiblemente le da, una personalidad muy atractiva, el gancho las abejas… todo este armado con la banda sonora retiene ese atractivo literario de Clive Barker, lo que es definitivamente un punto a favor.

Hablando de la música, en esta ocasión tenemos esa banda sonora que hace historia, importantes para crear una atmosfera en el terror, las bandas sonoras en estas películas si son buenas, se convierten en himnos y Candyman tiene un gran himno producido por Philip Glass, un piano que resalta el thriller detrás de la propuesta y que acompaña los sombríos rincones de Cabrini-Green.

Llegando al final de este análisis, Candyman tiene mucho que ofrecer, pero lo hace en un formato simple y efectivo donde hay un poco de todo, violencia, gore, suspenso y un terror sobrenatural pero que mantiene lo suficiente los pies sobre la tierra, a los fanáticos del terror que por alguna razón se saltearon este clásico de los noventas, les pido por favor vean este gran clásico de culto, es una experiencia que recomiendo 100%

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