About Time: cuestión de vida

Cuando en el cine se viaja en el tiempo siempre parece existir la tensión de que en algún momento el viaje saldrá mal; la máquina que se queda sin energía, el pasado que cambia inexorablemente, el reloj que se agota. En About Time la mayor consecuencia es la que nos afecta a todos, viajeros al pasado o no; el transcurrir de la vida. Es la noticia que llega cuando uno menos se la espera.

Tim, interpretado tímida y carismáticamente por Domhall Gleeson, está ayudando a su esposa Mary, Rachel McAdams en su último y atesorable papel en una comedia romántica, a escoger un vestido para salir. La escena es dinámica y está llena de pequeños momentos chistosos y honestos entre la pareja. Pero también es una escena que dilata el tiempo; un bolsillito donde guardar un recuerdo, antes de que la vida tome su ritmo inevitable. Al final de la escena nos enteramos de que Tim dejó la puerta del estudio abierta y el manuscrito que Mary debe llevar a su cena con la editorial ha sido destruido con crayones y tijeras por sus dos hijos. Él sabe que con solo salir y encerrarse en un cuarto oscuro puede volver al pasado y esta vez cerrar la puerta del estudio, pero Mary no lo deja salir hasta que ambos piensen en una solución. Entonces suena el teléfono, y el manuscrito y la puerta del estudio quedan olvidados. Las noticias llegan; el papá de Tim está muriendo.

Parece extraño que en una película sobre viajes en el tiempo la muerte pueda llegar tan súbita como en el día a día de nuestras vidas, pero ahí es donde About Time se separa del resto historias de este tipo. En esta película viajar en el tiempo no es cuestión de vida o muerte, porque la vida y la muerte igual siguen su curso; el viaje incluso es secundario a vivir la vida y notar las pequeñas cosas que la hacen dulce y hermosa. Es cuestión de darse la oportunidad de notar la vida. Ahí reside la razón por la que año tras año vuelvo a esta película.

Al principio, cuando el padre de Tim le cuenta el secreto de que él y el resto de los hombres de su familia pueden viajar al pasado, él decide usar está habilidad para poder conseguir, por fin, una novia. Ahí entra Charlotte a la película, Margot Robbie en uno de sus primeros papeles. Al final de esta secuencia tanto Tim, como nosotros, entendemos que, “ni todos los viajes en el tiempo pueden lograr que alguien te ame”. Más adelante, cuando Tim conoce a Mary, la conexión es inmediata, lo cual se refleja cinematográficamente en la preciosa iluminación que llena la pantalla cuando ella aparece por primera vez en escena. Son momentos como este que dan a la película ese hermoso toque de mundanidad. Todos hemos sido Tim viendo por primera vez a quien queremos creer, con todo nuestro corazón, que será el amor de la vida. Y en ese momento la pantalla de la realidad también se ilumina por un instante.

About time no parece estar muy interesada en seguir la trama de cualquier otra comedia romántica. Por ello, ese “terminarán juntos, ¿o no?”, que suele estructurar el género, queda claro cuando termina el primer acto; con campanas de boda, lluvia y una balada italiana. De ahí en adelante la película nos muestra escenas simples, bellas, como fotos de álbumes familiares desempolvados, en que tenemos el placer de estar con los personajes y verlos ser. Como dice Mary después de su boda, “Y así comienza, muchos y muchos tipos de días”. El nacimiento del primer hijo, el primer cumpleaños, jugar ping-pong con papá, los comentarios confusos del Tío Desmond. “De repente viajar en el tiempo parece casi innecesario, porque cada detalle de la vida es tan agradable”. Y ese es el sentimiento primordial que uno siente al ver esta película. Es tan agradable sentarse en un sofá, poner About Time, y pasar unas horas con gente querida que solo está tratando de vivir cada día. Nosotros terminamos también viajando en el tiempo; al pasado de los recuerdos que la película evoca (en mi caso, siempre recuerdo cuando mi papá me enseñó a jugar ping pong unas vacaciones y los consejos que me ha dado toda la vida), y también al futuro, hacia aquellos recuerdos que uno espera poder hacer.

Pero en toda vida hay recuerdos y días que no queremos revivir. El padre de Tim es uno de los personajes más adorados, en una película en que cada personaje tiene algo que lo hace hermoso. Interpretado a la perfección por un siempre carismático, y además tierno, Bill Nighy, quien encapsula en sus diálogos y en su relación con Tim un amor paternal de comentarios graciosos y un poco burlones que esconden detrás todo el cariño del mundo. Un padre que sabe cuándo aconsejar a su hijo y cuándo dejarlo cometer sus errores. Que nunca deja pasar la oportunidad de demostrarle a su hijo que lo ama; como en el discurso que hace en la boda de Tim y Mary “Sólo le daría un consejo a alguien que se va a casar. Al fin y al cabo, todos nos parecemos. Todos envejecemos y contamos demasiadas veces los mismos cuentos. Pero, trata de casarte con alguien amable. Y este es un hombre amable, con un buen corazón”. Por eso, cuando de la nada llega la noticia por teléfono, en mitad del caos, de que el padre de Tim va a morir, la película cambia de tono y con cariño nos guía por el proceso del duelo. Nos enseña a decirle adiós a los que hemos querido toda la vida, porque nos recuerda que siempre los podemos visitar en nuestros recuerdos; cuando nos llevaban de la mano y nos alzaban en sus hombros.

Antes de morir, el padre de Tim le da un consejo a su hijo. Su fórmula secreta para la felicidad. “La parte uno de su plan de dos partes era vivir la vida de manera ordinaria, día a día como todos los demás, pero después venía la segunda parte de su plan. Me dijo que volviera a vivir cada día, casi de la misma forma. La primera vez, con las tensiones y preocupaciones que impiden que veamos lo dulce que el mundo puede ser, pero la segunda vez, notando lo dulce”. Nosotros no podemos viajar en el tiempo, pero sí podemos seguir ese consejo. Vivir cada día notando lo dulce de la vida. Y, cuando el día es difícil, de aquellos que nunca nos gustaría revivir, siempre estará ahí About Time para recordarnos que la vida está compuesta de muchos y muchos tipos de días y que “lo mejor que podemos hacer es dar lo mejor de nosotros para disfrutar de este viaje extraordinario”.