Los spin-offs no suelen recibir mucha devoción. Por lo general, son derivaciones más débiles de una gran franquicia, un poco como los primos menos ambiciosos de las secuelas. Pero, de vez en cuando, llega uno que demuestra que se puede destacar por sí mismo, como es el caso de Gato con botas: el último deseo (2022), que incluso supera al original.
Once años después de su primera aventura en solitario, el felino adorado por todos está de vuelta, ¿y sabes qué? Está mejor que nunca. Gato (interpretado a la perfección por Antonio Banderas) continúa en el papel del encantador y valiente espadachín que conocemos y amamos, pero esta vez se enfrenta a algo que no puede burlar ni esquivar: su propia mortalidad. Después de haber agotado ocho de sus nueve vidas, el gato se ve obligado a replantearse la forma en que vive, dando pie a un viaje conmovedor que resulta ser muy profundo para una película animada.
La historia comienza con el gato en su máximo esplendor, que lucha contra gigantes, canta sus propias glorias y disfruta del brillo de su leyenda. Pero cuando le queda solo una vida, se da cuenta de que quizá no es tan invencible como pensaba. Entra en escena la búsqueda del mítico último deseo, una estrella que puede darle una segunda oportunidad. En el camino, se une a Kitty patitas suaves (interpretada con ingenio y picardía por Salma Hayek ) y Perrito, un perro callejero optimista y con alma de terapeuta. Lo que podría haber sido una típica trama de "un grupo disparejo en una misión" se convierte en algo mucho más personal.
Esta película se destaca por la cantidad de sentimiento y emoción que aporta a su historia de capa y espada. Los temas, como aprender a abrirse a los demás, enfrentar los miedos y encontrar alegría en las pequeñas cosas, son simples pero impactantes. Es un mensaje sobre vivir tu mejor vida, no solo sobrevivir, y se entrega con tanto encanto que es imposible no dejarse llevar.
Visualmente, Gato con botas: el último deseo es impresionante. Los animadores apostaron por un estilo artístico que evoca un libro de cuentos, dando a cada fotograma un aspecto único y hecho a mano. Las escenas de acción son una explosión de colores audaces y movimientos fluidos que se sienten frescos y emocionantes. Es evidente que el equipo detrás de Gato con botas: el último deseo quiso superar los límites de lo que una película del universo de Shrek podía ser, por lo que el esfuerzo vale totalmente la pena.
Dicho esto, el ritmo sufre un pequeño tropiezo en la mitad. La historia adopta un aire más predecible de "caza del tesoro", con subtramas superpuestas y un elenco de personajes peculiares que podrían recordar a algo salido de una película de Guy Ritchie. Sin embargo, incluso cuando la trama se ralentiza, el humor y los momentos emocionales mantienen el interés.
Con respecto al humor, el elenco de voces se destaca. Antonio Banderas nunca estuvo mejor como el Gato. Representa al héroe audaz y con estilo que amamos, pero con una nueva capa de vulnerabilidad que lo hace más real. Salma Hayek como Kitty patitas suaves es tan ingeniosa y afilada como siempre, mientras que Harvey Guillén se roba los corazones como Perrito, el alivio cómico de ojos brillantes. Incluso los villanos son memorables, desde un aterrador lobo feroz hasta la divertida Ricitos de oro y su familia criminal de osos.
Cuando llegan los créditos finales, El último deseo no se siente solo como un spin-off divertido, sino más bien como una película que se gana su lugar como una de las mejores de la franquicia Shrek. Es audaz, conmovedora y visualmente impresionante. Más importante aún, es un recordatorio de que incluso los personajes secundarios más pequeños pueden tener grandes e inolvidables historias propias.
¿Quién lo hubiera pensado? El pequeño gato naranja con una espada acaba de robarse el espectáculo y nuestros corazones.
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