Si bien es cierto que suelo apreciar diferentes géneros de películas, desde muy joven he tenido especial predilección por las comedias románticas, y más aún si ésta se desarrolla durante la época navideña. Dentro de una larga lista de películas de este género que se han convertido en clásicos para mí, hay una película que cada Navidad vuelvo a ver: Sleepless in Seattle, o como se conoció en mi país: Sintonía de Amor, cuya escena más icónica ocurre justamente en Nochebuena.
Dirigida por Nora Ephron y protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan, fué estrenada en 1993, y es para mí, sin lugar a dudas, una de las películas románticas más icónicas de los años 90.
La película cuenta la historia de Sam Baldwin (Tom Hanks), quien al fallecer su esposa, se muda junto con su hijo pequeño, Jonah (Ross Malinger) a la ciudad de Seattle. Jonah , buscando ayudar a su padre a superar su tristeza, llama en Nochebuena a un programa de radio nacional para compartir su historia, y poder buscarle una nueva esposa. Sam, a regañadientes se pone en línea para hablar de sus sentimientos. Durante esta llamada, muchas mujeres llegan a escucharlo, y una de ellas es Annie Reed (Meg Ryan), una periodista de Baltimore, quien pese a estar próxima a casarse, se siente conmovida por la historia de Sam. Annie siente una conexión con Sam que no puede explicar, lo que hace que se sienta impulsada a conocerlo, por lo que, al igual que muchas mujeres de todo el país, decide escribirle una carta a Sam. Inspirándose en la película An Affair to Remember (1957), ella le sugiere encontrarse en el Empire State Building el día de San Valentín. Jonah, quien inicialmente lee la carta, cree que Annie es la persona adecuada para su padre.
Sam empieza a salir con algunas mujeres, pero ninguna es del agrado de Jonah. A lo largo del desarrollo de la historia, Annie y Sam llegan a cruzarse en varios encuentros, pero sin llegar a conocerse directamente. Jonah, decidido a reunir a su padre con Annie, viaja solo a Nueva York para el día de San Valentín. Su padre, al no encontrarlo sale inmediatamente a buscarlo. Por otro lado, Annie, tras una larga reflexíon acerca de sus sentimientos, acude también al Empire State Building con la esperanza de encontrarse con Sam.
Finalmente, en lo alto del edificio, Sam y su hijo se reúnen. Justo en el momento en que se están yendo, aparece Annie. En este mágico momento, los tres se reúnen por primera vez, y la evidente conexión que sienten Sam y Annie, deja la sensación que, si bien es cierto, es una historia de amor que recién empieza, ambos están destinados a estar juntos.
Si bien es cierto esta película es también ideal para disfrutarla en San Valentín, yo prefiero verla en Navidad. La escena inicial, en víspera de Navidad, me da una sensación de esperanza y nostalgia, lo que resuena mucho con el espíritu navideño, y es un hermoso recordatorio de que los milagros pueden manifestarse en cualquier momento, y que incluso dos personas separadas por diferentes circunstancias, pueden encontrarse para iniciar una nueva historia, dándonos otra oportunidad para volver a ser felices.
Por eso, cada diciembre vuelvo a ver “Sintonía de Amor”, mientras disfruto de una deliciosa taza de chocolate, aunque la verdad es que con el calor que hace en mi país en época navideña, debería ser una bebida fría. Sin embargo, el chocolate caliente es lo más adecuado para acompañar todos los sentimientos que esta película hacen aflorar en uno.
Si estás buscando una película romántica, y te agrada la Navidad, esta es una película que no te puedes perder. Es para mí un clásico que no pasa de moda.