Entrevista con Hernán Roselli, director de la docu-ficción Algo viejo, algo nuevo, algo prestado

En los últimos días del año el cineasta Hernán Roselli estrenó una espectacular gema del cine de docuficción argentino que no debe pasar desapercibida. Se trata de Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, que sigue la historia de los Felpeto, quienes administran desde hace algunas décadas un negocio de apuestas de quiniela. La empresa familiar funciona en una pequeña vecindad de casas blancas en el sur del conurbano bonaerense. Maribel es la encargada de coordinar un grupo de operadores que computan las apuestas en el living de su casa. Alejandra, su madre, vive en una casa idéntica a unos metros de distancia, donde funciona la administración. Algunos capitalistas del juego fueron allanados en los últimos días y el clima en el barrio está enrarecido. Se habla de purgas en la policía y grandes movimientos de dinero. Nadie sabe cuánto hay de verdad en los rumores y las noticias en la tele.

En diálogo con Peliplat, Hernán Roselli desmenuza la creativa historia y lleva luz ante los salpicones de ficción e historia documental de la historia, un celebrado híbrido que ingresa fácilmente entre las mejores producciones nacionales del año.

¿Cómo te encontraste con esta historia, que tiene todos los elementos de una película de mafiosos?

Así nació la idea, el germen de la película. Todo empezó cuando Maribel Felpeto se acercó a mí con una serie de videos que su papá filmó entre 1985 y los 2000, y cuando vi el material quedé muy impactado porque encontré muchas cosas de Buenos Aires y de los barrios de mi infancia que pude reconocer. Eso me gustó y me sorprendió muchísimo que las cintas caseras estaban muy bien filmadas, era un tesoro ese material. Así que le pedí a Maribel conocer a sus padres, para entrevistarlos y saber qué dirección iba a tomar la película, y en esas charlas les hice muchas preguntas sobre su vida, porque el primer acercamiento fue testimonial. Los Felpetto no tienen nada que ver con el mundo de la quiniela, todo ese arco tiene más que ver con mi vieja. Cuando mis viejos se separaron mi vieja trabajó un tiempo computando apuestas para “El Chino” Sabella, que es un banquero de mi barrio.

En esas charlas siempre surgían temas de cine, más que otra cosa. Hablábamos de las películas que nos gustaban y siempre insistíamos en las tramas de lealtad y traición de las películas de gángsters del nuevo cine americano, como El Padrino, Érase una vez en América, Buenos Muchachos, Scarface. En un momento me doy cuenta que todas estas películas tienen una estructura paralela entre un pasado fundacional y un presente en crisis, cuyas estructuras son variaciones sobre qué es formar una familia, qué significa armar una organización, vivir juntos y pegar un salto de clase.

¿Cómo fue el proceso de que los Felpeto actúen? Tengo entendido que la familia no ha estudiado actuación…

Solo Maribel es actriz. Ella ha estudiado en el IUNA y es artista visual. Con Alejandra y con Hugo fui trabajando más de a poco, igual que con otros actores, en etapas. Con Alejandra filmé en tres etapas y eso me permitió ir agregando dificultades para que, al final, su trabajo esté increíble. Creo que tanto Alejandra como Maribel crecieron filmadas con Hugo, entonces tienen una relación con la cámara muy de independencia, de estar atentas pero a la vez de olvidarse.

La película tiene sus cuotas de ficción, pero también sus verdades. No es una película particularmente complaciente. ¿No sentiste temor por la posible recepción que tuviese en el círculo de actores?

Sí. Más allá de la parte de ficción cuando hablo del mundo de la quiniela, me pasó que cuando me junté con ellos para hablar sobre su vida y hacer un acercamiento más testimonial me di cuenta que iba a ser más duro para ellos hablar sobre un montón de problemas familiares como la depresión o el suicidio, temas que a mí me interesaban también por una inquietud personal y una inquietud artística. Fue más fácil llevar a esos temas desde la ficción que abordarlos directamente. Eso fue un acuerdo que tuvimos de entrada. Aparte, con Maribel tenemos una complicidad muy grande porque yo la conocí y nos hicimos amigos hablando mal de nuestras familias y de nuestros padres, entre un tono cruel y amoroso. Yo creo que ese es el idioma que hablan en esta familia.

¿Y cuando la película salió a la luz?, ¿qué sintieron los Felpetto al verla?

Sé que Alejandra y Maribel se pusieron muy contentas cuando la vieron estrenada en el Festival de Cannes. Fue una experiencia muy emocionante y creo que ellas están muy contentas con el resultado, en principio porque se pudieron ver actuar bien y sentirse satisfechas con el trabajo.

¿Qué te interesaba del mundo de la timba como para explorarlo en esta película?

Hay algo que me interesa y es la idea de poder hablar de la plata y de cómo se gana la vida la gente. Hay una leyenda pequeño burguesa de que es de mala educación hablar de plata en la mesa y eso no es así. Creo que esta leyenda existe para que haya una información que quede opaca, y hay algo de eso que me parece provocador. Las situaciones de juego están muy relacionadas con la construcción de nuestras ciudades, con la idiosincrasia argentina y también sucede que en los momentos de crisis económicas, y en la Argentina esto es recurrente, la gente se vuelca mucho al juego.

Algo viejo, algo nuevo, algo prestado. Opinión: Excelente.

Dirección & Guión: Hernán Rosselli.

Con Maribel Felpeto, Juliana Simões Risso, Alejandra Cánepa, Leandro Menendez, Javier Abril Rotger, Marcelo Barbosa, Hugo Felpeto.

Producción: Juan Segundo Alamos, Mariana Luconi, Hernán Rosselli, Alejandro Rath, Miguel Molina, Adán Aliaga.

Dirección de Fotografía: Joaquín Neira

Montaje: Hernán Rosselli, Federico Rotstein, Jimena García Molt.

Sobre Hernán Roselli

Hernán Rosselli nació en 1979. Estudió en el CIEVYC donde se especializó en guión y realización, y en 2002 ingresó a la ENERC, donde se formó en montaje. Además estudió Filosofía y música. En 2014 estrenó Mauro en la Competencia Internacional del BAFICI, donde obtuvo el Premio Fipresci y el Premio Especial del Jurado. Además, la película participó en el Festival Internazionale di Roma, Viennale, Festival des Tres continentes de Nantes y Rotterdam International Film Festival, entre otros.Su cortometraje Un Cuento de Navidad (2016) formó parte de la programación de BAFICI, FICIC y Viennale. Su documental Casa del Teatro (2018) se proyectó en BAFICI y en la Semana del Cine Argentino en Lisboa. Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, su última película, tuvo su estreno mundial en mayo de este año en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y tuvo su estreno argentino en el mes de diciembre en la sala del MALBA. Se espera que también llegue a la sala del cine Gaumont en los próximos meses.

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