Cersei Lannister. 

¿En qué momento lastimar para sobrevivir se vuelve aceptable?

En sí, nunca. No lo ves como una manera de herir a otro, sino como la forma en que evitas que te hieran a ti.

No te arrepientes en el primer instante. Es más bien cuando el mundo y todo por lo cual has luchado en mantener erguido, cae y se deshace sobre ti.

Una de las más grandes villanas conocidas en la historia, con una capacidad de estrategia increíble y con el poder de que, con su mera presencia, te haga intimidar y a su vez respetar: Cersei Lannister.

La Reina Regente, Reina Madre, Reina Viuda, Señora de Roca Casterly, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señora de los Siete Reinos, Protectora del Reino.

Sus múltiples títulos nos han demostrado su audacia para jugar el juego de tronos. Pero ¿qué es lo que esconde esa mirada llena de suspicacia?

Una historia que nace con su apellido, ya que este dictaba, con sangre en el pergamino de la vida, cómo sería su vida. Sumado a la visión de una bruja, le dieron las pistas para saber cómo sería ese camino.

"Cersei: ¿Tendré hijos con el Rey?

Maggy: Oh, sí. Dieciséis para él, y tres para ti. De oro serán sus coronas y sudarios. Y cuando tus lágrimas te hayan ahogado, el valonqar envolverá con sus manos tu garganta pálida y te quitará la vida."

El ser una Lannister podría traer múltiples beneficios, pero a su vez te puede ahogar en obligaciones.

Las decisiones de su vida no eran tomadas por ella directamente, sino en convicción de los beneficios que podría traerle a su padre y a su familia; no había derecho a renegar, mucho menos a escoger. Era la ficha de un simple juego de ajedrez.

Pero la vida parecía sonreírle; Robert Baratheon parecía ser el mejor postor, y para su suerte, su gran amor.

La vida parecía sonreírle y jugar de su lado, solo para que con los años su esposo le diera razón al apodo de "El Rey Putero". Con desfachatez, el usurpador pisó el honor de su esposa y degradó su valor a cero, compartiendo incluso el mismo lecho con damas de la noche.

Es ahí donde empiezan a caer pequeños trozos de su mundo, pequeños trozos restaurados irónicamente por aquel hombre con el cual comparte apellido: Jaime Lannister.

Su hermano, confidente, amante y compañeros no solo de madre, sino de vientre. Un lazo tan afín que era imposible de imitar en otro hombre.

Los años de dolor causados por su esposo habían doblegado en ella, y la posible vergüenza de su incestuosa relación con su hermano se había ido con el tiempo.

"Cersei: los Targaryen se casaron con hermanos y hermanas durante trescientos años para mantener pura la línea de sangre."

¿Por qué, si Robert podía pisar la moral de la mujer que lo amaba, por qué ella no podía amar al único que había estado siempre para ella? ¿Por qué, si él no sacaba de su cabeza a Lyanna Stark, ella tenía que sacar de su cama a su hermano?

Nunca hubo remordimiento alguno. Ni siquiera cuando su amante/hermano lisió a Bran Stark, un pequeño que podría ser incluso uno de sus hijos. Un inocente que acarreó las consecuencias del pecado de los hermanos Lannister.

"Las cosas que hacemos por amor."

La única explicación que dio el mellizo de Cersei. Y tal vez esa era la única explicación que había detrás de todo.

Por amor movió los hilos detrás de la muerte de Jon Arryn. Por amor Ned Stark perdió la cabeza, tras la orden de un Joffrey que fue criado con mimos y dulzura donde debió haber mano de hierro y disciplina de rey. Por amor protegió a sus hijos y quemó más de una vez el mundo por ellos. Solo para terminar siendo aplastada por el desastre de unas llamas similares a las que una vez ella escupió contra su mismo pueblo.

Y así vemos que bajo los escombros de Desembarco del Rey yace el cuerpo de la reina que, sin necesidad de dragones, volvería todo cenizas y sangre por las personas que amó.