¿Por qué ver A Bronx Tale?

Cuando uno escucha A Bronx Tale, automáticamente piensa: "Ah, otra película de mafiosos, italianos gritándose en la mesa y un poco de drama familiar". Pero no, esta no es El Padrino, ni Goodfellas, ni siquiera una especie de precuela de The Sopranos. Es más bien una carta de amor al Bronx de los años 60, escrita con tinta de nostalgia y un poquito de testosterona. Y aunque puede que no tenga el estatus de clásico absoluto, vale la pena verla, aunque sea para discutir si Robert De Niro es mejor detrás de la cámara o frente a ella.

La película, dirigida por el propio De Niro (sí, se salió del guion para dirigir), sigue la historia de Calogero, un niño que crece dividido entre dos figuras paternas: su padre biológico Lorenzo (De Niro), un conductor de autobús honesto que cree en el trabajo duro, y Sonny (Chazz Palminteri), un mafioso carismático que gobierna el barrio con un toque de seda y un puño de hierro. A través de los ojos de Calogero, la película navega por temas como la lealtad, el racismo y las elecciones de vida, todo mientras se mueve al ritmo de un soundtrack que podría ser la envidia de cualquier película de época.

Bueno, hablemos del elefante en la habitación: Robert De Niro como director. Si esperabas que su debut detrás de la cámara fuera tan explosivo como sus actuaciones en Taxi Driver o Raging Bull, te llevarás una pequeña decepción. No es que lo haga mal, pero tampoco revoluciona el cine. Su dirección es más segura que arriesgada, más funcional que espectacular.

Si hay un verdadero ganador en A Bronx Tale, es Chazz Palminteri, quien escribió el guion (basado en su obra de teatro) y se roba cada escena en la que aparece. Su Sonny es el tipo de mafioso que puede ser aterrador y encantador al mismo tiempo, alguien que podría invitarte a cenar y luego amenazarte con que termines el plato, todo con una sonrisa en el rostro. Es el corazón de la película, y su presencia eleva lo que podría haber sido un drama genérico a algo mucho más interesante.

Aunque la película tiene momentos brillantes, también se siente como si estuviera probando cuánto puedes aguantar antes de mirar el reloj. La narrativa a veces se toma demasiadas pausas para recordarte que esto es "profundo" y "significativo", cuando, en realidad, funciona mejor en las escenas más directas y emotivas.

Y hablando de pausas, hay un intento de romance interracial que, aunque importante para la historia, se siente un poco subdesarrollado, como si hubieran dicho: "Bueno, metamos esto aquí porque queda bien, pero no le demos demasiado tiempo porque... ya sabes, la peli va de mafiosos".

A Bronx Tale no será la película que cambie tu vida, pero tiene suficientes momentos memorables como para justificar las dos horas de tu tiempo. Es una mezcla curiosa entre una lección de vida y una historia de mafiosos, con un elenco sólido y un mensaje que, aunque no del todo sutil, logra llegar al corazón.

La relación entre Calogero y Sonny es lo que realmente sostiene la película. Es una especie de "padre sustituto pero peligroso" que te hace preguntarte quién tiene razón: el mafioso que vive con estilo pero siempre mirando por encima del hombro, o el padre honesto que lucha por mantener su dignidad en un mundo que parece no valorarla.

Si eres fanático de las películas de época, los dramas familiares con un toque de mafia o simplemente te intriga ver cómo Robert De Niro maneja una cámara, A Bronx Tale merece un lugar en tu lista. No es perfecta, pero tiene suficiente corazón, humor y tensión como para mantenerte interesado, incluso si a veces parece que se toma demasiado en serio a sí misma. Y si no la ves, al menos tendrás algo más de tiempo para volver a Goodfellas. ¿No es eso lo que hacemos todos eventualmente?